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Paul George llega al Thunder y tienen un año para convencerle

Paul George Getty Images

OKLAHOMA CITY - Paul George fue la última persona en bajar de un avión privado enviado por el propietario del Oklahoma City Thunder Clay Bennett a fin de transportar a George y su familia desde Los Ángeles hasta Oklahoma City. El alero de 6 pies y 9 pulgadas se agachó a fin de pasar por el marco de la puerta y se ajustó la nueva gorra del Thunder que había usado durante el vuelo. Rápidamente, el gerente general del Thunder, Sam Priesti, el asistente al gerente general, Troy Weaver, y el entrenador Billy Donovan le dieron la bienvenida.

Intercambiaron saludos y rápidamente comenzaron a conversar. Uno de los empleados de la oficina del Thunder le comentó a George: "Bonito sombrero", a lo cual George respondió con un guiño y la frase: "Tú sabes". Se volteó y miró hacia adelante. En frente de él se encontraban aproximadamente 500 aficionados del Thunder, todos apretujados detrás de una cerca frente a un hangar privado en el Aeropuerto Will Rogers.

La llegada de George estaba prevista para la 1 p.m., y la voz ya se había regado en redes sociales. Los fanáticos del Thunder, como es ya tradición, se reunieron para el encuentro en su puesto usual. En lo que, obviamente, era el día más caliente del verano en Oklahoma hasta la fecha, el vuelo de George se atrasó por hora y media. Se empezaron a distribuir botellas de agua. Se obsequió cerca de una docena de pizzas. Los aficionados cantaron, tocaron música, se abanicaron con las pancartas hechas por ellos mismos y conversaron, hablando con frases que comenzaban y terminaban similarmente: "¿Paul George? ¡Paul George!”.

Pero George ya estaba aquí, y caminó hacia la cerca poniendo su mano contra ella, llevándola de un lado al otro. Los aficionados cantaban: "¡P-G-O-K-C!" mientras George posaba para una selfie. Saludaba con su mano y saltó hacia una camioneta negra. Los aficionados se aprestaron a hacer fila a los extremos de la vía que comenzaba en el hangar y saludaron a George y su familia al ser conducidas hacia Oklahoma City.

Y así comenzó el primer día de un viaje de reclutamiento que durará un año.

El canje del Thunder por George sacudió los cimientos de la NBA unas horas antes que se iniciara la temporada de agencia libre, un movimiento sísmico con un jugador superestrella juntándose con el actual Más Valioso. Sin embargo, cada discusión y conversación con respecto a la unión de George con Russell Westbrook era seguida por un cauto "sí, pero....". Sí, todo muy bien, pero sólo podría durar una temporada. George será agente libre sin restricciones a partir del próximo verano, y es quizás el secreto peor guardado de la Liga que aparentemente tiene su mirada puesta en la Costa Oeste.

El Thunder lo sabe ahora y lo tenía muy claro cuando acordó negociar por George, pero Presti estaba determinado a hacerlo posible. George es el tipo de jugador por el cual vale la pena tomar un riesgo así, especialmente cuando se cuenta con un hombre del calibre de Westbrook, quien está próximo a cumplir 29 años.

Parece algo ya concreto desde afuera, el hecho que el Thunder está básicamente tomando a George en alquiler por una campaña y quedará reducido a ver otro jugador estrella partir. No obstante, personas conectadas a George refutan esta tesis, sugiriendo que no todo está tan claro como algunos creen. Una fuente cerca a George con conocimiento directo de su razonamiento lo dice así: "Todo está bajo discusión con Paul, y todo es posible”.

George está "realmente emocionado" de unirse al Thunder y Westbrook, de acuerdo a la fuente, y mira esta temporada como una oportunidad abierta. Porque, cuando todo se reduce a lo que George decida el próximo verano, de acuerdo a la fuente: "El ganar es su principal prioridad”.

No fue exactamente la exigencia de un cambio lo que produjo la inesperada llegada de George a Oklahoma City. Fue más bien una declaración de intenciones. Su mensaje a los Indiana Pacers fue directa. Quería ver una dirección fuerte y un plan hacia la prosperidad. Sin tener ninguno de esos caminos visibles con los Pacers, expresó con claridad sus intenciones de irse cuando tuviese la oportunidad, posiblemente hacia Los Angeles Lakers, como informó Adrian Wojnarowski en junio. Todo eso, obviamente, trascendía antes que fuese cambiado a la Conferencia del Oeste a un equipo con el actual Más Valioso en su nómina. ¿Esto cambia su perspectiva? Si el ganar es su verdadera prioridad principal, cómo puede hacerlo con un equipo de los Lakers que apenas ganó 26 partidos la zafra pasada, aunque cuenten con un núcleo de jóvenes brillantes? A menos que los Lakers sean capaces de producir un segundo jugador estrella, no encajan con la lista de deseos de George.

El Thunder hizo esta negociación a sabiendas de las intenciones de George, creyendo que pueden venderle su cultura de triunfos y consideran que George encaja perfectamente en ella. No están tapándose los oídos para evitar el ruido con los Lakers. Están muy conscientes de la situación. Es algo perfectamente entendido por ambas partes, de acuerdo a fuentes, que George comienza su estadía en Oklahoma City sin compromisos con el futuro del equipo, pero igual con una mente abierta a fin de convertirse potencialmente en parte del mismo.

