<
>

"Linsanity 2.0" arrasa en Charlotte durante los playoffs de la NBA

Getty Images

Cuando Jeremy Lin se marchó de Nueva York hacia Houston en julio del 2012, "Linsanity" se fue con él para aparentar convertirse en una moda olvidada de la NBA. Sin embargo, cuatro años después, "Linsanity 2.0" ha regresado más fuerte y mejorado en Charlotte con los Hornets.

Para aquellos que no lo recuerden, Lin irrumpió en la escena durante la temporada 2011-12 con los New York Knicks para aplastar estereotipos y convertirse en uno de los jugadores más populares de la NBA de la noche a la mañana, pero su efecto fue tan breve como un rayo que ilumina el cielo para luego esfumarse sin pena ni gloria.

Graduado de economía de Harvard, de ascendencia asiática, no drafteado en el sorteo de 2010, él apenas era en aquel entonces una herramienta de marketing para unos Knicks que no iban a ningún lado sumidos en la mediocridad y tema fácil para periodistas que buscaban historias frescas en las horas muertas de febrero y marzo. Después de esa temporada, no había podido igualar o superar los 14,6 puntos y 6,2 asistencias por partido que supo promediar en Nueva York.

La carroza mágica se había convertido en zapallo, la medianoche había llegado y la Cenicienta de la NBA deambulaba sin rumbo. Primero por Houston por dos temporadas, donde las probabilidades de que James Harden comparta el balón con él eran entre bajas y nulas. Luego transcurrió una campaña sin pena ni gloria en Los Ángeles con los Lakers durante la temporada 2013-14, pero toda esa travesía le permitió llegar al equipo que no quería cambiarlo, sino que potenciarlo.

Ahora la historia es distinta. Los Hornets han logrado capturar a ese rayo en una botella para luego potenciarlo en su máxima expresión. Lin ya no es una mera curiosidad, sino que es el factor clave del resurgimiento de los Charlotte Hornets en su serie de la primera ronda de los playoffs contra el Miami Heat.

Dejemos algo bien en claro, el tipo es un sinvergüenza de primera clase en el buen sentido de la expresión y es capaz de emular un gesto de Michael Jordan, el dueño de su equipo, con MJ viéndolo encestar un triple milagroso y anotar más de 20 puntos en los playoffs por primera vez desde el 30 de abril del 2014.

Sin embargo, ese tipo de confianza irracional de parte de un eterno base suplente era exactamente lo que los Hornets necesitaban para remontar un 0-2 tras la desafortunada lesión de Nicolas Batum en el segundo juego de la serie.

Lin estaba embotellado durante aquellos dos compromisos iniciales en Miami. El protagonismo en ataque era pura y exclusivamente de Batum, Al Jefferson y Kemba Walker, lo que dejaba al base de 27 años promediando 10 puntos y 1,5 asistencias durante sus 25 minutos en cancha.

Lo más grave era que su agresividad era casi nula al encestar dos de cuatro tiros en el debut y apenas dos de siete en el segundo. Mientras tanto, los Hornets se veían humillados al perder por 32 y 12 puntos respectivamente

Varios analistas y aficionados daban por muertos a los Hornets sin Batum pronosticando una barrida contundente del Heat, pero Lin se puso al equipo al hombro tal y como alguna vez supo hacerlo con los Knicks anotando 38 puntos contra los Lakers en el Madison Square Garden.

Durante los Juegos 3 y 4, su porcentaje de efectividad en tiros de campo saltó del 36,4 en las dos derrotas previas al 50 por ciento a pesar de que él intentó 26 tiros en esos dos compromisos comparado con los 11 que tuvo en Miami.

Además, su promedio de puntos por partido prácticamente se redobló saltando a 19,5 y sus asistencias casi que se triplicaron con 3,5 a pesar de solo contar con cinco minutos más en cancha comparado con el arranque de la serie.

Hay que darle crédito a Steve Clifford, el entrenador de los Hornets, por sacar al rayo de la botella para convertir a Lin en una verdadera pesadilla para Miami. El Heat intentaba prevenir sus tiros desde larga distancia pero se veía victimizado por el "pick and roll" y sus penetraciones al aro que generaron una tonelada de faltas para Goran Dragic, Dwyane Wade y Hassan Whiteside.

Estamos hablando de los tres pilares del Heat, y Lin los sacó del partido prematuramente en algún cuarto consistentemente desde que él asumió la responsabilidad ofensiva de Batum. Lin ha intentado 26 tiros libres por si solo en los cuatro juegos de la serie disputados hasta ahora. Dragic y Wade cuentan con 30...entre los dos.

Los Hornets ganaron por 17 puntos y perdieron por uno sin Lin en la cancha durante el tercer juego de la serie, y su influencia se vió más pronunciada todavía el lunes por la noche. Los Hornets prevalecieron por 89-85 pero su ventaja era de +17 con él en la cancha y de -13 cuando estaba en el banco.

A eso le llamo ser verdaderamente imprescindible en los momentos críticos.

Ya no estamos hablando de una maravilla o de una estrella fugaz. Jeremy Lin se ha afirmado como un legítimo factor del éxito y la ilusión de una franquicia que lo valora por lo que es, no por lo que él resto de la liga cree que debería ser.

Lin no será tan popular como Cam Newton ni venerado como Roy Williams, pero "Linsanity 2.0" ha llegado a Carolina del Norte para quedarse.