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Adrian Wojnarowski | ESPN.com 7y

Steve Clifford y los Hornets le ofrecen una casa y una esperanza a Dwight Howard

ATLANTA - Dwight Howard había estado practicando intensamente por dos horas en el gimnasio de la Universidad de Georgia Tech, pasando del salón de pesas al gimnasio entre ejercicios físicos y de básquetbol. Nada de bufonadas o bromas. Cuando Howard se dedica a trabajar, él es feroz en su dedicación y meticuloso en su metodología.

Howard perdió peso junto a un montón de ira este verano. A él le han dado un baño de humildad mandándolo de su Atlanta natal a una nueva posibilidad en Charlotte. Steve Clifford manejó por tres horas y media para verlo trabajar durante un caluroso día veraniego, y el entrenador en jefe de los Charlotte Hornets representa algo sumamente importante para Howard hoy en día. Clifford es un enlace a sus noches de gloria con el Orlando Magic, una especie en extinción entre los entrenadores de la NBA: Él quería a Howard. Lo conoce, confía en él dentro del vestuario y cree que Howard puede contar con un impacto inmenso en los Hornets.

Más que nada, Howard anhela ser aceptado. Es por eso que el canje a Charlotte, a Clifford, le ha devuelto la fe.

"Cliff me va a exigir, pero nunca va a ser uno de esos tipos que yo diría que me quiebran el espiritu', Howard le dijo a ESPN. "Él verdaderamente cree en mí. Esta es una gran oportunidad para mí, de poder demostrarme a mí mismo que yo sé exactamente quien soy tras todo el caos que me ha sucedido durante los últimos años -- de simplemente callarle la boca a la gente".

Clifford representa al último y mejor salvavidas para que Howard reviva su buen nombre. Él es el entrenador que se interpone entre Howard y el último capítulo de una carrera que amenaza con convertirlo en un vagabundo de la NBA. Ese final es algo que aparece en el horizonte como algo inadecuado para la carrera de un pivot del Salón de la Fama que ha logrado tanto como Howard.

Howard no se sintió querido por los Atlanta Hawks y los Houston Rockets durante las últimas dos temporadas. Se sentía fuera de lugar dentro de la cancha y malentendido fuera de ella. Esas son constantes que se apegan con fuerza a Howard y casi nunca se marchan mientras alimentan sus inseguridades y demarcan sus respuestas a la adversidad profesional.

"Los entrenadores no sabían quién soy en realidad en los otros lugares donde estuve", Howard le dijo a ESPN. "Yo pienso que ellos contaban con una percepción sobre mí y nunca la cambiaron. Cliff conoce mi juego. Él sabe todas las cosas que yo puedo hacer. Estoy sumamente determinado a volver a la cima. Se siente re bien cuando alguien cree en ti. Ellos no solamente lo dicen; lo creen. Eso me motiva a llegar al límite en los entrenamientos; corriendo, entrenando, todo. Quiero hacer más".

"En Orlando yo contaba con entre 13 y 15 tiros por partido. La temporada pasada en Atlanta, esos eran seis. Parece como que no estoy involucrado en el partido. Y si me erro un tiro eso termina quedando en evidencia ya que no cuento con muchos de ellos. Sin embargo, yo creo que todo se trata de oportunidades, de sistemas. Yo no he estado en un sistema donde puedo ser yo mismo desde Orlando".

Eventualmente iba a pasar algo más en esta tarde de agosto: Howard pasó a estar detrás de la línea de triples y procedió a tirar. Él ahora practica triples todos los días. Ha estado intentando acoplar a su juego desde hace tres años. De alguna manera, ese es un intento de mantenerse relevante en esta NBA cambiante. La NBA ha evolucionado drásticamente alrededor de Howard mientras el pivot poderoso va perdiendo influencia lenta pero progresivamente. Howard cuenta con una noción para reinventarse ofensivamente, de la manera en que lo ha hecho seguido en su vida -- cambiando a la gente de confianza, representantes y equipos.

En cuanto a los triples, Howard sabe lo que Clifford piensa de ellos. Charlotte cuenta con un libreto de jugadas para utilizar a Howard en ataque, de darle el balón con acciones ejecutadas en Orlando. Charlotte también aprovechará su habilidad como pasador.

Aunque no hay triples de Howard en ese libreto.

Ese es el Dwight Howard clásico: El que invierte en algo bien intencionado pero nada productivo. Estos eran ejercicios privados ejecutados por el staff de Howard, y Clifford no se había encaminado en un viaje de siete horas ida y vuelta para hablarle a Howard sobre sus triples.

Ellos cuentan con tanto historial juntos en el Magic y los Los Angeles Lakers, y Clifford comprende las maneras de maximizar a Howard. A veces lo más sabio es dejar que Howard saque a sus ideas -- algunas bien intencionadas, otras ridículas - fuera de su sistema para luego volver a enfocarlo en lo que importa.

Howard ve a Clifford y piensa sobre la oportunidad de recuperar algo perdido, un momento y un lugar en el que él solía ser Superman. Alguna vez, Howard supo ser el jugador más dominante de la NBA. Ahora él tiene 31 años y sus rodillas acusan el desgaste de 13 temporadas como profesional. Clifford supo ser el asistente principal de Stan Van Gundy durante cinco temporadas en Orlando. Y ahora, en Charlotte, Clifford se ha ganado la reputación de uno de los entrenadores en jefe de la NBA que le saca todo su provecho al talento limitado que posee. Clifford ha deseado que los Hornets obtengan a Howard desde hace dos años.

