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Mirando al futuro: ¿Quién dominará el baloncesto internacional?

Con la resaca del torneo de Río 2016 ya superada, la atención de las federaciones nacionales está ya en el futuro cercano y en cómo afrontar un calendario revolucionado. A partir de 2017, cuando se disputarán los campeonatos continentales, la FIBA iniciará un sistema nuevo para acceder a los grandes torneos similar al utilizado por la FIFA, con fases clasificatorias que se celebrarán en plena temporada. Además, el Mundial quedará desplazado a 2019 para no coincidir con el de fútbol, y los torneos continentales pasarán a celebrarse cada cuatro años en lugar de los dos actuales.

Jugarse las fases de clasificación sin jugadores NBA en gran parte de los partidos (la liga no parece con intención de ceder a sus jugadores en plena campaña) hace absolutamente imposible predecir qué equipos podrán clasificarse para los próximos grandes campeonatos. Una situación particularmente complicada pensando en los Juegos Olímpicos de 2020 y 2024 donde, salvo cambios importantes, solo participarán 12 equipos. Intentando obviar el tortuoso camino que cada selección tendrá que pasar con los nuevos cambios de la FIBA, presentamos la lista de los países con mayor potencial para dominar el panorama internacional en los próximos años.

1 - Estados Unidos

Si los últimos drafts de la NBA sirvieran como referencia, Estados Unidos puede prepararse para algunas turbulencias. Los cuatro últimos draft tuvieron a un número 1 que representa a otra selección (Anthony Bennett y Andrew Wiggins a Canadá, Karl-Anthony Towns a la República Dominicana y Ben Simmons a Australia), y la última edición estuvo llena de internacionales, con hasta 15 jugadores de primera ronda de otros países. Pero, a la vez, 2017 promete ser el draft con más talento estadounidense desde el de 2003, de donde salieron los hoy campeones olímpicos LeBron James, Dwyane Wade, Carmelo Anthony o Chris Bosh. Jugadores como Harry Giles, Josh Jackson, Markelle Fultz o Jayson Tatum tienen el potencial de formar una camada igual de temible.

Salvo circunstancias que vayan mucho más allá de lo deportivo, Estados Unidos debería ser la mejor fábrica de talento del mundo por muchos años. El mero hecho de ser el único país donde el baloncesto de formación (desde competiciones de high school hasta el monumental March Madness de la NCAA) es rentable económicamente es una ayuda impresionante para encontrar, formar y moldear futuras estrellas que otras naciones no pueden asumir.

Irónicamente, uno de los mayores riesgos para el Team USA es que otros países saquen partido de sus programas de formación. De los jugadores elegidos en el pasado draft, 12 salieron de universidades estadounidenses, pero representan o pueden representar a otras selecciones. Grandes promesas europeas como el turco Omer Yurtseven (nuevo jugador de North Carolina State) o el finlandés Lauri Markkanen (Arizona) estarán en la NCAA la próxima temporada, y la tendencia de las universidades de reclutar fuera de sus fronteras no parece detenerse.

Pero, pese a todo, cuesta imaginar todavía un futuro inmediato en el que los jugadores estadounidenses no sean mayoría abrumadora en la NBA a todos los niveles. Por lo pronto, los 15 elegidos para los mejores quintetos de la temporada 2015-16 son seleccionables para el Team USA, así como los 24 seleccionados inicialmente para el All-Star (aunque Pau Gasol y Al Horford entraron como recambios). Solo descuidar la preparación de su selección, como pasó en los campeonatos de principios de la pasada década, pondría en riesgo la condición de mejor selección del mundo para Estados Unidos incluso mirando a largo plazo.

2 - Canadá

Por motivos geográficos y culturales, ningún otro país puede aprovechar mejor los programas de formación estadounidenses que Canadá. La NBA ya se está aprovechando de la hornada de jugadores procedente del norte. En este momento, hay 13 canadienses bajo contrato, y el más mayor de todos (Robert Sacre) no pasa de los 27 años. Cory Joseph y Tristan Thompson han sido ya campeones de liga, y Andrew Wiggins es un aspirante a pleno derecho a ser All-Star en un futuro no muy lejano. La gran mayoría de jugadores jóvenes canadienses en la liga tienen calidad de sobra para ser importantes durante los próximos dos ciclos olímpicos tanto en la NBA como en competiciones FIBA.