La percepción que hay alrededor de la NBA sobre el hecho que George es un mero alquiler limitó las ofertas que recibieron los Pacers, siendo esa la razón por la cual la oferta del Thunder (Víctor Oladipo y Domantas Sabonis) fue aceptada por Indiana. Ninguna de las ofertas recibidas por Indiana fueron muy atractivas para negociar a una estrella del calibre de George y eso estaba directamente ligado a su poco claro futuro. Sin embargo, el Thunder vio la oportunidad de reconstruir de forma instantánea un equipo que perdió hace un año atrás a Kevin Durant, siendo un riesgo que vale la pena tomar. OKC ha estado en la búsqueda de una estrella que colocar al lado de Westbrook durante los últimos meses, con George como su primera opción. Como indica una persona cercana al equipo, Durant era la pieza ideal para el Thunder junto a Westbrook, pero detrás de ella estaba Paul George en la lista. Saben que no habrían conseguido reunirse con George el próximo verano al éste convertirse en agente libre. Ni siquiera podían conseguir una con la estrella oriunda de su terruño Blake Griffin un par de semanas atrás. Sin embargo, esto les da un puesto en la mesa y uno privilegiado, además.

El Thunder ya se encuentra en el proceso de intentar seducir a George con todas sus fortalezas, empezando con una fuerte base de aficionados que adora a sus estrellas y lo harán sentir como rey de la ciudad. Tras su bienvenida en el aeropuerto del martes, su presentación oficial el miércoles será más un evento que una rueda de prensa común, con música en vivo, fanáticos en el público y entretenimiento, todo parte de la inauguración de un nuevo centro de eventos en el floreciente distrito de Film Row en Oklahoma City. El Thunder es cualquier cosa menos sutil: están intentando convencer a George con todo su arsenal.

El equipo se encuentra confiado en que su cultura y estructura organizativa impresionarán a George. El ponerlo a compartir el gimnasio por una temporada con Donovan, conocido por su habilidad de conectar personalmente con jugadores y construir fuertes relaciones. O también está el altamente elogiado staff de apoyo del conjunto, que va desde barberos y chefs personales, sin olvidar su complejo de prácticas de última generación en el cual no se escatimó gasto alguno para contar con "todos los juguetes”.

O bien será el jugar junto a Westbrook, quien se convertirá de forma inmediata en el mejor jugador con el cual George haya compartido un tabloncillo en toda su carrera en la NBA. He aquí la situación en la cual pesa la mayor responsabilidad por el futuro de George en Oklahoma City. Westbrook encendió la liga la pasada campaña. Con George a su lado, tendrá que bajar la presión y concentrarse en otras áreas, como bien lo hizo con Durant, cuatro veces campeón de anotación.

Westbrook tendrá que construir una fuerte relación con George en la cancha, pero a ciencia cierta, si quieren convivir en Oklahoma City por largo tiempo, Westbrook necesitará primero hacer un compromiso. Es elegible para una extensión por cinco años, y la oferta está sobre la mesa. Mejor dicho, ya ha estado allí por casi dos semanas. No hay indicación que haga pensar que Westbrook no piense aceptar pero, como una persona que lo conoce bien lo afirmó apropiadamente: "él hace las cosas cuando él quiere”.

Agregar a George cambió todo el panorama a considerar con respecto a la extensión, pasando de ser un procedimiento de estabilización a fin de atraer a futuros agentes libres, a uno en el cual Westbrook está evaluando las cosas mientras el futuro de George se termina de definir. Westbrook tiene hasta el último día antes del inicio de la temporada regular 2017-18 a fin de firmar la extensión, y mientras al Thunder le encantaría que lo hiciera ahora (y muchos creen que así será), Westbrook podría seguir deshojando la margarita por un buen tiempo. Sin embargo, si Westbrook quiere dar un mensaje y desea jugar con George en OKC a largo plazo, el firmar más temprano que tarde le daría a este último una vibra positiva difícil de resistir.

George está consciente de todo esto. Busca además partir desde cero y darle a su nuevo hogar en el baloncesto una buena oportunidad, al menos en apariencia. Comentó recientemente a Sports Illustrated que su deseo de jugar con los Lakers está "sobredimensionado". El Thunder tiene un plan de acción muy definido en frente de ellos. Si bien los saludos en el aeropuerto y la emoción pueden servir de algo, en definitiva todo dependerá del éxito y que tan alto puede ascender George en Oklahoma City. Ganar, y ganar los partidos que importan. Si eso ocurre, las posibilidades que el Thunder retenga a George serán mucho mejores.

Este miércoles, el Thunder presentará oficialmente a George en una fiesta en plena ciudad. Aún tienen la frente en alto luego de la partida de Durant, y podrán brindar con esperanzas hacia el futuro con perspectivas muy halagadoras. Sin embargo, nada está definido aún. No hay nada seguro. Y es precisamente esa incertidumbre la que les da mayores esperanzas.