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Brian Windhorst | Escritor senior de ESPN 6y

LeBron James cambió el juego como prodigio del baloncesto

LeBron James se hizo millonario dos semanas antes de graduarse de secundaria cuando suscribió un contrato de patrocinio con la empresa de barajitas Upper Deck que incluía un bono por su firma por $1 millón.

Sin embargo, se hizo acreedor de una cantidad de dinero mucho más sustancial seis meses antes, cuando sobresalió en el momento de mayor presión de su carrera hasta ese entonces: un cotejo contra la Oak Hill Academy, clasificada como número 1 de Estados Unidos, y el cual fue transmitido en vivo por ESPN2 en Estados Unidos. Sumó 31 puntos, 16 rebotes y 6 asistencias (lo cual entraba dentro del promedio de sus actuaciones en secundaria), y de alguna manera, logró sobrepasar las inéditas expectativas creadas sobre él.

Antes de ese momento, James era poco más que una curiosidad. Después, se convirtió en un producto de alta cotización. Fue el primer momento en el cual James cambió de verdad los convencionalismos del baloncesto.

De hecho, ha logrado hacerlo en varias ocasiones desde entonces. Sin embargo, pocas han sido tan imborrables como ese 12 de diciembre de 2012. Fue un gran evento en la vida de James y un tema central para un libro y un documental con los cuales cooperó y que giraron en torno a su año final en la secundaria.

Fue la primera ocasión en la cual ESPN transmitió un partido de baloncesto de secundaria en 13 años, completo con cobertura previa y posterior al partido, reportajes en el medio tiempo, además de servir de tema de portada para ESPN The Magazine esa semana.

Dan Shulman, Dick Vitale, Bill Walton y Jay Bilas estuvieron presentes como comentaristas de ese duelo, el cual fue visto por más de 1.5 millones de televidentes, segunda mayor cifra de audiencia para ESPN2 en aquel entonces. Muchos sintonizaron buscando ver el fracaso de James, para luego cambiar de canal y denominarlo como mera creación de humo. Por el contrario, durante la primera mitad, James servía clavadas al por mayor y lanzaba pases que embelesaban a cualquiera, al punto que Vitale gritaba al micrófono: “¿Es esto en serio?”.

Las jugadas hechas por James en ese partido fueron presentadas en resúmenes deportivos en el mundo entero. La estrella de James brillaba a su máximo fulgor. Probablemente esa noche haya servido de base para firmar su contrato con Nike por siete años y $100 millones a la primavera siguiente. James iba a recibir un inmenso contrato con una empresa de calzados de todas formas. No obstante, luego de esa noche, las distintas competidoras del mundo de la zapatilla de baloncesto decidieron que debían asegurar sus servicios a toda costa. Por ejemplo, tres semanas después, Phil Knight, fundador de Nike, voló para ver a James en persona para así redoblar esfuerzos a fin de contratarle.

No fue, de hecho, el mayor contrato de patrocinio deportivo de la historia. Sin embargo, ese pacto con Nike por nueve cifras (ganando por estrecho margen a Reebok en la puja) con un chico de 18 años antes que la NBA celebrara su draft de lotería de ese año sigue siendo uno de los pactos más impresionantes en la historia de los deportes en Estados Unidos. James cambió el paradigma de lo que representaba ser un prodigio del baloncesto y aún no ha llegado otro jugador que se le acerque desde entonces.

La lista de logros de James desde su llegada a la NBA es sumamente conocida. No obstante, James sigue escribiendo su historia y definiendo su legado. En lo que sin duda representará un logro significativo, en algún momento el próximo año James debería convertirse en el primer jugador en la historia del baloncesto en figurar en el Top 10 en las categorías de puntos y asistencias. Esa es una distinción que será un gran honor para él, quien siempre ha querido ser conocido como creador de jugadas, más allá de ser un mero encestador. Además, tiene la oportunidad de llegar a ubicarse entre los 50 mayores reboteadores de todos los tiempos en la próxima temporada. En los playoffs, ya es el mayor anotador de la historia, segundo en robos y tercero en asistencias.

El conteo de estadísticas representa un homenaje a su longevidad. Pero la forma en la cual James ha redefinido y cambiado al baloncesto va más allá de su volumen de cifras. Las acciones de James fuera de la cancha han creado nuevos estándares y objetivos para muchos de sus colegas, lo cual es una muestra de respeto dentro de cualquier profesión.

Es cierto que la transmisión televisiva de “La Decisión” fue criticada por su mal gusto, pero su concepto ha logrado pasar la prueba del tiempo. Con frecuencia, ahora los jugadores asumen el control de los anuncios de sus grandes decisiones en sus carreras y lo hacen por medio de artículos escritos cuidadosamente a fin de explicar sus razonamientos. El ensayo escrito por James para la revista Sports Illustrated en 2014 en el cual anunció su regreso a Cleveland se publicó cuatro meses antes del lanzamiento de la página The Players’ Tribune.

James está muy lejos de ser el primer atleta de alto perfil en expresarse de forma abierta con respecto a sus posturas políticas. Sin embargo, la disposición de LeBron a dar su voz a distintas causas sociales ha motivado a numerosos atletas a seguir su ejemplo. En 2012, cuando James y Dwyane Wade organizaron a sus compañeros del Miami Heat para posar en conjunto vistiendo suéteres de capota tras el asesinato de Trayvon Martin, se produjo un cambio en la forma en la cual los jugadores de la NBA utilizan las redes sociales.

El ubicar a alguien en una categoría tan nebulosa como “atleta que cambió su deporte” es sin duda un reto porque los deportes en sí tienen muchos matices y la personalidad, talento y carisma de un atleta se mezclan en muchos ángulos. Se ha denominado a James de múltiples maneras a lo largo de su vida y se han producido tantos debates como LeBron tiene formas de convertir triples.

Sin embargo, en este tema no vale la pena debatir. El estatus de LeBron James, como atleta que ha cambiado y redefinido su deporte, es indudable.

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