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Dave McMenamin | ESPN.com 6y

El lazo especial entre Isaiah Thomas y "el niño más valiente"

Gavin Heileman, de 5 años de edad, estaba al pie del escenario, a minutos de su turno bajo los reflectores. Isaiah Thomas tomó la mano de Gavin y la sostuvo fuertemente mientras ambos esperaban la señal para salir. Thomas fue el chaperón de Gavin en el evento “Big Shots y Little Stars” (“Grandes personalidades y pequeñas estrellas”) en el cual los Cleveland Cavaliers anualmente recaudan fondos para la caridad Flashes of Hope, y aunque cada jugador fue juntado con un niño durante la noche de manera aleatoria, hubo algo especial desde el inicio entre los dos.

“Tengo niños pequeños, por lo cual sé cómo son las cosas”, dice Thomas. “Me dio su mano, y yo la tomé”.

Thomas, cuya altura es indicada generosamente en 5 pies, 9 pulgadas, y jugando un deporte que despacha a sus scouts literalmente por todas partes del mundo a fin de encontrar a los atletas más altos, inexplicablemente consiguió una forma de brillar y cobrar protagonismo en la NBA tras ser seleccionado en el último puesto de selección del draft de 2011, en el número 60.

Tras un año con los Boston Celtics en los cuales alcanzó topes en su carrera durante la pasada temporada (con promedio de 28.9 puntos y 5.9 asistencias en la zafra regular, luego 23.3 puntos y 6.7 asistencias en una carrera en la postemporada que concluyó con una derrota ante los Cavaliers en las finales de conferencia, no era de esperar que Thomas estuviese allí. No en Cleveland. Tampoco con una cadera rota. Ni en un año para buscar nuevo contrato con millones de dólares en juego.

No se suponía que Gavin estuviese aquí, tampoco. No cuando sufrió astrocitoma anaplástico. No a dos años de habérsele descubierto un tumor cerebral grado III cuando apenas tenía 3 años de edad. Menos cuando debió superar convulsiones y quimioterapia y perder la sensación en el lado derecho de su cuerpo, todo ello antes de inscribirse en la escuela primaria.

Flashes of Hope los juntó. Desde su inicio en Cleveland en 2001, la organización ha fotografiado a decenas de miles de niños que luchan contra el cáncer, capturando una imagen de cada infante que les sirva para mejorar su confianza mientras luchan contra la enfermedad.

El evento de “Big Shots and Little Stars” (en el caso de Thomas, el “grande” no era tan literal) recaudó una cifra record de $1.15 millones, con 150 voluntarios que ayudaron a que la temática de “Alicia en el país de las maravillas” cobrase vida. Varios actores se disfrazaron de personajes como el Sombrerero Loco y la Reina de Corazones, y la noche fue la primera ocasión en la cual Gavin se vistió con corbata de pajarita con su traje de tres piezas. Thomas bromeó un poco con Gavin a causa de su combinación de medias blancas y zapatos negros, dándole una mirada al estilo Michael Jackson.

Aparte de la relación de Thomas con sus hijos (Jaiden, de 5 años y James, de 7) que lo condujo a establecer un nexo natural con Gavin, hay otra cosa en común entre ambos.

“Soy uno de los chicos más pequeños de mi clase, pero estoy bien con eso”, dice Gavin. “Me gusta”.

“¿Te gusta?”, responde Thomas, con su rostro iluminado. “Ser pequeño es tan chévere. Soy el más pequeño en la NBA. Soy el jugador más pequeño del baloncesto, así que parecemos ser el mismo”.

“Sí”, dice Gavin, asintiendo con su cabeza.

“No siempre es divertido ser alto”, dice Thomas.

Lo divertido fue el tiempo que pasaron juntos, hablando sobre la película favorita de Gavin (“Cars”), y caminar por una pasarela de modas que abarcaba la cancha del Quicken Loans Arena, donde juegan los Cavaliers, con 1.300 invitados tomando fotos.

Luego del paseo por la pasarela, Thomas y Gavin fueron entrevistados por el narrador de los Cavaliers Fred McLeod. Thomas estuvo detrás de Gavin, sus manos en los hombros del niño. Thomas hablaba y Gavin se acercó, envolviendo uno de los dedos de Thomas con su mano.

“No suelo llorar mucho, pero empecé a hacerlo porque podías ver lo cómodo que Gavin se sentía al lado de Isaiah”, dice Cameron Heileman, madre de Gavin.

La experiencia dejó una impresión en Gavin.

“Todo el camino a casa, estaba súper, súper… No sé cómo explicarlo. Parecía un niño que jamás he visto”, dice Cameron. “Se sentía tan emocionado por todo”.

Tras el evento, la clase de kindergarten de Gavin le recibió en la escuela con una pancarta que rezaba “Swishes come true”, un juego de palabras con “Swish” y “los deseos se hacen realidad”. La familia Heileman suele organizar reuniones para ver los partidos de los Cavaliers, y Gavin viste religiosamente una cinta en su frente, igual a la usada por Thomas. Si bien Thomas no ha participado en un encuentro de los Cavaliers por su lesión en la cadera, Gavin mira la televisión atentamente, esperando captar al armador en la banca.

“Desde aquella noche, él ha dicho: ‘Mi amigo Isaiah. Tengo que ver a mi amigo Isaiah en la televisión’”, dice Cameron. “Ha sido la cosa más linda. Puede ver a su amigo, y no pensamos en nada más”.

La última sesión de quimioterapia de Gavin será el 18 de diciembre. El tumor ha sido completamente removido. Las convulsiones han parado. Tiene peso y altura apropiada para un niño saludable de 5 años (aunque diga que es muy bajito comparado con el resto de su clase). Ha regresado el tacto al lado derecho de su cuerpo. No muestra problemas en su desplazamiento motriz ni ha tenido dificultades de aprendizaje.

Cuando Cameron le dijo a su hijo que sería invitado de honor en “Big Shots and Little Stars”, razonó: “Bueno, mamá, se debe a que soy el niño más valiente del mundo”.

No había motivo para que le refutara eso a su hijo.

“Cuando todo esto comenzó, tenía 3 años y debía ingerir pastillas completas”, afirmó. “Estaba totalmente quieto cuando recibía sus dosis de radiación. Totalmente quieto. Cuando está en quimioterapia, queda muy enfermo, creo que nada de eso lo ha deprimido, y no tendrías idea de su enfermedad si lo ves. Es muy valiente”.

Y se encuentra feliz.

“Viendo como gente de la talla de los Cavaliers e Isaiah tomando tiempo a fin de ayudarle, creo que su felicidad y alegría (le ayudan) tanto como la quimioterapia y la radiación”, afirma Cameron, quien también agradece a la Cleveland Clinic por su tratamiento de Gavin.

Mientras tanto, el niño de 5 años ayudó al hombre de 28 entender que, si bien está ansioso por volver a la cancha, poder ser el padre de Jaiden y James mientras se encuentran libres de preocupación e inocentes es mejor aún.

“Estos chicos llegan aquí tan felices, y han pasado por tantas cosas en una etapa de sus vidas en la cual uno ni se puede imaginar que han debido sufrir tanto”, dice Thomas. “Estos eventos son siempre especiales para mí porque sonríen, están felices tras haber vivido momentos tan duros. Tengo la mitad de las preocupaciones que ellos, y siguen sonrientes. Eso me ayuda a superar momentos difíciles. Hay gente que está sufriendo cosas muchos peores que yo, y siguen adelante. Estos niños lo son todo. Estos niños me ayudan a seguir adelante”.

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