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Gonzalo Aguirregomezcorta, ESPN Digital 8y

Menos Kobe y más música en los nuevos Lakers‏

LOS ÁNGELES – La nueva temporada de Los Angeles Lakers ya está en marcha y por primera vez en su historia el plantel no tiene a un líder definido. En la década de los años 50, George Mikan impuso el ritmo de los laguneros; en los 60, Elgin Baylor agarró el testigo y Jerry West se lo arrebató gracias a su capacidad para sacar el máximo provecho a los últimos segundos de los partidos.

Wilt Chamberlain fue el siguiente icono de los fans en unos años 70 en los que Kareem Abdul-Jabbar comenzó a dar sus primeros pasos antes de revolucionar los 80 con cinco anillos que quién sabe si hubiera conseguido sin Magic Johnson. Los insípidos años 90 de James Worthy y los últimos coletazos de Magic dejaron poco para la memoria de los Lakers, sin embargo fue entonces cuando dos líderes comenzaron a disputarse la corona: Shaquille O´Neal y Kobe Bryant. Desde entonces habrá habido mejores o peores temporadas, pero no hubo ninguna duda sobre quién lideró al equipo.

Se trata de la primera ocasión en 20 años en la que los Lakers comienzan el campamento de preparación sin la presencia de Kobe. Para muchos se hace raro, sobre todo para los periodistas más veteranos, otros, en cambio hace tiempo que se mentalizaron de que el escolta ya es parte del pasado. Los Lakers son un equipo joven dirigido por un coach joven. Luke Walton quiere implantar la cultura de la construcción básica: ladrillo a ladrillo. No le importan los resultados, le da igual la presión y las expectativas que tengan los fans, lo que sabe a la perfección es que su manera de ver las cosas tienen que calar en los jugadores, eso es lo verdaderamente importante.

Y en este proceso, ¿quién se erigirá como el líder de la formación? Con 26 años de edad media y un núcleo que va desde el número dos del draft de este año, Brandon Ingram (19 años de edad) a los 36 de Metta World Peace (es mayor que su coach), es difícil saber quién será dará un paso al frente para liderar al equipo.

“Será interesante descubrir quién será. En dos meses, la adversidad nos enseñará quién es el líder. Como coach será interesante descubrir quién será”, afirmó Walton.

Los requisitos son claros: el potencial líder debe estar en la duela en los momentos críticos y ser capaz de salvar los muebles, tener voz dentro del vestuario, predicar con el ejemplo, mostrar calidad, tirar del carro e incluso tener experiencia. Los Julius Randle, Jordan Clarkson, D'Angelo Russell, Brandom Ingram o Larry Nance Jr. podrían dar un paso al frente, pero ¿aúnan todos los ingredientes necesarios? Entre los más experimentados y con galones a nivel internacional se encuentran dos armadores: José Calderón (medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro) y Marcelo Huertas, quien repite en su segundo año en los Lakers. Timofey Mozgov sabe lo que es ganar un anillo de la NBA con Cleveland Cavaliers, algo que llevó a cabo la temporada pasada, aunque eso de ser líder nunca fue una de sus virtudes. Luong Deng, aunque sea el que mejor salario tiene de la plantilla (18 millones de dólares) tampoco apunta como el jugador que vaya a marcar la diferencia. Hagan sus apuestas.

La incertidumbre envuelve a unos Lakers ansiosos por crear un estilo de juego de una vez por todas. Los tiempos de Phil Jackson son prehistoria para una franquicia que vive los peores años de su historia. Sin Kobe más de uno respiró de alivio, ahora está por ver cómo reaccionan los jugadores a los nuevos tiempos, los ilusionantes, los desconocidos, los más esperados tras tanta debacle junta. Las formas ya han cambiado y ahora prima el ‘menos Kobe y más música’. Ritmo para agarrar ritmo, melodías para hacer un esfuerzo más, banda sonora para cada práctica.

“Mientras crecía siempre me gustó entrenar con música. Cuando fui a Golden State, eso fue algo que Steph Curry implantó. Notamos cómo los jugadores daban un paso más cuando sonaba la música. Es algo que disfruté como jugador, que vi cómo funcionó en un equipo y que me traje aquí”, agregó Walton.

Sus técnicas de técnico ya han creado buen ambiente entre los jugadores. Hacía falta frescura en el banquillo y la gerencia la encontró con el coach. Lo hicieron además sin salirse de su senda preferida, la de traer a gente de la casa. La base para la construcción es la más esperanzadora de los últimos años, pero aún queda mucho que demostrar.

“La paciencia será importante. No sólo para mí, la gerencia y los jugadores, pero para los fans también. Deben entender que esto es un proceso, que debemos poner nuestros objetivos, que ganar o perder no es lo importante, haremos ajustes y debemos mantener el curso. Mi objetivo es el de jugar de la manera correcta, jugar duro, sin ser egoístas, el ser un equipo sólido defensivamente el hacerlo bien en ataque”, sostuvo el nuevo entrenador de los Lakers, quien lleva un ADN prometedor. “El goce y la manera de disfrutar de la relación con los jugadores lo heredé de Steve (Kerr) y la forma en la que visualizo el juego viene de Phil. Cuánto de cada uno es lo que hace que cada persona sea única”.

La singularidad es innegable, los resultados secundarios y la identidad la prioridad. Veremos qué tal sale la sinfonía oro y púrpura.

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