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Kevin Arnovitz | ESPN.com 6y

La increíble historia del balón ovoide tras el genio de Ben Simmons

EN UNA PARTE del gimnasio de prácticas del equipo en el Colegio de Medicina Osteopática de Filadelfia, Ben Simmons lo nota: el balón marca Sherrin de su niñez. El cuero rojo. Ovoide con seis costuras que se cruzan, hechas a máquina en la parte superior. La silueta de un canguro en pleno salto cubriendo su superficie.

Es un objeto al cual dedicó horas y horas de sus primeros años, tratando de controlarlo, manipularlo, dominarlo. Es el balón oficial del fútbol de reglas australianas, o "footy" como es conocido en la jerga local.

Es el día de encuentro con los medios antes del inicio de la temporada anterior, y el compañero de equipo de Simmons en los Philadelfia 76ers Joel Embiid ha buscado el balón. Lo obtuvo en la oficina del director de investigación y desarrollo de desempeño del equipo, David Martin, quien pasó años en Australia trabajando con los futbolistas de mayor nivel en la nación. Embiid disfruta los deportes que se juegan con balón, los domina como el prodigio que es, por lo cual el balón Sherrin lo cautiva como si de un juguete nuevo se tratase. El compañero novato de Simmons lo lleva de un lado a otro, con sus enormes manos.

"¿Qué haces con él?", pregunta Embiid, curioso y travieso a la vez, sosteniendo el balón como si fuera un antiguo talismán que corrió por las aguas del Río Schuylkill.

"Pasalo hacia acá", responde Simmons.

Embiid le pasa el balón, y Simmons procede a dar una clínica.

"Es bueno", dice Martin. "Ha pasado algo de tiempo desde que jugara competitivamente, sin embargo, se puede ver con facilidad que tuvo grandes aptitudes como futbolista de reglas australianas".

Driblar un balón ovoide cuya forma en general no se aleja mucho del fútbol americano no es fácil. A pesar de ello, Simmons rebota el balón Sherrin contra el parqué con la misma facilidad con la cual hace rebotar un balón de regulación Spalding de 22 onzas. Sostiene el balón no muy lejos de su muslo, lo patea con su pie derecho y repite la secuencia con el izquierdo. Demuestra el arte del pase de manos, golpeando el balón hacia la dirección de Embiid, al estilo del voleibol, como si fuera un compañero de equipo avanzando por el campo. Su posición con el balón es perfecta y su pase con la mano es eficiente. Embiid patea el balón y lo pasa de forma errática. No obstante, Simmons los recibe con tranquilidad.

"Jugó por todo el gimnasio con esta cosa", afirma Bryan Colangelo, presidente de operaciones de baloncesto de los Sixers. "Tuvo un control asombroso. Era impresionante ver lo cómodo que se sentía".

Al igual que muchos atletas de élite, Simmons creció jugando varios deportes. De niño en Melbourne, Australia, la capital futbolística de su país, Simmons se destacaba tanto en el baloncesto como en el fútbol de reglas australianas. Siempre siendo el niño más alto y atlético de su equipo, jugaba la posición de ruckman, cuya analogía más cercana en el baloncesto sería con el puesto de ala-pívot. Claro está, si el baloncesto siguiera estancado en la era de Russell y Chamberlain.

Jugando con su equipo de fútbol de reglas australianas junior, el Beverley Hills Junior Football Club (equipo lleno de potencial y futuros jugadores profesionales) hasta los 14 años de edad, Simmons se hizo acreedor del premio al Mejor y Más Justo, el equivalente al Más Valioso, en la Yarra Junior Football League.

"Era un pistolero", expresa el futbolista australiano profesional Christian Petracca, quien practicó fútbol y baloncesto con Simmons como junior. "Era una absoluta bestia. Podía saltar. Podía patear. Honestamente, se hubiese encontrado entre los primeros cinco seleccionados del draft si hubiese insistido en el fútbol".