Y eso no es todo. Tanto a nivel universitario como de preparatoria, Canadá está forjando aún más talento para el futuro. El salto al profesionalismo de jugadores como Jamal Murray o Kyle Wiltjer no ha dejado a la NCAA huérfana de canadienses de calidad, mirando de forma especial a Oregon con Dillon Brooks y Chris Boucher. Pero lo que viene es aún más prometedor.

No queda mucho para que empecemos a ver en la NBA jugadores nacidos en el año 2000. Y la primera estrella de esta generación puede ser R.J. Barrett. El alero, actualmente en la prestigiosa academia de Montverde, está considerado como el mejor jugador de la clase que podría saltar a la NBA a partir de 2019. Barrett ya deslumbró en el último Mundial Sub-17 promediando 18,4 puntos por partido pese a ser un año menor que la mayoría de sus rivales. Su habilidad para anotar tanto entrando a canasta como desde fuera del arco es espectacular para un jugador de su edad.

Eso sí, Canadá tendrá que luchar contra una historia decepcionante, en la que nunca ha conseguido ganar un título masculino internacional a nivel absoluto y sus presencias en los grandes campeonatos han sido esporádicas. Su ausencia en Río 2016, perdiendo de forma devastadora ante Venezuela en el partido del FIBA Américas que le hubiera dado el pasaporte directo, puede explicarse en gran parte por la falta de experiencia de un bloque de gran talento pero aún poco conjuntado. Pero, pese a las dudas, el futuro del baloncesto canadiense es muy brillante.

3 - España

La mejor generación de la historia del baloncesto español empieza a decir adiós. José Manuel Calderón anunció recientemente su retirada de la selección y, aunque jugadores como Pau Gasol, Juan Carlos Navarro o Felipe Reyes no hayan hecho lo mismo de forma oficial, es inevitable pensar que su recorrido es ya bastante limitado. Pero, quizás desde los años dorados de las desaparecidas Unión Soviética y Yugoslavia, ningún equipo europeo de élite puede ser capaz de cambiar de jugadores clave con las garantías que España ofrece.

5 jugadores españoles en la NBA tienen 25 años o menos, incluyendo a recién llegados como Álex Abrines y los hermanos Willy y Juancho Hernangómez. Y el futuro no es menos esperanzador. España se ha proclamado este verano campeona de Europa en las categorías Sub-20 y Sub-16 (el torneo Sub-18 se canceló a última hora por la inestabilidad política de su país organizador, Turquía) y fue 4ª en el Mundial Sub-17. Clara muestra de ser hoy por hoy la cantera más en forma del Viejo Continente. Mención especial en el Europeo Sub-16 mereció el pívot Usman Garuba, quien acabó siendo el MVP y gran dominador pese a tener solo 14 años de edad, dos menos que la mayoría de sus rivales.

La gran duda, eso sí, radica en la dependencia que la selección sigue teniendo en Pau Gasol, quien con 36 años fue todavía el mejor jugador español (y, posiblemente, el mejor del torneo solo superado por Kevin Durant) en Río 2016. No se vislumbra en los próximos años a una promesa con potencial de acercarse a los hitos y al impacto del hoy jugador de los Spurs tanto en la NBA como a nivel internacional. Pero, pese a ello, la amplia profundidad de talento que llega desde categorías inferiores, destacando a jugadores como Marc García, Santiago Yusta o Alberto Abalde como los más cercanos a explotar en la élite europea, es más que tranquilizadora.

4 - Francia

Salvo que se replantee su retirada (cosas más raras se han visto), Tony Parker es ya historia en su selección, pero la salud del baloncesto francés es excelente. Aparte de lo que aún pueda dar Nicolas Batum, pívots asentados en la NBA como Rudy Gobert y Joffrey Lauvergne dejan un juego interior de garantías para el futuro, y el último draft sirvió para presentar a otras promesas como Timothe Luwawu, Guerschon Yabusele, Isaia Cordinier, David Michineau y Petr Cornelie. El país galo ha sido en los últimos 10 o 15 años un granero habitual de jugadores para la NBA, y no parece haber cambios en el horizonte.

A corto plazo, dos jugadores franceses aspiran seriamente a ser elecciones de lotería del próximo draft: el inteligentísimo base Frank Ntilikina, destinado a ser el heredero de Tony Parker en la dirección de la selección francesa, y el pívot Jonathan Jeanne, un auténtico fenómeno con un físico perfecto para brillar en la NBA tan pronto como madure su juego. Y, mirando al futuro, el alero Jaylen Hoard ya asoma como uno de los jugadores de más futuro, dando el salto a Estados Unidos para continuar su formación.

