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Julianna Peña, la "vampiresa venezolana", aspira pelear en la cima

Julianna Peña, oriunda de Venezuela, marcha invicta en el peso gallo en la UFC Troy Taormina-USA TODAY Sports

En las peleas de artes marciales mixtas, el objetivo es sencillo: someter o superar a un adversario por cualquier medio permitido.

Esto es algo en lo que Julianna Peña se ha destacado durante su carrera en el UFC. Peña considera que ella debería ser la próxima luchadora peso gallo en recibir una pelea por el título. La demora comienza a impacientarla.

"Es política", dice Peña. "Es un concurso de popularidad. Ahora mismo, estamos viviendo el show de Ronda Rousey y todo lo que esa mimada princesa quiera, lo va a recibir. Mientras tanto, las demás quedamos relegadas a un segundo plano".

De alguna manera, las palabras de Peña son eco de la opinión del brasileño José Aldo, quien afirmó recientemente que Conor McGregor, otro peleador popular, "está a cargo de la UFC". Tanto Peña como Aldo están básicamente acusando al UFC de darles a ciertos luchadores privilegios injustos por lo que respecta a cuándo y contra quién pelear.

Aunque McGregor y Rousey cuentan con una nutrida legión de seguidores, una diferencia clave entre los dos es que Rousey no ha peleado desde que perdió ante Holly Holm el año pasado, mientras que McGregor derrotó a Nate Díaz en agosto y se enfrentará a Eddie Álvarez en noviembre. La derrota de Rousey presagió un mayor número de cambios en la división. Ninguna peladora ha defendido exitosamente el título peso gallo desde que Rousey lo perdió. Holm perdió el título ante Miesha Tate, quien después fue derrotada por la campeona actual, Amanda Nunes. Peña está convencida de que ha cumplido con su deber y merece tener una oportunidad por el campeonato.

"Es un concurso de popularidad. Ahora mismo, estamos viviendo el show de Ronda Rousey y todo lo que esa mimada princesa quiera, lo va a recibir. Mientras tanto, las demás quedamos relegadas a un segundo plano." Julianna Peña

"He realizado las pelas duras", explicó Peña. "He vencido a las mujeres mejor clasificadas. Vencí a la número 3, Cat Zingano, y ocupé su lugar en la clasificación y [Valentina Shevshenko] me ha saltado, quien ya perdió contra la campeona y ¿quieren que luche contra ella? Ya me enfrenté a la número 3 y la destruí, y me dijeron que entonces me darían la oportunidad de pelear por el título".

Peña rechazó un combate propuesto en el evento UFC 205 contra Shevshenko, quien hace poco venció a Holm.

"Me valoro como peleadora; estoy invicta en el octágono del UFC", aclaró Peña. "Hasta que tengan una pelea firmada con Ronda Rousey o Amanda Nunes, no tomaré ninguna decisión".

Parte del deseo de Peña de esperar una pelea que importa viene dado por las lecciones dolorosamente aprendidas en su recorrido por las artes marciales mixtas. Se inició en este deporte ya grande, a los 19 años.

"Mi hermana me invitó a una clase de cardio kickboxing para mujeres", recordó Peña. "Fue amor a primer golpe. Mi entrenador me dijo que poseía una habilidad innata y simplemente continué asistiendo a las clases de cardio kickboxing. Me invitaron a quedarme a las clases de MMA".

Aunque sabía que el deporte que había elegido estaba dominado por aquellos que, por lo general, llevaban años de entrenamiento en algún tipo de disciplina de artes marciales antes de cambiar a la MMA, Peña perseveró.

"Asistía todas las noches y entrenaba", dice Peña. "Muchos padres llevan a sus hijos a clases de karate o taekwondo o judo, o cosas así. Yo no había hecho antes ningún tipo de deporte de combate".

Decidida a recuperar terreno, Peña no permitió que la falta de medios financieros frenara su entrenamiento.

