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Gonzalo Aguirregomezcorta 8y

Precedentes deben ayudar el plan de juego de Thunder y Warriors

OAKLAND - El día es soleado en la bahía de San Francisco. Es lunes y el tráfico habitual puebla los puentes y las carreteras de autos después de un fin de semana tranquilo en todos los sentidos. No hay juego desde el miércoles, cuando Golden State Warriors dio por cerrada la serie ante Portland Trail Blazers.

Fueron casi cinco días sin básquetbol, una cifra que se antoja demasiado amplia para los aficionados. A los jugadores, en cambio, les hacía falta descansar. A Stephen Curry por la rodilla, a Draymond Green por el tobillo y a Andrew Bogut por la distensión en el aductor. Todos están disponibles para el Juego 1 menos el australiano, cuyo status es cuestionable.

Mientras los Warriors tienen a varios jugadores entre algodones, en Oklahoma City Thunder el físico acompaña y sus integrantes llegan en el mejor momento de la temporada. Su incontestable pase a la Final de Conferencia ante San Antonio Spurs (4-2) potenció las virtudes de un equipo obsesionado con el campeonato que fue capaz de evolucionar a lo largo de la eliminatoria. Una combinación de mala fortuna, lesiones y debilidad en momentos clave impidió que el Thunder lograra un título en el pasado. Lo rozaron en la temporada 2011-12, pero el Miami Heat de LeBron James, Dwyane Wade y Chris Bosh esfumaron sus ilusiones.

Desde entonces, los gestos en el rostro de Kevin Durant siempre hablaron por sí solos. Durante su periplo en la NBA, el alero nunca dio por favorito al título a ningún equipo que no fuera el Thunder y su frustración por no lograr el objetivo del anillo fue en aumento con el paso de las temporadas.

"No seré yo quien diga ese tipo de cosas", afirmó a ESPN Digital hace tres años cuando le le preguntó sobre si veía a Miami como aspirante al título de nuevo.

La seriedad en su actitud es la misma que muestra en las prácticas, en los juegos y en el vestuario después de los partidos. Gane o pierda. En los tres encuentros que su equipo perdió ante los Warriors durante la temporada regular su mirada quedó perdida en un mar de pensamientos, sentimiento de responsabilidad y un deseo enorme de darle la vuelta a la situación. Los Warriors promediaron 119.3 PPJ y el Thunder 110.7 PPJ.

Ahora tiene su oportunidad. Con 36.3 PPJ, 12.0 RPJ y 6.3 APJ, Durant fue el mejor de los suyos ante los californianos este año. Ningún otro equipo se le dio tan bien en tres partidos como los Warriors después de lograr un 50 por ciento de efectividad ante cualquiera de los defensores que le intentaron frenar en al menos dos ocasiones durante los partidos. Draymond Green, Andre Iguodala y Harrison Barnes fueron los que más le defendieron. Cuando más sufrió Durant fue en los tres minutos finales de los partidos, cuando Iguodala le encimó para frenar su productividad.

En aquellos tres encuentros hubo un denominador común según datos de ESPN Stats and Info: El Thunder fue capaz de controlar los primeros 42 minutos, mientras que los Warriors hicieron lo propio en los seis restantes. Durante los momentos de mayor control de Oklahoma, estos fueron capaces de anotar tres puntos más que sus rivales, limitar su productividad perimetral (29 por ciento de triples), visitaron más y mejor la línea de tiros libres (32 lanzamientos más y una diferencia de anotados de 24) y lograron 41 rebotes más que los Warriors. Mientras tanto, en los seis minutos de excelencia en los últimos periodos y tiempo extra de los californianos, estos lograron una diferencia de 29 puntos, un balance de 58 por ciento en tiros de campo, limitaron al Thunder a 2-de-13 en triples, contuvieron la racha reboteadora de sus rivales (alcanzaron un rebotes más) y tan solo perdieron un esférico.

¿Significa esto que se repetirá la tendencia en estas Finales de Conferencia? No, aunque sirve de indicativo para conocer por dónde irá el plan de juego de cada equipo.

Junto a Durant, la presencia de Russell Westbrook ha sido el bálsamo de la serie anterior para la moral de unos Thunder que se sienten capaces de dar otra sorpresa en la postemporada. Gran parte de las opciones de Oklahoma City para dar un dolor de cabeza a sus oponentes reside en su capacidad de reacción ante una evidente falta de productividad en los momentos finales, un pecado capital cuando en frente tienen al mejor equipo de la liga en esos tramos de los partidos. Las amenazas del alero y el armador serán las arduas defensas de Klay Thompson y Stephen Curry, el escolta de los Warriors llegó a limitar a Westbrook en 1-de-8 en lanzamientos en los últimos cuartos y tiempo extra.

Por la productividad ofensiva y defensiva de esos cuatro jugadores pasan muchas de las opciones de ambos equipos, pero no todas, habrá otros factores clave en una serie que se antoja larga.

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