No hay duda que Jordan extrañaba el baloncesto y que simplemente quería regresar para poder jugar de nuevo. Después de dos años como directivo de los Wizards, Jordan no estaba conforme con la dirección del equipo. Tras el fracaso de Leonard Hamilton como entrenador, Jordan decidió en un viejo conocido, Doug Collins. La decisión de nombrar a Collins no fue suficiente para Jordan que pensó que los jóvenes necesitaban más dirección para ganar. Y por eso decidió volver a jugar, para ver lo que los jugadores tenían para aportar.

¿Y cómo terminó el experimento?

Los Wizards no han mejorado desde que Jordan decidió unirse al equipo y se puede argumentar que los jóvenes han dado un paso para atrás en su desarrollo debido a la presencia de Jordan. Sin embargo, con Jordan en el campo, los Wizards podían haber ganado.

Y aquí es donde no comparto las opiniones de la mayoría de mis colegas que dicen que la presencia de Jordan no valió para nada ya que los Wizards no clasificaron a la postemporada. Hace años yo cubría a los Wizards y yo entiendo perfectamente que las derrotas de esa era había quitado el brillo de una franquicia con mucha historia. Una generación completa en Washington sólo había podido ver a los Wizards en la postemporada dos veces en 17 años.

Pero entonces llegó Michael Jordan. Y no sólo como directivo, pero también como jugador. A los 38 años, todavía podía hacer muchas cosas en el campo. Los Wizards jugaban bien durante rachas y estaban cerca de una marca ganadora por primera vez en muchos años. Vencieron a los Spurs, Lakers y Kings, equipos que se habían entrenado con los Wizards durante años. Y más importante que los resultados, Washington volvió a ser un equipo que el público seguía. Los Wizards se convirtieron en algo importante para Washington. Por primera vez se hablaba de la postemporada y habían campos llenos por primera vez en años.

Yo creo que personas aprenden a través del contacto con otras personas. Y, yo creo que los jugadores de los Wizards aprendieron algo después de dos años al lado de Michael Jordan.

Vamos a analizar el caso de Kwame Brown y vamos a sumir que Jordan nunca decidió bajar de su palco para volver al equipo. Si Doug Collins no hubiera estado en la banca y Jordan no hubiera estado en el campo es muy probable que Brown estaría terminando su segunda temporada como titular. Dado que estaría jugando más de 30 minutos por partido, Brown seguramente tendría un promedio sobre los diez puntos. Y creo que estaría en una peor situación en su carrera. No hay forma alguna que los Wizards hubieran ganado más de 25 partidos sin Jordan.

Las derrotas afectan a los jugadores. Cuando las derrotas se empiezan a acumular, es mucho más difícil luchar para ganar. Creo que si Brown hubiera tenido éxito individual, no hubiera significado mucho en su desarrollo como jugador. Pregúntale a jugadores como Jason Kidd, Jim Jackson y Jamal Mashburn que se siente jugar muchos minutos de joven y perder. Pregúntale a Kevin Garnett o Grant Hill lo que se siente nunca haber avanzado a la segunda ronda de la postemporada.

Es muy simple, ganar es mejor que perder.

Con Jordan, los Wizards no eran un equipo ganador, pero no eran uno de los peores tampoco. Y es cierto que jugadores como Brown han sido el blanco de las críticas de Jordan, pero que se le puede pedir a un jugador de 21 años después de sólo dos años en la liga.

¿Habrá un cambio en Brown o Jared Jeffries o Larry Hughes el próximo año? ¿Lucharán cuando están perdiendo por ocho puntos al final de un partido como visitante o aceptarán las derrotas? ¿Serán mejores jugadores después de pasar dos años con el jugador más inteligente que saltado a una cancha de la NBA? Creo que sí. No quiero implicar que simplemente por jugar con Jordan será campeón, pero creo que sí tendrá algún impacto en las carreras de estos jóvenes.