Si cada quién cumple con su palabra/deseos y no hay ningún infortunio en lo que resta de temporada, Kobe Bryant debería estar presente en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro. El director ejecutivo de la selección de básquetbol de Estados Unidos, Jerry Colangelo, ha expresado en varias ocasiones que el todavía jugador de Los Angeles Lakers sería bienvenido en el plantel que configure Mike Krzyzewski. Coach y pupilo se conocen a la perfección después de coincidir en Beijing 2008 y Londres 2012 para ganar el oro olímpico.
Por parte de Kobe no hay ninguna duda de su interés después de sus comentarios durante la rueda de prensa posterior al anuncio de su retirada al finalizar esta temporada.
"Sería un honor el estar allí. Sería fantástico estar en el grupo y pasar mi último viaje con ellos. Dicho esto, no es algo que me obsesione".
Su tono fue más comedido que a comienzos del mes, cuando sí se ofreció directamente para formar parte de la escuadra que luche por la presea de oro en Brasil.
"Me gustaría jugar. Creo que sería increíble, una experiencia preciosa", afirmó a AP. "Soy un chico global. Crecí en Italia, conozco a muchos atletas de diferentes partes del mundo, de deportes distintos. Sería genial jugar en ese ambiente", afirmó antes de reconocer que le encantaría formar parte de un grupo que todavía no está resuelto pero que podría contar con los jugadores más codiciados de la NBA, como Kevin Durant, LeBron James o Chris Paul en su carrera hacia otro oro olímpico.
"Significaría el mundo para mí el poder estar con ellos. Sería divertido continuar la relación que ya tengo con esos chicos, hablando y estando alrededor de ellos".
Todo está dicho y ya sólo falta concretar, algo que es cuestión de tiempo. La discusión sobre si Kobe estaría capacitado para formar parte del equipo tiene varios ángulos. Es innegable que su productividad este año está siendo la peor de toda su carrera (15.5 PPJ con un 30.5 de efectividad y 4.1 APJ), que con 37 años de edad su estado de forma no es para formar parte de un quinteto titular que opte por llegar a lo máximo con selecciones que combinan experiencia y juventud de una manera excelente, que el riesgo de lesión es alto y los minutos que esté sobre la duela deben ser tratados con mucho cuidado... Todos estos argumentos tienen peso, no obstante, si hay un equipo que se puede permitir el lujo de homenajear en estas circunstancias a uno de los mejores jugadores de la historia de la liga, ese es el Team USA.
¿Acaso Kobe no podría ser miembro de la tercera unidad de 12 seleccionados? Su labor como recambio podría ser testimonial y habría calibre de sobra en una plantilla donde LeBron James, James Harden, Kevin Durant, Stephen Curry y Anthony Davis podrían ser los encargados de anotar, el propio Curry y Chris Paul o Damian Lillard, por ejemplo, los líderes en asistencias. Carmelo Anthony, Andre Iguodala... no deberían ser muchas las diferencias con respecto a los juegos Olímpicos de Londres y pocos equipos podrían plantarle cara al Team USA con o sin Kobe. ¿Por qué no hacerlo con él para reconocer su labor?
Tampoco es cuestión de abogar por la presencia de un jugador que resta más que suma, por muy leyenda que sea. Pero éste no es el caso de un Kobe que sabe perfectamente cuál es su rol cuando juega a nivel internacional como se vio en Londres, cuando alcanzó 12.1 PPJ y 1.2 APJ en 17.3 minutos disputados por partido. Él estaría en un tercer plano y serían otros los protagonistas sobre la duela, por eso el riesgo es cero.
Kobe debería ir a los Juegos si está en condiciones, su aporte a nivel psicológico, táctico y su experiencia le vendrían muy bien a los suyos, que estarían dispuestos a homenajearle brindándole una medalla Olímpica. Kobe ha significado mucho para varios de los mejores jugadores del mundo y no es sólo él quién desea marcharse por la puerta grande, ellos también quieren aprovechar el último destello de un futuro miembro del Salón de la Fama.