Horas antes durante esa tarde de agosto, Clifford se había subido a su Mercedes SUV y comenzó a manejar hacia Atlanta pasando por Carolina del Sur y el campus de la Universidad de Clemson mientras hablaba sobre el pivot que disputó ocho Juegos de las Estrellas y como él se puede integrar a un plantel que ama su llegada.

"Él encaja con nuestro equipo, la manera en la que jugamos", Clifford dijo durante el viaje. "La NBA se ha convertido en una liga de triples, pero la mayoría de los equipos cuentan con esos tiros desde adentro para afuera. Para mí, él todavía cuenta con esa presencia grande en la zona pintada tanto ofensiva como defensivamente. Además, sus fortalezas principales siguen siendo las mismas: Como protector del aro, rebotero, organizador defensivo, gran ejecutor de cortinas, pidiendo el balón en la zona pintada y absorbiendo infracciones. Esas cosas no cambian para nada".

"Él no es el mismo atleta que cuando llegó a Orlando, pero es mucho más experimentado. Yo todavía pienso que le queda mucho buen básquetbol por jugar.

"Él ha estado muy motivado a tener una gran temporada desde el canje hasta ahora, y se muere por vernos ganar. Los últimos años han sido duros para él. Lo veo motivado para trabajar. El éxito de nuestro equipo es lo que sigue apareciendo en nuestras conversaciones. Él quiere formar parte de nuestro equipo, esa es su prioridad".

Su vuelta a su Atlanta natal como agente libre con los Hawks por tres años y 70 millones de dólares terminó siendo un paso por un año hasta que la franquicia y Howard decidieron buscar un canje apenas terminó la temporada. Nada termina bien para él últimamente. Ni con los Hawks, ni con los Rockets.

"Los equipos querían que yo haga cosas distintas a las que me prometieron cuando los elegí", Howard le dijo a ESPN. "En Atlanta, yo iba a estar involucrado en ataque. Luego, más cerca del final de la temporada, eso se convirtió en 'Ey, nosotros solo te adquirimos por tu defensa y tus rebotes.

"Lo que la gente no entiende desde afuera es que dicen 'Oh, él no está teniendo oportunidades para tirar así que su nivel va en declive' y eso siempre depende de la oportunidad y el sistema.

"Me dolió como arranqué la temporada, consiguiendo muchos intentos, obteniendo el balón -- y como la terminé, en el último cuarto y yo sentado en la banca. Me hizo enojar. Yo sabía que contaba con más para ofrecerle al deporte, a mí mismo y al equipo".
Howard ve tanto de esos equipos de Orlando del pasado en su nuevo equipo: Marvin Williams, un ala pivot versátil; tiradores como Kemba Walker y Nicolas Batum orquestando una ofensiva Magic-esca que juega con cuatro en el perímetro y Howard en el centro. Clifford estipuló una condición para que Howard esté dentro de la cancha y castigue a oponentes en ataque por falta de altura: Ponte en la mejor condición física, mejora en el perímetro y prepárate para marcar a pivotes rivales lejos del aro.

"Muchos jugadores siempre hablan sobre expandir su juego", dijo Clifford. "Y si tú quieres jugar contra todos los otros pivotes también debes expandirte defensivamente. Mi punto es el siguiente: Tienes que recordar que tus fortalezas principales siguen siendo las mismas. Nosotros debemos adaptarnos al estilo de la NBA y a las cosas que la gente de tu posición está haciendo".

Clifford ha hecho las caminatas para visitar a Howard para volver a conectar y asegurarse de que tienen una base de confianza para cuando los tiempos difíciles vengan en la temporada - porque siempre llegan.

Charlotte ha estado perdiendo dureza física y rebotes. Howard ya no es un All-Star, pero todavía puede ser una fuerza. Todavía puede impactar las victorias y derrotas.

"No he tenido un sistema en el que pueda ser quien soy desde que estuve en Orlando", dijo Howard. "El hecho de que haya jugado con un Kobe [Bryant], un James [Harden], y fueran dominantes, me afectó, pero he estado en este sistema antes y sé lo dominante que puedo ser. Soy más inteligente ahora, y eso va a permitirme usar mi rapidez y explosividad de una manera mejor".

A decir verdad, nadie espera dominio de Howard. Aquellos días se han ido. Pero Clifford todavía cree que Howard puede ser la diferencia entre la lotería y los playoffs.

"Siempre he pensado en eso: todo lo que tengo que hacer es ganar", dijo Howard. "Pensé que la situación en Houston iba a ser genial, pero ese año pasado no estaba ahí, empezamos muy bien aquí en Atlanta, y pensé: 'Esto es todo, está a punto de cambiar'. Y entonces, no pasó".

Clifford le da a Howard su mejor oportunidad en mucho tiempo, pero esto no es un cuento de hadas, y estos no son los años de gloria del Orlando Magic. Howard tiene una oportunidad, pero está en él - de una vez por todas.

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