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Martín Bater | ESPN Digital 7y

El calor de Miami se siente en una Conferencia Este renovada

El Miami Heat ha comenzado una nueva era tras la partida oficial de Chris Bosh. El “Big 3” ya es un mero recuerdo de un pasado glorioso, pero en Miami no han perdido el tiempo y sembraron las semillas del éxito esta pretemporada apostando por que la suma de las partes pueda ser más que cualquier individualidad. ¿Y les digo algo? Es el Heat, y no los Boston Celtics, el que podría llegar a ser el principal obstáculo de los Cleveland Cavaliers rumbo a las Finales de la NBA.

Si la NBA fuera béisbol en vez de básquetbol, se podría decir que Pat Riley, presidente del Heat, intentó lucirse con un Grand Slam contratando a Gordon Hayward, ponchó, y luego se redimió obteniendo tres dobles sólidos al asegurarse los regresos de Dion Waiters (4 años, 52 millones de dólares) y James Johnson (4 años, 60 millones) mientras incorporó a Kelly Olynyk (4 años, 50 millones) y de yapa finalmente se liberó del contrato atroz de Josh McRoberts.

Eso nos dice una sola cosa: Riley no tiene tiempo para demoler y reconstruir a los 72 años de edad y tampoco se piensa sentar de brazos cruzados mientras LeBron James se lleva todos los aplausos.

El Heat no tendrá a un Paul George o un Chris Paul en su plantilla, pero piénsenlo bien y se darán cuenta de que el potencial para lograr cosas importantes en Miami es enorme.

Primero que nada, no se olviden de que el Heat contó con la mejor marca del Este (30-11) y se perdió los playoffs por un desempate en la segunda mitad de la temporada pasada a pesar de haberse visto plagado por lesiones.

Waiters es el corazón latente del equipo, el que propulsó aquella remontada épica tras arrancar la temporada con 11 victorias y 30 derrotas. Él jugó apenas 46 de 82 partidos posibles.

Justise Winslow, el novato que tuvo una campaña sólida en el 2016 y se había solidificado como pilar defensivo, se vio aquejado por una lesión en la muñeca desde el principio y disputó apenas los primeros 18 partidos antes de pasar por el quirófano y verse marginado por el resto del año.

Sin embargo, la adversidad no limitó a los dirigidos por Erik Spoelstra. Todo lo contrario, les permitió encontrarse a si mismos y descubrir como el novato Rodney McGruder era todavía mejor defensor que Winslow marcando al mejor anotador rival noche tras noche.

Johnson se develó como líder dentro de la cancha con su versatilidad para ser alero, ala pivot o pivot como suplente y tomando la posta de un Udonis Haslem que ya no juega casi nada pero sigue siendo importante en el vestuario como veterano encargado de bajar la línea sobre la cultura del Heat.

Esa cultura es la de pelear y buscar la victoria hasta que quedes de rodillas, y luego pelear un poco más.

Así fue como Hassan Whiteside llegó a Miami en el 2014 como un jugador inmaduro y petulante y ahora es un veterano confiable que asume la responsabilidad de ser el ancla del equipo en la zona pintada liderando a la NBA en rebotes y siendo cuarto en la liga en bloqueos.

Mientras tanto, Goran Dragic se puso la capa de mago creador cuando Waiters se torció el tobillo por segunda vez en marzo y lideró al Heat en puntos (20.3) y asistencias (5.8) por partido la temporada pasada.

Whiteside también se perdió 10 partidos por lesión. Dragic, nueve.

Olynyk, por su parte, es un grandote intrigante que llega al Sur de la Florida con su propio espíritu de pelea proveniente de Boston (si no me creen, pregúntenle a Kelly Oubre Jr.), encaja a la perfección con el mantra de Miami, y hasta genera comparaciones con Dirk Nowitzki.

Sus 26 puntos, cuatro rebotes y cuatro asistencias en el séptimo juego decisivo de la segunda ronda contra los Washington Wizards indica al potencial de este pivot de 26 años que intriga al Heat a largo plazo.

Te acabo de mencionar a siete jugadores con un impacto legítimo y ni siquiera incluí a Tyler Johnson, el sexto hombre que promedió 13,7 puntos y 29,8 minutos por partido, a otro súper relevo y muy buen defensor como el base Josh Richardson, o a la decimocuarta selección del Draft en Bam Adebayo.

Adebayo se despachó con 29 puntos, dos bloqueos y 11 rebotes recientemente en un partido de la Liga de Verano y ya empieza a llamar la atención como posible variante de Whiteside cuando él necesite salir del partido.

Esos son 10 jugadores. No hay muchos equipos que cuenten con ese tipo de variantes.

Los Celtics perdieron parte de ella al ver partir a Olynyk y Avery Bradley (su mejor defensor) para poder obtener a Hayward. En Cleveland ya vimos que Deron Williams, Kyle Korver e Iman Shumpert no asustan a nadie. Y luego está el resto.

Miami contó con una marca combinada de 7-1 contra los Milwaukee Bucks y los Washington Wizards, mientras que los Toronto Raptors perdieron uno, ganaron otro y prevalecieron por 96-94 desde que se tuvieron que enfrentar contra el “Nuevo Heat” que apareció a partir de enero del 2017.

Los Chicago Bulls e Indiana Pacers se enfilan derechito a la lotería tras perder a Paul George y Jimmy Butler a manos de la Conferencia Oeste. Lo mismo le sucederá a los Atlanta Hawks sin Paul Millsap, Dwight Howard y potencialmente Tim Hardaway Jr. si no igualan la oferta de unos New York Knicks que definen a la mediocridad. Esos son 3/5 de tu quinteto titular. ¿Los Philadelphia 76ers? Prometedores, pero inexperimentados.

Los Cavaliers siguen siendo los máximos exponentes del Este, pero la actual base del Heat se posiciona arrastra al optimismo con el que terminó la temporada pasada y está a un buen arranque y un potencial canje rimbombante en febrero (¿Carmelo Anthony? ¿DeMarcus Cousins?) de apuntarle una flecha al trono del Rey.

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