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Micah Adams | ESPN.com 6y

¿Dónde clasificar a la clase de novatos 2018 en la historia de la NBA?

Las camadas de novatos más grandes de todos los tiempos han tenido un elemento en común: una profundidad extraordinaria. Las clases de 1984-85, 1996-97 y 2003-04 siguen siendo las únicas con una suma de 50 apariciones en Juegos de Estrellas cada una. Estas han producido por lo menos siete All-Stars.

A tres cuartas partes ya transcurridas de la campaña 2017-18, la actual clase de novatos está mostrando un nivel de talento sumamente importante.

Con poco más de un mes para el fin de la temporada regular, el debate relativo a jugadores nóveles girará en torno a la carrera por el premio Novato del Año entre Ben Simmons y Donovan Mitchell. Es una competencia refrescante entre dos estrellas en ciernes con méritos similares; muy contrario a lo ocurrido en la pasada zafra en la cual Malcolm Brogdon ganó los honores al Novato del Año prácticamente por descarte.

Si bien Simmons y Mitchell están cobrando protagonismo, el talento de alto nivel se extiende mucho más de las categorías 1A y 1B. Lauri Markkanen ha mostrado tanta calidad como Kristaps Porzingis, Lonzo Ball ya se encuentra entre los mejores pasadores del baloncesto, Jayson Tatum podría convertirse en el primer novato de los Celtics en ser titular en todos los 82 cotejos de la temporada desde que lo consiguiera Larry Bird, Kyle Kuzma anota la mayor cantidad de tantos para un novato de los Lakers desde Magic Johnson, John Collins es el líder de los Hawks en rating de eficiencia de jugador (PER, por sus siglas en inglés) y win shares y Dennis Smith Jr. tiene más de 12 encuentros en los cuales ha sumado por lo menos 20 tantos. Cada uno de ellos (junto con el veterano en Europa y novato en la NBA Bogdan Bogdanovic) también suma un game score promedio (estadística que mide la actuación en un partido en particular) más alto que lo obtenido por Brogdon el año pasado. Ni hablar de OG Anunoby, Jordan Bell y Cedi Osman, todos quienes están jugando roles importantes en contendores por el campeonato.

Entonces, ¿cuánta profundidad hay en este grupo? Y, ¿cómo logra ubicarse históricamente entre las grandes camadas de novato de todos los tiempos?

Primero, debemos hacer una advertencia. Hay varios retos que se presentan a la hora de evaluar una camada completa de novatos a un 75 por ciento transcurrido de su campaña de debut. Dentro de unos años, nadie indicará que la producción obtenida en el primer año será el verdadero barómetro para medir la calidad de un grupo de novatos. En mayor medida, no juzgamos las clases de 1984, 1996 y 2003 por lo que hicieron en sus primeras temporadas sino por lo que en definitiva lograron en la cancha. A este punto, definir el límite del nivel de cualquiera de estos jugadores es entrar en el terreno de la especulación.

Obviamente, puede llegar a ser engañoso escoger quién es el más productivo de este grupo hoy en día y esperar en el futuro que muestren grandeza. Así ha pasado con Michael Carter-Williams y Tyreke Evans. La producción alcanzada a los 20 años no siempre significa que a los 27, irán al Juego de Estrellas y a los 37 estén dando discursos en Springfield, aceptando su exaltación al Salón de la Fama.

Con todo esto dicho... Este grupo ha superado todas las expectativas en general como pocos lo han conseguido antes de ellos. Incluso, este derroche de calidad se produce cuando el primer seleccionado del draft, Markelle Fultz de los 76ers, está padeciendo una de las temporadas más extrañas posibles para un novato alguno (ahora, debemos decirles que nuestro Mike Schmitz, quien pasa más tiempo evaluando prospectos que nadie, sigue considerando que Fultz será un base All-Star en poco tiempo).

Si consideramos que Brogdon fue, estadísticamente hablando, el Novato del Año menos productivo de la historia de la NBA, el hecho de ver a nueve novatos distintos superando sus cifras no es de buenas a primeras un aval de la gran calidad de este grupo. Ahora, ¿qué pasa si les planteamos que esos mismos nueve jugadores están superando lo que uno espera típicamente del segundo seleccionado en el draft en su primer año en la NBA? 

