<
>

Knicks y Lakers, valoraciones más altas en horas más bajas

Cuesta creer que el valor de un equipo, de dos para ser exactos, tenga poco que ver con sus éxitos recientes.

Por segundo año consecutivo, los New York Knicks ocupan la cima del listado de Forbes con las 30 franquicias mejor evaluadas económicamente. El equipo tiene una estimación de 3.3 billones de dólares con un incremento del 10 por ciento desde el año pasado. La renovación del Madison Square Garden les ayudó a tener más ingresos de patrocinadores y asientos, que suman un total de 141 millones de dólares.

Los Angeles Lakers también repiten, esta vez en la segunda plaza, con un valor de 3 billones de dólares. Los patrocinios no huyen de la mala situación que atraviesa una franquicia cuyo acuerdo televisivo billonario con un canal local ha logrado mantenerle entre las entidades más saneadas de la liga. El Staples Center sigue registrando buenas entradas y en total contaron con unos ingresos de 119.2 millones de dólares.

Los Knicks (23-33) y los Lakers (19-38) cuentan con más defectos que virtudes en el apartado deportivo y atraviesan una época para olvidar. En el caso de los neoyorquinos, las campañas insípidas se acumulan y ya son tres en las que no fueron capaces de clasificar a playoffs. La llegada de Phil Jackson a la ejecutiva en 2014 no ayudó a sacar a remolque un proyecto que desde la campaña 2000-2001 (dos años después de perder las Finales de la NBA ante San Antonio Spurs), tan solo se clasificaron para playoffs en cuatro ocasiones, de las que en tres, dijeron adiós en la primera ronda y una en la segunda.

Los últimos tiempos están siendo especialmente complicados. Por un lado, la relación entre Jackson y Carmelo Anthony vive su momento más tenso y la posibilidad de que el ala-pívot abandone el equipo cada vez toma más fuerza. Sus discusiones públicas y privadas y el dedo señalador del directivo hacia la estrella de los Knicks han contribuido a caldear un ambiente en ebullición. Jackson le acusa de no tener un carácter ganador suficientemente desarrollado y Anthony le reprocha que siempre airee los trapos sucios ante los medios o las redes sociales.

Hay rencores dentro del equipo, y también fuera.

El vergonzoso episodio en el que el exjugador de los Knicks, Charles Oakley, fue expulsado del Garden ante los ojos de los aficionados allí presentes y de los que presenciaban desde sus televisores el partido ante LA Clippers emitido a nivel nacional, fue uno de los momentos más bajunos que se han vivido en la franquicia. Las tensiones entre el que vistió la camiseta del conjunto neoyorquino durante 10 años y el actual propietario, James Dolan, acabaron con un incidente que podría haber sido evitable y que acabó con Oakley esposado en dependencias policiales. Dolan le prohibió la entrada de por vida al Garden mientras muchas voces le reprochaban que el número de Oakley debía haber sido retirado desde hace mucho tiempo. Las posteriores disculpas del propietario fueron rechazadas por el exjugador y todos vimos unas maneras más mafiosas que conciliadoras en todo este asunto.

Según Forbes, nada de esto impactó en el valor los Knicks.

Esta temporada, los Lakers no tuvieron tensiones como las de la campaña anterior, en las que la palma se la llevaron Nick Young y D'Angelo Russell después de que el último publicara un vídeo en el que Young confesaba una infidelidad. Aquello le costó el matrimonio ya pactado con la artista Iggy Azalea. Otros episodios como las andaduras de algunos de los jugadores más jóvenes por las calles de Los Ángeles (Jordan Clarkson, Russell y Young fueron acusados de abusar verbalmente de una mujer), tampoco sirvieron para que la valía de la franquicia se viera afectada.

En la cúpula tampoco van sobrados de tensiones. El tira y afloja de la presidenta, Jeanie Buss, y el responsable de operaciones de baloncesto, Jim Buss, está siendo irremediable desde el fallecimiento de Jerry Buss, el patriarca y artífice de que la marca Lakers vaya más allá de los resultados y los desfalcos internos. Está ‘pasión de laguneros’ vivió un último capítulo con la incorporación de Earvin ‘Magic’ Johnson como asesor de la franquicia, en el que fue un punto a favor de Jeanie sobre un Jim que podría tener las horas contadas en la organización.

Y por si eso no fuera poco, los patrocinadores y aficionados tampoco fueron sensibles a los malos resultados de los últimos años. En las tres últimas temporadas, los Lakers registraron los dos peores balances de la historia de la franquicia. Desde que en la temporada 2011-2012 cayeron 4-0 en la primera ronda de los playoffs ante San Antonio Spurs, el equipo no fue capaz de llegar a playoffs en ninguna ocasión. Tampoco sucederá este año.

Con esto nos queda claro cómo funciona el mundo de los patrocinios y los acuerdos televisivos. Vale más una marca, que los éxitos que ésta tenga. Se le da más prioridad a su aceptación global que a los valores que ésta representa. Ni siquiera equipos como Golden State Warriors (puesto número tres con una estimación de 2.3 billones de dólares), San Antonio Spurs (décimo tercera posición con 1.1 billones de dólares) o Cleveland Cavaliers (décimo primero con 1.2 billones) cuyos resultados, en algunos casos, y la ética que expanden, en otros, no sirven para superar a dos entidades que viven sus horas más bajas y sus valoraciones más altas.