|
NEW ORLEANS - Anthony Davis tomó su asiento en el estrado el domingo por la noche, con su trofeo de MVP a un lado, listo para cerrar un fin de semana excepcional para el baloncesto profesional en New Orleans. El récord de 52 puntos de Davis, en el que sus compañeros del Oeste lo alimentaron para un récord de 39 intentos de tiros, parecía el final perfecto antes de regresar a la sobria realidad de rascarse y pelear por un lugar en los playoffs; los Pelicans (23-34) acechan el octavo lugar de los Denver Nuggets por 2 1/2 juegos. Pero todo cambió con un movimiento audaz del equipo: New Orleans ha conseguido a DeMarcus Cousins, una decisión monumental que definirá el futuro de la única franquicia que Davis conoce. La superestrella de los Pelicans, la cual negó tener conocimiento previo de las conversaciones comerciales hacia el final de su conferencia de prensa después del partido, acogió la noticia con una sonrisa y con sus grandes pulgares en alto antes de dirigirse junto con un grupo de familiares y amigos fuera del Smoothie Kings Center. Así de esta manera, los Pelicans habrían aterrizado -a un precio bajo-, quizás al pívot ofensivamente más dotado del mundo para ponerlo al lado de su joven y salvaje centro que está en medio de su temporada más productiva. 
"Tal vez el mundo es plano", dijo una fuente de la liga a través de un texto al oír los detalles finales del acuerdo.
Cuando desaparece la alharaca del momento, ciertamente hay preguntas que emergen tras la repentina llegada de Cousins, entre las que cabe destacar cómo se acoplarán en la parte delantera de la cancha dos tipos considerados en el top 10 de la NBA. Ambos ex pívots de Kentucky han sido reacios a ser etiquetados como centros, y mientras que el juego de Davis se construye para la velocidad del entrenador Alvin Gentry con el sistema de ritmo rápido, el corpulento Cousins se había asentado en un lugar con uno de los equipos más metódicos de la liga, después una temporada difícil bajo la tutela de George Karl. La adaptación de la agresividad de Cousins a un vestuario relativamente manso también parece ser un experimento de química interesante para una organización que ha anhelado en silencio una personalidad más agresiva para contrarrestar al relajado Davis, que ha hecho esfuerzos concertados para emerger como un líder vocal en su quinta temporada en la NBA. Cousins puede fácilmente convertirse en un acelerador para Davis, al igual que Draymond Green -un favorito de Gentry con quien mantiene en estrecho contacto- lo es para Stephen Curry. Aún queda el tema de mantener a Cousins, que le queda un año de contrato. Hay problemas que se derivan de hacerlo, incluyendo la voluntad de Jrue Holiday, un agente libre sin restricciones este verano, para volver a firmar, y el tope salarial de una franquicia que hasta ahora ha tenido que operar sin sumergirse en el impuesto de lujo. Además de que existe la posibilidad de que problemas pasados sigan atormentándolos, incluyendo los $ 26 millones que son pagados a Omer Asik, Solomon Hill y Alexis Ajinca solo en esta temporada. Pero esos son lo que los niños llamarían "problemas de gente rica", los Pelicans están dispuestos a resolverlos en los próximos meses. El humor de Gallows fue denso en los pasillos del Smoothie King Center al principio de la temporada, cuando los Pelicans perdieron ocho juegos sin la ayuda de Holiday. A raíz del triunfo de Davis, el shock y la maravilla resurgió a través de esa misma arena el domingo por la noche.
New Orleans ya no es sólo un anfitrión de fiestas o la casa de Anthony Davis. Su equipo de baloncesto, por primera vez desde su emocionante carrera a los playoffs hace dos temporadas, vuelve a ocupar un lugar en el panorama de la NBA.
|
