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Ginóbili, saborear para descansar

LOS ÁNGELES - A Manu Ginóbili no le hizo falta jugar junto a Kawhi Leonard ni LaMarcus Aldridge ante Sacramento Kings. Tampoco le importó aceptar el liderazgo en un partido que acabó siendo épico en el aspecto colectivo. No le costó trabajo echarse el equipo a la espalda, anotar el máximo número de puntos que logró esta temporada (19 unidades), asistir en cinco ocasiones y agarrar cuatro rebotes. Durante los 25 minutos que el argentino estuvo en pista, no bajó de la quinta marcha y ofreció un recital que incluyó penetraciones, amagos y bandejas varias, triples (tres en total) y un repertorio de juego digno de sus mejores tiempos.

Los chispazos de excelencia son constantes en Ginóbili aunque su producción esté viviendo un descenso obvio con el paso de los años. La llama de su básquetbol se apaga lentamente, aunque en ocasiones como la de este miércoles, se reavive de manera imparable. Manu fue tercer elemento y su brasa resplandeció en un partido que San Antonio Spurs fue perdiendo por una diferencia de 28 puntos.

Ni el escolta, ni su coach, Gregg Popovich, ni los asistentes al AT&T Center habían presenciado una remontada de ese calibre en más de dos décadas. Todos vibraron con una gesta a la que se añade la consecución de 50 victorias esta temporada, un logro que coloca a los Spurs como la única franquicia que acumula más de 12 temporadas al hilo alcanzando al menos cinco decenas de triunfos.

A Ginóbili le sobraron razones para saborear la noche del miércoles, sobre todo cuando cada detalle cuenta en el placer de vivir su retirada en silencio. Su gira de despedida no necesita ser rimbombante, simplemente un gozo interior que incluye actuaciones para recordar que aún tiene la maquinaria engrasada, porque el veterano estará en el ocaso de su carrera, pero el aporte que le da al grupo en varios niveles es fundamental.

En su rol de jugador secundario, el escolta es capaz de producir lo necesario para que los Spurs noten su impacto. Mientras que la transición entre los jugadores veteranos y los nuevos se está produciendo de manera orgánica y continuada, jugadores como Leonard, Aldridge, Patty Mills o Pau Gasol entre otros necesitan nutrirse de la intuición de Ginóbili. Ante los Kings, el escolta acaparó la atención, sin embargo no es un acontecimiento aislado.

Durante la temporada está siendo capaz de sumar encuentros en los que aunque no tenga unos números desorbitados, su contribución es fundamental. Su cadencia, su apertura del juego, su jugar de memoria, su velocidad en la movilidad del balón, su colocación tanto perimetral como interior. Las alternativas que ofrece la presencia de Manu en la alineación beneficia a sus compañeros aunque su presencia está limitada a un mínimo de su carrera de 18.8 minutos por partido.

No hay coach que domine las artes de dosificar más a sus jugadores que Popovich. Lo hizo el miércoles con Aldridge y Leonard y durante su carrera han sido varios los momentos en los que las piezas fundamentales como Tony Parker o Tim Duncan sumaron semanas de descanso. Por supuesto, con Ginóbili sucede lo mismo y el entrenador optó por darle un respiro ante Oklahoma City Thunder en el partido de este jueves. Evitar que participe en juegos consecutivos es ayudar a que el argentino llegue a la postemporada con más gasolina en el tanque. Ante Minnesota Timberwolves sucedió lo mismo tras nueve de los 10 partidos anteriores en la carretera. Las citas ante Houston Rockets y los Kings fueron demandantes, demasiado para un veterano de 39 años de edad que está a punto de poner punto y final a su carrera.

Es la clave para que Ginóbili siga saboreando el momento antes del descanso definitivo, del reposo mental y físico que suponen 15 temporadas en la NBA, 15 postemporadas, cinco Finales, cuatro campeonatos y ocho veranos ocupados (cuatro Juegos Olímpicos, tres Mundiales y un FIBA Américas).