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Ian Begley | ESPN.com 6y

En medio de la crisis política en Turquía, Enes Kanter consigue un nuevo hogar en los Knicks

De cierta forma, Enes Kanter es un hombre sin hogar. Kanter no ha regresado a Turquía (el país donde pasó la mayor parte de su niñez) desde hace más de dos años. Tiene más de un año sin hablar con sus padres, quienes residen allí.

Este aislamiento es resultado de las críticas que ha hecho Kanter públicamente al gobierno de su patria natal.

Kanter apoya a Fethullah Gulen, un clérigo islámico quien vive en Estados Unidos, acusado por el presidente turco Recep Tayyip Erdogan de orquestar la intentona golpista fallida ocurrida en Turquía el año pasado.

De acuerdo con el diario The New York Times, Erdogan ha encarcelado a decenas de miles de personas acusadas de participar en el golpe fallido. Como respuesta a estas acciones, Kanter se ha convertido en uno de los críticos más acérrimos de Erdogan. Las consecuencias de asumir esta posición política han sido severas. Su padre, Mehmet, escribió una carta pública denunciando los puntos de vista de Kanter y deshonrándolo. Kanter fue detenido en Rumanía la primavera pasada tras la cancelación de su pasaporte turco; más pudo regresar a Estados Unidos tras la intervención de oficiales norteamericanos.

Durante el mes pasado, la agencia de noticias del estado turco informó que fiscales estaban buscando una condena de más de cuatro años de prisión para Kanter, acusándolo de insultar a Erdogan en Twitter.

Kanter afirma que ahora casi la totalidad de sus conversaciones giran en torno a su postura política.

"Nunca se trata de decir: 'Oye, ¿cómo te va, amigo? ¿Estás bien? ¿Cómo está la familia?", dice Kanter, entre risas. "Quieren preguntar sobre lo que ocurre. Nunca tengo una conversación normal".

En estos momentos, el hogar de Kanter es Nueva York. Reside en un apartamento ubicado a pocos minutos en taxi del Madison Square Garden, su nuevo lugar de trabajo luego de un cambio a finales de septiembre que lo llevó del Oklahoma City Thunder a los New York Knicks.

Ahora, tras 45 encuentros con la franquicia de la gran manzana, Kanter ya se siente en casa dentro de su nueva ciudad, junto a lo que él denomina como "su familia adoptiva".

Kanter conversó sobre su nueva vida en Nueva York, su crítica explícita al gobierno turco y lo que ha debido padecer por sus comentarios, en una entrevista con ESPN.com.

Nota del editor: La siguiente entrevista ha sido editada por motivos de espacio y claridad.

ESPN: ¿Cuál ha sido la reacción que has recibido por parte de tus amigos y familiares en Turquía?

Kanter: Mis amigos y los familiares de mis amigos en este momento están presos en Turquía. Quieren hacer algo, pero si hablan al respecto, sólo dos o tres personas los van a escuchar. Esa es la razón (por la cual utilizo mi tribuna para hablar sobre ello). La gente, incluso mis compañeros de equipo, me dicen: "¿Por qué haces esto? ¿Estás loco? ¿Por qué hablas de política si tu familia sigue en Turquía?" La gente no entiende. Comprendo que se trata de mi familia; sin embargo, hay miles de familias en Turquía actualmente encarceladas injustamente... Cuando hablo con mis compañeros de equipo personalmente y les digo: "Pues bien, esto es lo que está pasando en Turquía. Esta es la razón por la cual hablo. Esta es la razón por la cual hablo en público o en redes sociales". Ellos me contestan: "Tienes razón. Sigue haciendo lo que haces".

ESPN: ¿Cómo era la vida en Turquía para ti, antes que esto ocurriese?

Kanter: Era pacífica. Estuve allí hasta los 17 años. La gente decía lo que quería decir. Los periodistas podían decir lo que quisieran decir. Había libertad de expresión y la gente era feliz... Esa fue la mejor época de mi vida. Estás con tu familia. Era una familia normal. Jugábamos al baloncesto, jugábamos fútbol. Disfrutábamos comida hecha en casa, eran tiempos pacíficos y felices. Ahora, todo es un desastre.

La última vez, fueron a mi casa en Turquía para llevarse a mi papá y terminaron decomisando todos los productos electrónicos de mi casa. Mi hermanito me contó lo que ocurrió. Se llevaron las computadoras portátiles, las de escritorio, se llevaron los celulares. Hicieron búsquedas en los aparatos a ver si seguían en contacto conmigo. Si encontraban así fuera una sola palabra como, por ejemplo, "Hola, mamá", o "¿Cómo les va hoy?", bien podrían decir: "Pues bien, están en contacto con Enes, así que vamos a meterles presos". Mi papá estuvo en la cárcel durante siete días.

ESPN: ¿Cuál crees que fue la razón por la cual tu padre debió declarar públicamente que te deshonraba?

Kanter: Antes que eso ocurriera, a mi padre lo despidieron de su empleo. Era profesor de genética. Los hermanos de mi padre perdieron sus trabajos. La gente le gritaba muchas locuras a mi padre en las calles. Mi hermanito me contó que una vez, cuando papá iba al supermercado, le escupieron el rostro. Le dijeron: "¿Qué clase de hijo tienes?" Entonces, si no hacía esa declaración, no sólo mi padre sino toda mi familia hubiese terminado en la cárcel.

ESPN: ¿Cómo puede terminar esa situación? ¿Crees que podrás reunirte con tus padres?