"No podía pagar las cuotas del gimnasio para entrenar ahí, así que limpiaba el gimnasio todos los días para pagar mis cuotas y poder entrenar", dice Peña. "Simplemente seguí haciendo eso durante unos seis meses, antes de que acepté mi primera pelea".

Peña, la más joven de una familia muy activa, tenía a su favor experiencia atlética que mejoró rápidamente gracias a los entrenamientos regulares.

"[Mi entrenador] decía que algunos niños que habían comenzado a hacer deportes de combate a una edad más joven sufrían más lesiones y no dejaron que sus cuerpos se desarrollaran hasta la adultez antes de pelear y tenían diversos problemas", dijo Peña. "Nunca se preocupó por el hecho de que no había aprendido nada anteriormente. Simplemente me convirtió en la peleadora que ven hoy en día".

Aunque sus entrenadores detectaron su talento natural de inmediato, la familia de Peña no estaba tan convencida de una profesión en MMA.

"En un principio, no estaban del todo convencidos; mi padre no quería ver a su pequeña niña recibiendo golpes en el rostro", explicó Peña. "Ahora tengo todo su apoyo y todos consideran que la carrera que he elegido tiene mucho sentido".

La familia de Peña es la inspiración de su apodo en el UFC.

"Cuando pienso que soy venezolana, simplemente pienso en mi padre y en su importantísima historia sobre cómo inmigró a los Estados Unidos", dice Peña. "Me siento orgullosa de saber que soy venezolana y que esas son mis raíces".

La parte de "vixen" de su nombre también proviene de dicha herencia.

"Los venezolanos son extremadamente vanidosos", dijo Peña riendo. "Les encanta vestirse elegantes. Las mujeres y niñas crecen como pequeñas princesas desde el instante en que salen del vientre, son divas".

Peña recordó a sus parientes mujeres en Venezuela, quienes alguna vez le dijeron que no sonriera cuando las visitaba, para que no se le formaran arrugas. Sin embargo, no le preocupa mucho poner en riesgo su belleza cuando pelea. Aunque confiesa que disfruta vestir elegante en sus días de descanso.

"Es como la bella y la bestia. Pasas de un extremo a otro: de ser una hermosa mujer que nadie sospecharía que es peleadora, a una mujer despiadada, un verdadero monstruo cuando entra en la jaula. Es una gran diferencia, pero siento que empodera a las mujeres, les permite saber que no necesitan ser únicamente súper femeninas. Es algo que me demuestro cada vez que entro en el octágono... que puedo hacerlo. ¡Sí se puede!"

Aunque en ocasiones se exaspera con la directiva del UFC, Peña también agradece que la organización tomara la decisión de abrir la división femenil hace tres años. Sucedió en un momento crucial para ella. Después de dominar a sus rivales en sus primeras peleas, no se preparó bien y perdió dos combates seguidos. Peña estuvo cerca de retirarse de la MMA, pero justo en ese momento se le invitó y ganó el show del Ultimate Fighter del UFC. Posteriormente, tuvo que realizar el complicado trabajo de rehabilitación y recuperación después de una devastadora lesión de rodilla que puso en peligro su carrera. Peña consideró que su regreso, un proceso que le tomó más de un año, fue posible gracias a su fortaleza mental.

"No es algo que se pueda enseñar. Algunas personas renuncian y se rinden; otras personas no ceden cuando se les fractura el brazo. Siguen peleando con un solo brazo".

Peña, invicta en todas sus peleas del UFC, desea intensamente tener la oportunidad de pelear por el título.

"Quiero las peleas importantes", dijo Peña. "Como ya saben, he vencido a siete peleadoras consecutivas".

Peña señaló que en la división de las 115 libras, la ganadora del Ultimate Fighter recibía inmediatamente un cinturón de campeonato, y que peleadoras que vencieron a luchadoras que Peña ya había vencido en su edición del show, también habían peleado por el título.

"Considero que no es justo y no está bien. He demostrado mis capacidades una y otra vez".