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Orlando regresa al centro de la escena en la Conferencia Este

La NBA cuenta con dos equipos en el estado de la Florida. Uno es el Miami Heat, el equipo que terminó la temporada pasada con una marca de 30-11 en la segunda mitad y regresó con toda su base para la campaña 2017-18. El otro es un Orlando Magic que arrastra sus 29 victorias de la temporada pasada y no gana más de 35 juegos ni clasifica a los playoffs desde el 2012. Uno de esos equipos arrancó 2-4 con lesiones y muchas dudas este año, el otro 5-2 y venciendo a potencias…y seguro que no es el que piensas.

Así es, la magia ha regresado a Disney y en Orlando reina la ilusión con su mejor arranque desde aquella última temporada con boleto adquirido a los playoffs y un primer puesto compartido con los Boston Celtics y los Detroit Pistons tan tempranero como impensado en la Conferencia Este.

Digan lo que quieran sobre como esto es apenas una buena racha, que no va a durar y que invertir tus esperanzas en el Magic para el 2018 es como decir que Shia LeBeouf va a ganar un Oscar, pero la realidad indica que sus números no mienten y que son impresionantes.

Primero que nada, dos de sus cinco victorias han sido contra dos candidatazos al título como los Cleveland Cavaliers por 114-93 de visitantes y por 114-87 ante los San Antonio Spurs como locales.

Para dejarlo bien claro, primero apabullaron a los tricampeones vigentes de su conferencia contra los que habían caído derrotados en sus últimos 17 enfrentamientos, y luego le previnieron a Gregg Popovich igualar a Phil Jackson como el sexto entrenador más ganador de todos los tiempos al humillar a sus Spurs ganándoles por hasta 36 puntos en un momento del partido en Orlando. Además, el Magic es uno de apenas cuatro conjuntos que siguen invictos en casa. Los otros tres (Washington Wizards, Toronto Raptors y Utah Jazz) clasificaron a los playoffs la temporada pasada.

Todo suena muy feliz y lindo, pero te preguntas si este éxito prematuro podrá durar hasta abril. Y yo digo… ¿Por qué no? En el Este no estamos hablando de que necesitas obtener 50 victorias para terminar octavo y obtener el último boleto a la gran cita, sino que 41 fue el número mágico la temporada pasada y 39 podría llegar a serlo en esta.

Y si te preguntas cuál será su receta duradera, permíteme decirte que en el Magic se están tomando a pecho al lema de sus rivales que residen 250 millas al sudeste: Todos para uno, y uno para todos.

Los dirigidos por Frank Vogel cuentan con la segunda ofensiva más potente de la NBA al promediar 116.9 puntos por partido, un total que es posible gracias a su promedio de 25.2 asistencias (segundo en la liga), las cuales posibilitan al porcentaje de efectividad del 44.1 por ciento en triples, el más elevado de todos. Los Portland Trail Blazers los siguen con un 42.1, y los Golden State Warriors de Stephen Curry con un 39.9.

Es más, los cinco triples en seis minutos de Marreese Speights fueron clave para que un parcial de 22-6 del Magic sobre el final del tercer cuarto y el principio del cuarto liquide a los New Orleans Pelicans durante su victoria más reciente el lunes 30 de octubre.

¿Speights? ¿Quién es ese? ¡Ni siquiera es titular! No lo es, pero si es un veterano que supo ser campeón con los Golden State Warriors en el 2015 y le brinda su experiencia a un plantel que cuenta con apenas un integrante más de 30 o más años de edad (Arron Afflalo).

Ningún jugador del Magic será confundido con LeBron James o siquiera Lonzo Ball, pero Evan Fournier cuenta con la confianza de alguien que se siente pilar de la franquicia durante el segundo año de un vínculo por cinco temporadas y 85 millones de dólares.

El escolta francés acaba de soplar 25 velitas el 29 de octubre y es el máximo anotador del equipo con 22 puntos por encuentro mientras su porcentaje de efectividad es del 54.5 por ciento en tiros de campo y del 55.6 en triples.

Cuando el Magic estaba tratando de mantener su exigua ventaja en casa durante el debut contra el Miami Heat, Fournier fue el asesino de las esperanzas del rival con siete puntos en los últimos dos minutos finales rumbo a una victoria por 116-109. Tampoco podemos ignorar a Nikola Vucevic, el grandote más subestimado de la NBA.

Vucevic supera a todos sus compañeros en el rubro de bloqueos (1.4), tiros de campo (15.7) y efectividad (55.5 por ciento) por encuentro, lo cual simboliza su importancia en un esquema que aprovecha su presencia en la zona pintada con su capacidad para lastimar desde el perimetro.

El pivot montenegrino ya se despachó con 41 puntos y 12 rebotes contra los Brooklyn Nets y hasta evitó que DeMarcus Cousins anote una mísera canasta durante las 46 ocasiones en las él lo marcaba mano a mano. Estamos hablando de un Cousins que llegaba inspiradísimo a su cita con Orlando tras anotar 41 puntos y bajar 23 rebotes en Sacramento y posteriormente ridiculizó a Kevin Love con 29 y 12 ante los Cavaliers.

También está Aaron Gordon, el joven ala pivot que se asiste a sí mismo para volcadas impresionantes y también se lució con 41 puntos y 14 rebotes cuatro días después de los 41 de Vucevic durante una segunda cita con los Nets.

Tampoco te dejes engañar por su vigésimo puesto en puntos permitidos (107.9) por partido, ya que su diferencia de puntos es la cuarta más elevada de la NBA. El frenesí es parte de su identidad al provocar la sexta mayor cantidad de balones perdidos por su oponente, y cuando llega el momento de solidificarse lo hacen como la novena mejor defensa en términos de efectividad en tiros de campo.

Como podrán ver, la magia es real y en Orlando nadie está por contarte cual es el secreto de su hechizo basquetbolístico. Ahora hay que esperar y ver si su carroza no se convierte en calabaza.

Todavía no ha llegado la medianoche.