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NEW ORLEANS - Tienen pulso y ahora los New Orleans Pelicans sienten que tienen una oportunidad. Después de derrotar el viernes por la noche 119-100 a los Golden State Warriors, los campeones de la NBA, en el Smoothie King Center para poner la serie 2-1 en las semifinales de la Conferencia Oeste, los Pelicans entran al Juego 4 el domingo buscando empatar la serie. Todo funcionó a la perfección para los Pelicans el viernes por la noche. Ellos jugaron una defensa sofocante y persiguieron al base Stephen Curry, quizás un poco cansado en su segundo juego de regreso tras su recuperación en cinco semanas de una lesión en la rodilla izquierda, en una tranquila noche de tiro con 19 puntos; el base Rajon Rondo repartió 21 asistencias, un récord para la franquicia en playoffs, y empujó el ritmo mientras los Pelicans tenían una ventaja de 25 puntos. Y el alero Anthony Davis anotó 33 puntos al usar una serie de movimientos internos y externos para mantener a los Warriors pisándole los talones. El Juego 4 debería demostrar que es más que una batalla de planes de juego. Rondo y el ala-pívot de los Warriors, Draymond Green, se han enfrentado varias veces y han tenido confrontaciones verbales, pero ninguno ha cruzado la línea y ha cometido una falta técnica. Los Warriors se dan cuenta que los Pelicans no son el mismo equipo del 2015 al cual arrollaron. “Obviamente (el Juego 3) no fue divertido”, dijo el escolta de los Warriors, Klay Thompson. “Ellos hicieron lo que quisieron. Tenemos que regresar el domingo y hacer que se sientan más incómodos porque estaban demasiados cómodos”.
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