Los aficionados típicamente se hacen elegibles al draft de la Liga de Fútbol Australiano a los 17 o 18 años de edad (aunque la Liga maneja varios circuitos de nivel junior en ámbitos estatales). Para ese momento, ya Simmons había decidido decantarse por el baloncesto, dejando el fútbol australiano atrás. Desde el momento que llegó a la NBA como primer seleccionado del draft en 2016, Simmons, de 6 pies, 10 pulgadas de altura, ha personificado al modelo de la súper estrella de la NBA en la actualidad: versátil y a quien no le importa la posición que le toque asumir.

Tras la insistencia del entrenador de los 76ers Brett Brown, considerado el australiano honorario de la NBA, habiendo entrenado en ese país durante la mayor parte de tres décadas, tanto en ligas profesionales como en la selección nacional, Simmons ha asumido el rol de armador titular de los Sixers.

Y, ¿saben qué? Le está yendo muy bien en dicha posición. Simmons, quien no jugó el año pasado debido a lesiones en su pie, está destacándose muy por encima del resto de los candidatos al Novato del Año, todo ello a pesar de raramente intentar un tiro fuera de la pintura. Este es un momento en el cual la liga exige suficiente profusión de anotación de sus armadores. El suyo es un juego único, originado en cualidades atléticas agresivas y una fluidez de movimiento, una especie de Russell Westbrook con origen en Melbourne y seis pulgadas extras.

He aquí lo interesante: Gran parte del juego de Simmons se originó en un deporte netamente australiano.

PARA EL OJO DEL NORTEAMERICANO, el fútbol de reglas australianas puede ser algo indescifrable. El campo de juego, de forma ovalada, es enorme: entre 150 y 200 yardas de longitud y entre 120 y 170 yardas de ancho, aunque no hay dimensiones fijas. En el paddock, un "scrum" de jugadores parece correr con el balón sin formación que se pueda distinguir, pasándolo de forma arbitraria y pateándolo hacia la zona de gol impulsivamente.

En su esencia, el fútbol de reglas australianas es un deporte tradicional de pelota e intentar hacer gol. Un equipo compuesto por 18 jugadores busca avanzar el balón corriendo con él, haciendo "pases de manos" al golpearlo hacia otro jugador o pateándolo (de hecho, existe una petición en change.org que solicita a la NBA permitir que Simmons haga pases de manos).

Un jugador en su carrera debe rebotar el balón cada 15 metros a fin de mantener la posesión. Los defensas pueden hacer tacleo a los jugadores ofensivos. Los goles se anotan al patear la pelota y que ésta cruce los postes de gol, lo cual no es muy distinto a lo visto en el fútbol americano.

Si bien las destrezas individuales que se requieren en esta disciplina tan particular no son en nada similares a las del baloncesto (patear, pasar con las manos al estilo voleibol, correr con el balón y el tacleo están explícitamente prohibidos en el baloncesto), los instintos intrínsecos requeridos para triunfar en un deporte se pueden trasladar de forma sorprendente al otro.

Por ello, quizás no sea coincidencia que, en años recientes, existe una lista creciente de atletas oriundos de Australia que se han destacado en ambos deportes: Simmons, Patty Mills y Dante Exum.

"Hay muchas cosas que yo puedo trasladar a la cancha (de baloncesto)", expresa el ala del Utah Jazz Joe Ingles, quien, al igual que muchos niños en edad escolar en Australia, crecieron jugando fútbol de reglas australianas. "(En el fútbol australiano), no le tienes miedo al contacto. Vas a estar de frente a la multitud con tu mirada y tu rostro en alto. No vas a buscar un rebote contra tus rivales a media máquina porque, en el fútbol australiano, terminarás herido".

Hacer las cosas a medias no será suficiente a la hora de emplear todo el poder para poder pasar en medio de un masivo "scrum" de oponentes, en un deporte en el cual en rara ocasión se pasan 30 segundos sin tener un choque a toda fuerza.