En definitiva, la receta francesa para los próximos años puede ser bastante similar a la que hemos visto especialmente desde la consolidación de Tony Parker: una selección bien repleta de físico y músculo pero capaz de jugar de forma cerebral si la ocasión lo requiere. La rivalidad entre España y Francia que ha marcado Europa durante los últimos tiempos puede seguir repitiéndose en el futuro.

5 - Croacia

4,2 millones de personas viven en Croacia. Una población apenas superior a la de la ciudad de Los Angeles o a la del estado de Oregon. Pero su capacidad de generar jugadores de élite sobrepasa con creces sus fronteras. Croacia tuvo a tres representantes en el pasado draft: Dragan Bender (4º), Ante Zizic (23º) e Ivica Zubac (32º). Además, Dario Saric, a sus 22 años, dará por fin el salto a la NBA este año y, para colmo, otros jugadores como Nik Slavica o Marko Arapovic ya apuntan al draft de 2017.

En el horizonte falta seguramente un base de garantías, una carencia que en los últimos años solo han salvado con un Roko Ukic ya entrado en la treintena, pero su juego interior para el futuro es absolutamente temible con el comodín del polivalente Saric como su factor determinante. Si Mario Hezonja consigue explotar de forma consistente el peligro anotador que ha dejado intuir en los últimos años, Croacia debería ser una de las selecciones más excitantes del panorama internacional durante mucho tiempo.

6 - Australia

Pese a su futuro traslado (junto a Nueva Zelanda) a la zona asiática de la FIBA, Australia no debería tener excesivos problemas para seguir siendo una presencia constante en la élite del baloncesto. Tras conseguir el cuarto puesto en Río 2016, quedándose a solo una canasta de su primera medalla olímpica, los "Boomers" tienen un espléndido presente y un prometedor futuro por delante. El joven trío de Top-10 del draft formado por Dante Exum, Ben Simmons y el impredecible Thon Maker, además de lo que aún puedan ofrecer jugadores aún sin alcanzar los 30 años como Patty Mills, Matthew Dellavedova o Joe Ingles, garantizan un potente bloque para el futuro.

Para sumar a sus ya profesionales, la presencia de un buen puñado de jugadores en la NCAA (con mención especial a la universidad de Saint Mary's, siempre atenta a reclutar en tierras "aussies") y su competitiva liga nacional dan a Australia buenas opciones para desarrollar a sus jugadores jóvenes. No hay en el horizonte a un proyecto de estrella que genere el ruido en la NBA que crearon Simmons o Exum, pero sí para ser sólidos jugadores de rotación en el futuro de la selección.


7- Turquía

Subcampeona mundial en 2010, Turquía no ha conseguido todavía rehacerse a la salida del panorama internacional de Hedo Turkoglu (hoy director ejecutivo de su federación) o Ersan Ilyasova. Pero el futuro parece más brillante. Jóvenes exteriores como Cedi Osman y Furkan Korkmaz ya han llamado la atención de la NBA, y el base Kenan Sipahi, ya con experiencia en Euroliga y con la selección a sus 21 años, debería ser el director de juego del futuro. Pero la mayor esperanza es el pívot Omer Yurtseven, que jugará en la NCAA la próxima temporada con la mirada puesta en el próximo draft. Mucha calidad para desarrollar un equipo equilibrado en los próximos años.

8 - Serbia

La vigente finalista olímpica y mundial es otra escuela de talento exageradamente productiva para su población. La heredera deportiva de la antigua Yugoslavia ya saborea los frutos de jugadores de nueva generación como Nikola Jokic, Bogdan Bogdanovic o Nikola Kalinic que deberían ser el motor de los próximos años en una selección mucho más organizada y disciplinada que en años anteriores. Por el contrario, sus selecciones inferiores no brillaron este verano a la altura de sus mayores. De los jugadores de futuro como el ala-pívot Marko Pecarski, otra potencial estrella nacida en el 2000, dependerá su recambio generacional.

9 - Letonia

Una de las apuestas de riesgo es Letonia. Su próxima generación es esperanzadora, destacando al pívot Ansejs Pasecniks (un aspirante al próximo draft) y, especialmente, al joven alero Rodions Kurucs, pero su presencia en la élite depende de un nombre: Kristaps Porzingis. Con 21 años de edad, el ala-pívot tiene calidad de sobra no solo para ser un jugador dominante en la NBA, sino para tener impacto en el baloncesto FIBA como la mayor estrella entre equipos europeos durante los próximos 10 años. El gran problema: Porzingis ni siquiera ha debutado con la selección letona absoluta, renunciando a representarla en los últimos veranos. Su compromiso a largo plazo con el equipo nacional es la duda de un país con potencial de luchar en lo más alto con su presencia.