Tras revisar los 20 drafts previos, vemos que los jugadores escogidos en dicho puesto produjeron un game score promedio de 7.8 en sus temporadas de novato. Obviamente, los equipos no toman en el draft a prospectos cotizados por sus aportes inmediatos, lo cual explica el por qué no hay mayor diferencia entre la producción del escogido en el puesto 2 y la del tomado en el número 6. El jugador que está mejor preparado en lo inmediato para asumir su responsabilidad en la NBA no siempre es el que se selecciona entre los primeros. Y el hecho que hay nueve jugadores distintos (incluyendo tres escogidos fuera de la lotería) produciendo a este nivel es digno de ser destacado.

Tal como hicimos con el segundo escogido en el draft, podemos establecer una expectativa de producción para cada puesto de selección y ver como cada novato se compara a su productividad esperada. De los 15 seleccionados en lotería (incluyendo a Simmons, en el draft 2016) nueve de ellos superan su expectativa. Eso incluye a jugadores tomados en últimos puestos de lotería, como es el caso de Bam Adebayo y Luke Kennard, el último de ellos escogido por Detroit por encima de Donovan Mitchell. A pesar de ello, sigue superando las expectativas, en parte debido a su 41 por ciento de encestes desde las largas distancias.

La lista sigue y sigue. Los dos mayores productores por encima de lo esperado, en lo que respecta a su posición dentro del draft (incluso por encima de Mitchell) son John Collins y Kyle Kuzma, quienes tienen game scores promedio 3.7 y 2.8 veces superior a la expectativa en cuanto a su puesto en el draft, respectivamente.

La primera mitad de esta clase de novatos se ha desempeñado de manera favorable, comparándola con años anteriores. Esto se puede concluir al ver que hay 10 jugadores originalmente seleccionados entre los primeros 15 puestos del draft que están superando su expectativa de game score, empatando así la mayor cantidad de jugadores que han logrado tal hazaña como parte de camada de novatos alguna durante las 20 zafras anteriores, y superando lo conseguido en 1996-97 (7 jugadores) o 2003-04 (8). En cuanto a la producción inmediata de jugadores entre los 15 primeros escogidos en el draft, solo la subestimada clase de 2008-09 (Russell Westbrook, Derrick Rose, Kevin Love, etc.), y la de 1998-99 (Vince Carter, Paul Pierce, etc.) pueden igualarse al actual grupo de novatos en la historia reciente de la NBA. Aunque, bajo este medidor, no puede compararse a la elogiada clase de 1984, la cual tuvo a 13 de sus 15 principales novatos superando la producción esperada.

Si nos adelantamos un poco a los hechos, la mejor apuesta que puede hacer la clase de novatos 2017-18 para alcanzar a los grupos de nóveles jugadores con mejor producción radica en seis hombres que actualmente ostentan game scores promedios en dígitos dobles: Simmons, Mitchell, Markkanen, Ball, Tatum y Kuzma. Sólo en una ocasión durante las 35 temporadas más recientes ha habido una clase de novatos con mayor cantidad de jugadores desempeñándose a ese nivel. El grupo de 1992-93 comenzó con fuerza, pero al final, sólo tres de ellos alcanzaron a disfrutar estatus de All-Stars en varias ocasiones, a saber, Shaquille O'Neal, Alonzo Mourning y Latrell Sprewell.

La clase 2017-18 igualmente se destaca en cuanto a su impacto dentro de la cancha: Nueve jugadores en su primer año en la NBA han hecho aportes positivos según la métrica Real Plus-Minus de ESPN (RPM), la cual mide la incidencia de un hombre en la actuación de su equipo, tomando en cuenta sus compañeros, oponentes y otras múltiples variables. La camada de novatos de 2015-16 contó con ocho jugadores en conseguir tal hazaña, y durante la temporada pasada solamente dos lo consiguieron (Joel Embiid y Brogdon). 

Actualmente, este grupo de novatos ya supera a los de 1984-85 y 2003-04 y se encuentran al mismo nivel de la camada de nóveles figuras de 1986-87 en lo que respecta a la cantidad de jugadores con alto nivel de aportes. Si bien los novatos de 1984 y 2003 demostraron su condición para eventualmente alcanzar estatus de súper estrellas desde el primer día, la clase de 1996-97 al final se unió a la élite de todos los tiempos, una vez alcanzaron la madurez jugadores de la talla de Kobe Bryant, Ray Allen, Steve Nash y Jermaine O'Neal, quienes no alcanzaron a ser designados como All-Rookies de primer equipo.

No hay duda de que esta actual camada de novatos tiene tanto talento y calidad como cualquier otra que hayamos visto en la historia reciente. Ahora, solamente nos queda esperar.

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