"Este deporte es muy físico, con mucho contacto", dice Andrew Bogut, otro de los nativos de Melbourne que creció jugando fútbol australiano y ahora hace vida en la NBA. "Constantemente estás luchando para crearte un espacio. Buscas momentos cortos y explosivos en el contacto".

En el fútbol de reglas australianas, el área entre el hombro y el codo es el punto principal de dicho contacto. De hecho, en sus dos breves meses en la NBA, Simmons ha utilizado la parte superior de su brazo como un arma, de la misma manera que lo haría un buen futbolista australiano.

Trevor Ariza, de los Houston Rockets, es uno de los veteranos alas defensores más astutos en la NBA. Sin embargo, en un triunfo de Houston a finales de octubre (apenas el séptimo encuentro de la carrera de Simmons), el joven repetidamente forzó a Ariza con sus hombros a replegarse, para así crear de forma exitosa un espacio para sí mismo, en un esfuerzo que redundó en 24 puntos en 15 intentos de enceste, 9 asistencias y 7 rebotes.

Tras ver una hora aproximadamente de jugadas destacadas del fútbol de reglas australianas y después examinar videos del trabajo corporal de Simmons como armador en la NBA en estas primeras instancias de su carrera, se evidencian los paralelos constantemente.

CUANDO SE LE PREGUNTA A BROWN por la forma en la cual el historial de Simmons en el fútbol de reglas australianas ha influido en su estilo de jugar al baloncesto, Brown desea hablar primero con respecto a... los perros pastores ganaderos australianos. Conocidos como "blue heelers", el perro pastor ganadero australiano es una raza clásica de canes de trabajo, los cuales se encuentran comúnmente en los ranchos, y Brown podía verlos laborar durante todo el día.

"Pueden tomar 500 ovejas, formarlas en círculos y llevarlas de corral en corral en corral", dice Brown. "Cuando no pueden recorrer el círculo, corren por las espaldas de las ovejas. Es espectacular".

Cuando Brown ve a los atletas australianos en acción, les recuerda a los pastores ganaderos, arriando a las ovejas a su lugar apropiado. De hecho, "Shepherding" o "pastorear" es un término en la jerga del fútbol de reglas australianas que se refiere a utilizar la parte superior del brazo para empujar y mantener a raya a un oponente, bajo la zona de los hombros, a fin de crearle espacios a un compañero.

"El jugador de fútbol de reglas australianas tiene la capacidad de desplazarse tras un oponente, muy parecido (a un blue heeler)", dice Brown. "Ben, al igual que un futbolista de reglas australianas, cuando el balón tiene 50-50 de oportunidades que algún jugador de uno u otro equipo lo intercepte, es él quien lo consigue".

De hecho, es difícil no dejar de tener presente momentos como cuando Simmons durante el primer periodo de un encuentro en casa contra Portland en noviembre pasado, los Sixers comenzaron el partido 16-0. Simmons fue por todo el medio con un drible con la mano izquierda de forma imponente, luego Evan Turner hace que el balón quede libre y ahora podemos ver un manojo de brazos y piernas en busca del balón perdido justo por debajo de la línea de foul.

Simmons es el hombre de mayor altura y el más fuerte en la contienda, y toma el balón como si fuera un Sherrin rojo. Inmediatamente después, casi en un solo movimiento de recuperación, lanza un pase por encima del tráfico, hacia T.J. McConnell, quien se dirige y consigue la cesta. La única diferencia entre esta jugada y una posesión en la Liga de Fútbol Australiano es el golpe del pase de manos.

La mayoría de los atacantes en la NBA trabajan casi agachados (piensen en James Harden o Giannis Antetokoumpo). Pero al segundo en el cual Simmons conduce el balón a mitad de cancha como armador titular de los Sixers, se mantiene erguido, incluso más que LeBron James, el jugador con la mirada erguida más notable de la NBA (y de quien Simmons ha dicho que "sería una bestia" en el fútbol de reglas australianas).