Kanter: En estos momentos, no tienen pasaportes. Le pregunté a mi hermano: "¿Por qué no pueden venir a Estados Unidos?" Me respondió que les perforaron los pasaportes, por lo cual no pueden salir del país. Tengo dos hermanos en Estados Unidos. Mi hermano sigue enviándome una foto de mi padre diciéndome: "Mira, así se ve mi papá. Tiene más de 50 años. Así se ve mi mamá". En ocasiones, me envía esas fotos, yo las veo y pienso: "Envejecieron, envejecieron demasiado" ... Veo las fotos y pienso: "Pues bien, mi padre se dejó la barba y ganó peso".

Por supuesto que espero un día tenerlos aquí en Estados Unidos, porque no creo que pueda ir a Turquía en el futuro próximo. Sin embargo, espero que un día puedan venir a Estados Unidos y compartir como lo hacíamos en los viejos tiempos.

ESPN: Eventualmente, ¿volverías a Turquía?

Kanter: Ese es mi hogar. Cuando digo todas estas cosas sobre Turquía, la gente no me entiende. Piensan que no me gusta Turquía. Amo a Turquía. Amo a mi gente. Me encanta la comida turca y todo lo demás. Mi problema es con el gobierno de Turquía. No tengo ningún problema con mi país, ni con mi bandera o mi gente. Disiento de la situación actual, del régimen actual de Turquía. Cuando todo termine, sin duda querré regresar porque ese es mi hogar.

ESPN: ¿Cuáles son tus impresiones con respecto al vivir en Nueva York?

Kanter: Extrañas tu comida. Extrañas a la gente de Turquía, hablar en turco, uno extraña la cultura de uno. He ahí el por qué Nueva York es el mejor lugar para estar, porque uno consigue gente de Turquía por todos lados, tus amigos están aquí, uno puede comer comida típica turca a diario. No teníamos nada de eso en Utah. En Oklahoma City apenas teníamos un restaurante turco... Te hacer sentir mejor aclimatado, te hace sentir más bienvenido.

ESPN: ¿Cuál fue la percepción en general que tenías sobre la franquicia de los Knicks antes de llegar?

Kanter: Antes de llegar acá, uno escuchaba o pensaba lo siguiente: "Oh, es Nueva York, no han clasificado a los playoffs por no sé cuántos años. La organización no es muy buena. Han cambiado de gerente general y todo eso. La gente no es muy buena allí..." Al contrario, tras mi llegada, entendí que este es el lugar dónde quiero estar y jugar por largo tiempo. Porque la gente dentro de la organización es muy cálida y ansían que te sientas bienvenido.

ESPN: Afirmas que deseas estar aquí por largo tiempo. ¿Por qué llegaste a esa conclusión?

Kanter: Recuerdo haber visto muchas organizaciones durante el draft. Ahora, tras haber jugado en Nueva York, uno no quiere ir a otro lado. La gente aquí te trata muy bien. Recuerdo que, quizás en mi segundo mes aquí, pensaba: "Este lugar es muy agradable, quiero retirarme aquí". Recuerdo que un periodista me preguntaba: "¿No es acaso muy temprano decidir eso, porque no has tenido siquiera media temporada aquí? ¿Por qué decidiste que deseas retirarte como miembro de los Knicks?" Le respondí: "Este es el lugar donde deseo estar". Juego en el Madison Square Garden, puedo ver a todas las celebridades. Me llevo muy bien con Ben Stiller.

ESPN: Has sido muy vehemente en tus declaraciones contra algunos de los rivales de los Knicks, incluyendo LeBron James. ¿Cuál es la reacción de tus compañeros de equipo al respecto?

Creo que les encanta: la expresividad, los tuits, el troleo y todo lo demás. Les encanta... Respeto mucho (a LeBron James). Sin embargo, en la cancha es algo totalmente diferente. Trataré de hacer todo lo que esté a mi alcance para meterme dentro de sus mentes, que me sientan metido en sus pieles, para así ganar los partidos. Si están mal mentalmente, ganaremos el partido. Por eso, peleo con ellos en la cancha, les hago bromas, les troleo en redes sociales. A veces funciona, a veces no.

ESPN: ¿Cómo es tu relación con tus compañeros de equipo, entrenadores y la gerencia de los Knicks?

Kanter: Se mantienen muy cercanos a mí, yo me siento muy cercano a ellos. Me siento muy cercano a la familia de (el gerente general de los Knicks) Scott Perry. Te hacen sentir como si estuvieras en casa. Recuerdo que una vez llevaron a cabo un "Día de Turquía" en el complejo de prácticas. Quieren asegurarse de que me sienta bienvenido. Uno de los jugadores, entonces, se acercó a mí y me preguntó si me sentía como en casa. Le respondí: "Sí, este es un lugar muy agradable".

Se suponía sería una sorpresa para mí. No obstante, alguien ya me había dicho con anticipación que estaban preparando ese festejo. Recuerdo que estábamos a punto de tomar la carretera y después de la práctica todos estaban allí, hasta la gente de la oficina. Decoraron el sitio con alfombras y almohadas turcas. Estaba claro que se informaron bien al respecto. Uno de ellos dijo: "Teníamos cierto temor que no quisieras que colgáramos una bandera de Turquía". Le respondí: "Por supuesto que sí". Ordenaron comida de (un restaurante turco) en Manhattan.

ESPN: ¿Cuál fue tu reacción a ese gesto?

Kanter: No tengo familiares acá. Sólo tengo algunos amigos con quienes comparto. El hecho (que los Knicks hayan organizado un Día de Turquía) te hace sentir... No lo puedo describir con palabras. Es algo que no tiene precio, obviamente. Los muchachos... son la única gente con la que cuento.... Los veo casi a diario, juego con ellos. Voy a la guerra con ellos. Cada vez que se sientan contigo, comparten la comida y la cultura, es algo asombroso. No tienen por qué hacerlo; sin embargo, lo hicieron igual, con el fin que me sintiera bienvenido aquí. Es algo que, simplemente, no tiene precio.

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