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Martín Bater | ESPN Digital 7y

Carmelo Anthony no posee tanto poder como parece en Nueva York

Amanece el mes de agosto en la NBA, remolón como quien no quiere la cosa, y Carmelo Anthony sigue siendo un New York Knick. Se viene especulando desde febrero con que lo van a canjear, pero ni el ex presidente Phil Jackson ni el actual gerente general Scott Perry se han animado a apretar el gatillo hasta ahora. ¿A qué se debe esa estasis? A dos factores clave, para serte sincero.

El factor principal es que Carmelo es uno de apenas tres jugadores que cuentan con una “cláusula anti canje” (los otros dos son LeBron James y Dirk Nowitzki). ¿Qué significa eso? Simple: Si los Knicks quieren mandar a Carmelo a otro equipo, primero tienen que pedirle permiso.

Sin embargo, el alero estelar del conjunto neoyorquino ya dejó en claro que solamente quiere irse a los Houston Rockets para divertirse junto a Chris Paul y James Harden mientras intenta volver a conquistar a su ex esposa LaLa.

El segundo factor es que varios jugadores previamente restringidos, principalmente los novatos que recién fueron seleccionados en el Draft de este año, recién pueden ser considerados para una transacción a partir de este martes 1 de agosto.

Uno se podría imaginar que una conversación entre James Dolan, dueño de los Knicks, y Carmelo va más o menos así.

(Interior de la casa de Carmelo en Nueva York. Dolan toca la puerta y escucha música llegando desde adentro)

Carmelo (abrazando una foto de LaLa): “Keep bleeding, keep, keep bleeding looooveee…”

Dolan: “Melo, ¿puedo pasar? Estás…. ¿Llorando?”

Carmelo: “¿Eh? No, no, simplemente estaba ensayando para…un…casting. Un casting de ‘Hamilton’. Por cierto, ¿me conseguiste las entradas que te pedí?”

Dolan: “No, Carmelo, lo siento. Siguen agotadas. Además no quieres que te abucheen al final de la obra como a Mike Pence”

Carmelo: “Pero Pence les quiere quitar la cobertura de salud, yo los alegro cada noche en la meca del básquetbol”

Dolan: “Carmelo, tú eres la razón por la que ellos necesitan cobertura de salud. Dicen que les das un ataque al corazón cada vez que te ven en defensa”

Carmelo: “Me quiero ir a Houston. LaLa volverá a estar conmigo si le compro un cohete…o la NASA entera”

Dolan: “Melo, no funciona así…Ellos no cuentan con los jugadores que queremos. Prefieren a Porzingis de todos modos. ¿Qué te parece Milwaukee?”

Carmelo: “Vete. Vete y no me vuelvas a hablar hasta que me tengas las valijas hechas a Texas”.

Dolan: “Está bien, pero al menos prométeme que vendrás a verme tocar con mi banda esta noche”

Carmelo: “Quizás. LaLa me prometió que me llamaría por FaceTime”.

Melodramas aparte, lo curioso de todo este asunto es que a pocos en Manhattan parece importarles que el mejor anotador de su equipo se vaya o se quede. A diferencia de Kyrie Irving, quien tiene tantos aficionados como detractores en Cleveland hoy en día, la apatía reina en la hinchada de una de las franquicias más tradicionales de la NBA.

Una encuesta hecha por ESPN.com a mediados de enero de este año sobre si los Knicks deberían canjear a Carmelo dictaminó que el 70 por ciento de aquellos que votaron lo hicieron por la opción de “Si. Los Knicks necesitan reconstruirse con jugadores jóvenes”, mientras que apenas un 30 por ciento consideró que los Knicks “necesitan a Carmelo”.

Ellos iban 18-24 en aquel entonces y terminaron la temporada con una marca de 31 victorias y 51 derrotas, así que no se estima que esa posición popular haya cambiado.

También hay que tener en cuenta que Irving es un base clave para los Cleveland Cavaliers que tiene apenas 25 años de edad, metió el triple consagratorio para que esa ciudad obtenga su único título en medio siglo y acaba de ayudar a LeBron James de gran manera a alcanzar sus terceras Finales consecutivas con los Cavs. Carmelo no va a los playoffs desde el 2013, nunca ha alcanzado siquiera las finales de la Conferencia Este en Nueva York y va a cumplir 33 años en mayo del año que viene.

Uno despierta pasiones, el otro es la definición de “meh” en el diccionario.

Además, la última vez que vimos a un jugador estrella que necesita al balón en sus manos irse despechado a Houston para jugar con James Harden, él se fue todavía peor tras una temporada catastrófica. Me refiero a Dwight Howard, quien ahora está exiliado en Charlotte tras pasar por Atlanta.

Anthony es considerado mucho mejor compañero que Howard, especialmente por lo que él hizo en la selección olímpica estadounidense. Es por eso que hay varios que son optimistas sobre su potencial como tercera opción en los Rockets.

Ese es el curioso mundo de Carmelo Anthony. Sus opciones son seguir siendo la estrella de un equipo irrelevante que ya está en plena transición hacia contar con Kristaps Porzingis como referente a futuro mientras la “Era Melo” es tan anticuada como el IPhone 4, o resignar protagonismo en pos de buscar su primer gustito de las Finales de la NBA sin garantía alguna de poder lograrlo con los Golden State Warriors en el camino.

LaLa, regresa.

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