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Rivers lloró en rueda de prensa previo al juego de los Clippers

LOS ÁNGELES – El coach de Los Angeles Clippers, Doc Rivers, es una persona que utiliza el sentido del humor por bandera en las conferencias de prensa. Suele ser directo, bromista y garante de discursos sin pelos en la lengua. En la comparecencia previa al Juego 5 entre los Clippers y Portland Trail Blazers, Rivers explotó, no aguantó más y echó a llorar.

Su equipo vive un momento complicado por las lesiones de Chris Paul y Blake Griffin, quienes no volverán a jugar esta temporada por culpa de una fractura en un dedo y una lesión en el cuádriceps respectivamente. Llegaron a tener una ventaja de 2-0 en la serie ante Portland, quienes llegaron a empatarla tras lograr sendas victorias en su feudo. La situación es incómoda en una plantilla en la que varios jugadores confesaron sentirse afectados en términos personales por las pérdidas de los dos buques insignia del equipo. Generalmente son los coaches los que suelen mantener la calma en los momentos más complicados, en esta ocasión, Rivers sucumbióante la pregunta del periodista Brad Turner:

“¿En quién se apoya en estos momentos?”, cuestionó. Cada palabra de Rivers en la contestación adelantó un sollozo.

“No lo sé”, afirmó visiblemente emocionado. “Es una gran pregunta”. El silencio se hizo eterno.

“No estoy llorando por estar desalentado. Brad me hizo pensar en mi mamá. Ella hubiera sido la persona”, confesó antes de que finalizara la conferencia previa al encuentro ante los Trail Blazers.

La sala al completo se emocionó al ver la reacción de un coach cuya energía siempre llena el espacio y cuyo carácter despierta la simpatía de los periodistas. Antes de las lágrimas de Rivers, las cuestiones giraron en torno a cómo está llevando el equipo las lesiones de CP3 y Griffin, y de qué manera tratarán de reponerse de dos bajas de lo más sensibles.

“A estos chicos les gusta jugar al básquetbol. Tienen la oportunidad. Chris Paul y Blake (Griffin) no jugarán y otros sí lo harán. Siempre intento verme a mí mismo. Si estuviera en la banca y de repente puedo jugar, estaría muy motivado. Obviamente estás echando de menos a tus compañeros, pero ellos quieren jugar. Es mi trabajo hacer que lo hagan bien”, afirmó.

El impacto por la baja de CP3 es mayúsculo. El armador fue el encargado de llevar las riendas del equipo durante los 45 partidos que Griffin se perdió esta temporada. Tan solo en esta postemporada, Paul ha provocado con sus pases un 63.0 por ciento de los lanzamientos de los Clippers, el mayor número de cualquier jugador con al menos 30 oportunidades de asistencia. Cuando ha estado sobre la duela durante la serie ante Portland, el equipo ha tenido una ventaja de 13.2 puntos (por cada 100 posesiones), mientras que el número cae en -10.4 cuando estuvo sentado en el banquillo. Además, fue clave en la defensa a su rival Damian Lillard. Le ha hecho bajar a cinco puntos menos de los que logró durante la temporada regular (20.5 unidades frente a las 25.1 durante el año). El lunes, antes de lesionarse, CP3 contuvo a Lillard en 0-de-4 mientras fue su marca. En la serie le ha contenido a un 42 por ciento (16-de-38) en tiros de campo y a un 18.2 (2-de-11) en triples.

“Sin ellos el juego está más planeado por el hecho de que diseñas un 20 por ciento de las ofensivas que podrías. Lo que intentas es mostrar al grupo que va a jugar lo que saben hacer bien, no enseñarles cosas nuevas. Luego les dices que salgan a pasarlo bien y a jugar”, agregó.

Antes de desmoronarse, Rivers confesó que le consta que CP3 y Griffin enviaron mensajes a cada jugador de los Clippers antes del partido.

"No sé qué les dijo exactamente, pero yo hablé con ellos en múltiples ocasiones. Los dos se sienten mal por no poder ayudar al equipo", sentenció.