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Martín Bater 6y

Chris Paul es el arquitecto de la ilusión en Houston

Los Houston Rockets parecen tenerlo todo como líderes cómodos de la Conferencia Oeste en la actualidad. Su mejor regalo de navidad es una marca proyectada esta temporada de 65-17, según el Basketball Power Index de ESPN. Su armonía colectiva es la envidia del 99 por ciento de la NBA y potencia a la segunda ofensiva más potente de la liga, la cual se ubica detrás de un equipo llamado los Golden State Warriors, quizás los conoces.

Justamente, los Rockets también supieron ser escoltas en puntos por partido la temporada pasada con James Harden promediando 29.1, algo similar a los 31.3 que tienen a Harden en la cima de esa categoría a un tercio del camino en la actual campaña. Todo eso suena muy lindo y prometedor, pero esos números también terminaron siendo vacíos tras perder en la segunda ronda de los playoffs frente a los San Antonio Spurs.

El triple de Harden bloqueado por Manu Ginóbili en los segundos finales del quinto juego de aquella serie le demostró a Houston que tenía un problema. La solución residía en Los Ángeles y se llamaba Chris Paul.

Los Rockets finalmente parecen contar con los ingredientes necesarios para ganar un anillo gracias a su arribo por primera vez desde 1995, cuando Hakeem Olajuwon los guiaba al bicampeonato con Michael Jordan en pleno retiro.

Su impacto es evidente en lo que más importa, me refiero a las victorias y derrotas, ya que su equipo obtuvo un récord muy peculiar al permanecer invicto durante los 14 juegos iniciales de Paul como titular. Ningún otro jugador en la historia de la liga había logrado un arranque tan arrollador.

Lo más impresionante de todo es que lo logró tras volver de un esguince de rodilla junto a compañeros a los que no conoce del todo bien. Eso no evita que sus rivales queden en el polvo con maniobras que dejan boquiabiertos a propios y extraños.

Las estadísticas individuales de CP3 esta temporada también saltan de la página si sabes buscarlas. A simple vista, sus 31.5 minutos en cancha, 9.3 asistencias y 17.7 puntos permanecen alineados a lo que él hizo con los LA Clippers, al igual que su porcentaje de efectividad en tiros de campo y en triples.

Sin embargo, lo que su entrenador Mike D’Antoni le ha inculcado a su armador estrella es la premisa de maximizar cada posesión. Es por eso que, si te fijas más de cerca, verás como el rating ofensivo cada 100 posesiones de Paul de 132 es el más elevado de su carrera. 12 puntos más elevado que cuando él jugaba en Nueva Orleans y siete más que su promedio durante seis años en los Clippers.

En comparación, el rating ofensivo colectivo de los Rockets decae de +18.7 cuando él está en la cancha a +7.7 sin él. En comparación, los Rockets pasaban de +6.9 con Harden como base a +3.9 mientras él descansaba la temporada pasada. El cambio no era tan drástico.

Es más, el porcentaje de balones perdidos se elevaba con Harden como armador de 15.6 a 11.0 en los playoffs y decae con Paul de 16.4 a 13.8 hasta ahora.

Está bien, sé lo que estás diciendo tras leer ese párrafo. Los playoffs son totalmente distintos a la temporada regular y Chris Paul lleva 13 años y contando sin poder superar la segunda ronda.

Ese argumento es válido, pero te respondo diciendo que él nunca contó con el máximo anotador de la NBA y con el más efectivo como aliados a la misma vez.

Así es, Clint Capela cuenta con el porcentaje más elevado en tiros de campo de la liga y lo ufana con un margen bastante amplio del 69.4 por ciento comparado con el 64.8 por ciento de DeAndre Jordan, quien solía recibir los alley-oops de Chris Paul en Los Ángeles.

Paul ha catapultado a Capela a aumentar su porcentaje en ese rubro por un 5.1 por ciento, mientras que el de Jordan se ha visto reducido por un 6.6 por ciento sin su principal proveedor de asistencias.

El efecto de CP3 en sus compañeros también se extiende a James Harden, cuyo porcentaje de triples se catapultó del 34.7 al 39.2 gracias a que ahora él recibe un pase para tirar con más frecuencia en vez de tener que crear sus propias oportunidades.

Además, la presencia de un creador adicional le permite descansar más, especialmente en la primera mitad para llegar al último cuarto con el tanque lleno.

Que todo esto esté sucediendo en diciembre no garantiza nada para mayo y junio, por supuesto, pero un campeón no se construye de la noche a la mañana. Si las cosas siguen así, Chris Paul ha erguido sus cimientos en Houston para ser el arquitecto de un sueño más alto que cualquier rascacielos.

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