10 - República Dominicana

Caso similar al de Letonia, pero con una dependencia aún más exagerada en su gran estrella. Hay jugadores interesantes de futuro como los bases Andrés Feliz y Yerri Flores, el pívot Jonathan Araujo o el escolta Gelvis Solano, además de un Luis Montero ya en NBA y de Andrés Delgado, en NCAA con Seton Hall y enorme en el pasado Centrobasket. Pero no sería un país mejor situado que Argentina, Brasil o Puerto Rico si no fuera por tener al jugador quizás con mayor proyección de la actual NBA. Asumiendo que Karl-Anthony Towns se convierte en un potencial candidato a MVP en cuatro o cinco años y que se compromete a largo plazo con el país de nacimiento de su madre Jacqueline (ya debutó con la selección absoluta en 2012 con 16 años de edad), la República Dominicana es un peligro a nivel mundial de primer orden, incluso con una profundidad de banquillo presumiblemente bastante limitada.

Menciones especiales
-África: Hay dos tipos de selecciones de élite en el continente africano: las formadas por jugadores fundamentalmente desarrollados en Estados Unidos o Europa (como recientemente Nigeria o Senegal) o las que aprovechan sus competiciones nacionales de digno nivel para formar a su talento (como Túnez, Egipto o, muy especialmente, Angola). Lo mejor de los dos mundos está en Angola. Su cantera ha sido durante décadas la más consistente de África y, además, tiene al ala-pívot Silvio De Sousa, nacido en 1998, formado en Estados Unidos y uno de los jugadores más prometedores de su año a nivel mundial. Suficiente para no perder de vista a la gran dominadora continental durante décadas.

-América: Aparte de Estados Unidos, Canadá y esa incógnita que será la República Dominicana de Karl-Anthony Towns, los otros países que parecen mejor preparados para el futuro son Argentina, Brasil y Puerto Rico, aunque su producción de jugadores de élite parece claramente un paso respecto a sus últimos años. Una situación similar a la de los sorprendentes dos últimos campeones continentales, México y Venezuela, que de momento no parecen tener una continuidad clara a sus brillantes jugadores actuales. Y, de reojo, mucho cuidado con Bahamas. Si Buddy Hield y DeAndre Ayton, pívot candidato al número 1 del draft de 2018, deciden mantener una presencia constante con la selección bahameña, pueden dar más de una sorpresa a nivel continental.

-Europa: Si el ranking se extendiera a más equipos, deberían aparecer rápidamente equipos como la Grecia del recién drafteado Georgios Papagiannis y el increíblemente prometedor Vassilis Charalampopoulos; una Alemania liderada por Dennis Schröder y Paul Zipser, con Kostja Mushidi listo para tomar la alternativa en unos años; la eternamente bien nutrida selección de Lituania con Domatas Sabonis de mascarón de proa y la Eslovenia de Luka Doncic, ya consolidado en la plantilla del Real Madrid con solo 17 años de edad. Además, otros jugadores capaces de marcar diferencias en un futuro se reparten incluso por países sin tanta tradición como Austria (con otro novato NBA como Jakob Poeltl), Finlandia (con Lauri Markkanen) o Islandia (con Jon Axel Gudmonsson). El futuro del baloncesto europeo promete ser más variado e impredecible que nunca.

-Asia: Organizar el Mundial de 2019 debería ser un gran estímulo para el baloncesto chino. La nueva generación, liderada por el base Guo Ailun y los pívots Zhou Qi y Wang Zhelin (estos últimos ya drafteados en la NBA), parecen capaces de mantener la hegemonía continental que solo Irán disputó de forma constante en los últimos años. Pero su gran rival en los últimos años parece bien preparado para el futuro, incluso aunque su gran estrella Hamed Haddadi esté ya en la recta final de su carrera. El reciente campeonato de Asia Sub-18 de Irán dará alas a su nueva generación. Y como un país que puede empezar a tener aspiraciones mayores, mucha atención a Corea del Sur, finalista continental Sub-18 y cuartofinalista en el pasado Munidal Sub-17 incluyendo una sorprendente victoria ante Francia.