Estos atacantes se mueven desde el agache y se dirigen hacia la penetración algo cabizbajos. En el caso de Simmons, mantiene "la cabeza arriba", como lo dice la instrucción del fútbol de reglas australianas, manteniendo el tren superior del cuerpo con suficiente dominio para imponerse así en un choque de contacto.

"[En Aussie Football], tu cabeza siempre está arriba", dice Simmons, quien acaba de concluir una práctica de tiro de Sixers en el Santa Monica High School, horas antes de producir 22 puntos y 12 asistencias a mediados de noviembre en victoria sobre los Clippers.

Ahora, Simmons se está secando, recién salido de una serie de ejercicios de dribleo, con Simmons y Embiid como puntos focales. Tal coreografía planificada no es un lugar común en las reglas australianas. No hay un centro grande y ágil esperando con la pelota en un lugar designado en el piso. Si quieres algo en las reglas australianas, debes encontrarlo.

Dice Simmons, en su casillero: "Tienes que leer el movimiento de los defensores. Tienes que tener una gran visión".

Para el punto de Simmons, en las reglas australianas no puedes ser atrapado con la posesión de la pelota cuando eres 'tackleado'. Se requiere que un jugador se deshaga de la pelota, y a un compañero de equipo si quiere que su equipo mantenga la posesión, lo que significa que está constantemente escaneando el campo. A menos que un jugador esté en el campo abierto, rara vez se trata de si será abordado, sino cuándo.

"Si tu hombre está abierto, tratas de dibujar un defensor, luego deshacerte de la pelota", dice Simmons. "La pelota tiene que moverse rápido o te van a enfrentar".

Las reglas australianas existen en un estado de caos que incluso el juego de la NBA con más carreras y armas no puede igualar. No hay conjuntos para hablar, en los que un jugador pasa a un compañero de equipo designado que se encrespa alrededor de una pantalla o rueda hacia el borde en un momento preciso. En las reglas australianas, el tipo con la pelota tiene que operar improvisadamente, todo el tiempo sabiendo que va a ser mutilado por algunos hombres muy grandes.

Y la transferencia a la cancha es clara, una vez que la buscas. "[Simmons] no se mueve necesariamente a un espacio con un plan de juego comprometido", dice Martin, que trabajó como científico deportivo en Australia durante más de dos décadas. "Se mueve al espacio, dejando que el defensor básicamente decida qué va a hacer con el balón. Si te acercas, lo pasaré. Si me das espacio, lo lanzaré. Parece muy hábil para jugar siempre con las opciones.

"Ves mucho esto en el fútbol australiano. No tengo que decidir qué hacer con el balón. Me voy a mover, y tú, como defensor, me vas a ayudar a decidir qué hacer con el balón. Si me juegas de una manera, voy a ir a la derecha y pasar corriendo a tu lado. Si me juegas de otra manera y me detienes, voy a tirar la pelota. Y si me juegas de otra forma, puedo fingir mover la pelota porque morderás y alrededor de ti".

Considera: Simmons ocupa el tercer lugar en la liga en pases interiores, pases que se entregan y reciben en el carril, según Second Spectrum. Ha reunido un catálogo de juegos ingeniosos en el tráfico donde a menudo está en el aire antes de que aparentemente haya decidido qué hacer con la pelota.

Hay una secuencia positiva de reglas australianas de una reciente victoria sobre Detroit justo antes del medio tiempo.

Tras una gran falta de Robert Covington que cae desde el borde del aro, Simmons se arrastra por la espalda de Avery Bradley para agarrar una pelota 50-50 como un 'ruckman'. Se bate la pelota para él y, de un solo golpe, lo lanza hacia atrás a Darío Saric mientras un par de defensores de los Pistons se acercan para poner a Simmons contra la línea lateral.

SIMMONS, POR SUPUESTO, no es el primer jugador de baloncesto profesional que recurre a la experiencia de otro pasatiempo deportivo. Colangelo recuerda desde sus días como gerente general de los Phoenix Suns cómo Steve Nash atribuyó muchas de sus habilidades como maestro de la visión y anticipación que exige el fútbol, su primer amor.

"Hablando con Steve, comenzaste a comprender cuánto ese conocimiento y campo de visión te hacen un pasador excepcional", dice Colangelo. "Un buen centrocampista sabe desde el principio cómo anticipar el instante y la ubicación del siguiente pase y hacia dónde se dirige. Constantemente se mueve de una dirección a otra, y no sorprende que Nash sea uno de los improvisadores más hábiles en la posición de armador en la historia de la NBA.

"Ben tiene mucho de eso, y creo que puede deberse a jugar fútbol australiano cuando era más joven. El fútbol australiano es una gran franja de césped que todo el mundo está navegando, y tienes que sacar el balón de la arena y tus manos se mueven rápidamente. Debes usar la energía para atravesar ciertos elementos de ella".

Pero a pesar de que las reglas australianas influyen en el juego ofensivo de Simmons, su futbolista interno podría ser más prominente en el otro lado del balón, donde en ocho semanas se ha establecido como un defensor de primer nivel.

Cuando Simmons defiende, ocupa el primer lugar entre los bases en defensiva real más-menos por un margen impío, y los Sixers son más que un punto mejor defensivamente cuando está en el campo - comúnmente emplea una versión PG del movimiento de cadera y hombro, un elemento básico de la defensa de las reglas australianas.

En una reciente victoria de los Sixers sobre Washington, Markieff Morris, quien prospera gracias al contacto, busca publicar a Simmons en el primer cuarto. A medida que recibe el pase de entrada posterior en el lado izquierdo en la línea de falta extendida, Morris intenta retroceder Simmons con su hombro izquierdo. Cuatro goteos cuidadosos, cada uno con su correspondiente golpe en el cofre de Simmons, lleva a Morris al borde de la pintura, pero no mucho más. El tiro en salto de Morris, de gran curvatura, apenas borra el disputado alcance de Simmons y se queda corto, rozando el borde del aro.

Un cuarto más tarde, en un juego que vio el pelo en la barbilla desde el primer golpe, Simmons tiene la oportunidad de intimidar a los Wizards.

Es una posesión de mitad de cancha para Filadelfia después de que Covington se traga un rebote ofensivo largo antes de revertir el balón alrededor del perímetro y en manos de Simmons en el lado derecho. Simmons ve a Ian Mahinmi, de 6'11" frente a él y pisa el acelerador. Esto, una vez más, es el movimiento de la cadera y el hombro del defensor, solo que aquí, Simmons es el jugador ofensivo.

Los términos del arte sean malditos, lo que Simmons hace mientras maneja hacia el hoyo es controlar a la cadera a Mahinmi mientras conduce su hombro hacia el pecho del centro de los Wizards. Mahinmi cae, esto no es un fracaso, y recibe un silbato por la falta.

"El contacto es similar", dice Exum de Utah, quien jugó las reglas australianas con Simmons como junior. "Recuerdo haber visto a Ben jugar al fútbol, y era tan bueno en eso, solo era capaz de manejar el contacto. Siempre ha sido un jugador tan físico".

Para Exum, sus compatriotas Ingles y Bogut, y los honorables australianos de NBA Martin y Brown, esta cualidad marca a Simmons como un futbolista australiano tanto como a cualquier otro: la proclividad de llevar la pelota en el tráfico como un pase de mano menos el puño, o el instinto de devorar cualquier bola suelta en su medio.

"Hay una dureza y una mentalidad", dice Brown sobre el jugador al que ayudó a pastorear, posiblemente el mejor novato desde LeBron. "Ben Simmons puede rebotar en el tráfico. Ben Simmons puede correr por tu espalda y atrapar gritos. Eso es algo de la AFL. Ese es Ben".

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