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BOSTON - Hay quienes colocan el legado en columnas, dibujan el informe de resultados de una manera simple y contable.
Y hay quienes están dispuestos a trabajar en áreas de gris, en términos de matices y circunstancias. Algunos dirán que Michael Jordan ganó seis títulos y Kobe Bryant ganó cinco (Bill Russell ganó 11 pero de alguna manera generalmente no está incluido en la discusión del conteo), y LeBron James tiene tres, y eso es todo. Quizás sea así, en la columna, eso es todo. Pero para aquellos que tienen una perspectiva, James hizo algo en esta postemporada que merece ser reconocido y reverenciado. La victoria 87-79 de los Cleveland Cavaliers en el Juego 7 en Boston el domingo por la noche le valió a James un trofeo de plata y no uno de oro. No se siente bien poner este logro al lado de los títulos. Sin embargo, no parece justo deslizarlo en la lista de títulos de la Conferencia del Este y seguir adelante. Es responsabilidad de los fanáticos del básquetbol que están dispuestos a explicar a aquellos que no saben o no han nacido todavía o que quizás no saben lo que James ha hecho esta temporada. Será fácil minimizar esto una vez que pase el momento, anotarlo cuando los Cavs se hayan hecho afortunados de que Kyrie Irving y Gordon Hayward hayan estado lesionados, de que los Boston Celtics eran demasiado jóvenes, de que los Indiana Pacers y los Toronto Raptors no eran oponentes dignos. Para agitarlo con toda una generación de otros contendientes de la Conferencia Este que se han vuelto anónimos hasta cierto punto a la sombra de James. Eso sería un perjuicio para James y un perjuicio para la historia del juego. Ama a James u odia a James, su actuación se ha ganado el respeto por comprender y mantener la autenticidad del logro. Por ejemplo, James produjo 35 puntos, 15 rebotes, 9 asistencias y 8 pérdidas de balón en el Juego 7. Es un excelente juego. No es un juego de James de todos los tiempos, es francamente un rendimiento límite de top 10 en esta postemporada. Al revisar solo las columnas, sería fácil dejar que se desvanezca entre la multitud del inmenso currículum de playoffs de James. Lo que debe entenderse es que vino cuando James jugaba en su 100mo. juego consecutivo de la temporada. Que jugó su tercer juego en cinco días. Que recibió tratamiento de 24 horas en su pierna derecha después de jugar 46 minutos para evitar la eliminación 48 horas antes. Que jugó los 48 minutos en un juego de postemporada por primera vez desde 2006, cuando tenía 21 años. Que en el último cuarto acertó 4 de 6 intentos, tuvo tres rebotes y cuatro asistencias después de haber jugado 3,757 minutos esta temporada, más que cualquier otra persona en toda la liga. Para aquellos que estaban cerca de James, aquellos que lo ven en las horas posteriores a un juego o antes de que él se suba a la camilla de masajes o después de que baje del avión en la mitad de la noche, no pueden creer que se levante a para la ocasión una y otra vez. "Quiero decir, cuanto más grande es el escenario, más grande es el jugador, y lo ha estado haciendo desde que estamos aquí", dijo el entrenador de los Cavs, Ty Lue. "La gran cita del gran Doc Rivers es, 'Siempre quieres entrar en el Juego 7 con el mejor jugador', y tenemos al mejor jugador de nuestro equipo en el Juego 7. Me gustan nuestras posibilidades. Y él respondió de nuevo". 
Aquí está la prueba: James ha ganado seis Juegos 7 consecutivos en los últimos 10 años, dos de ellos en la carretera. Ha ganado siete de los últimos ocho juegos eliminatorios en los que ha participado, incluidos tres en esta postemporada. Y ahora regresado de una desvenyaja de 2-0 para ganar una serie en tres ocasiones en su carrera. Eso ha sucedido solo 20 veces en series de siete juegos en la historia de la NBA.
Las dos veces que perdió el Juego 7 fueron en Detroit en 2006 y en Boston en 2008. Desde entonces ha vencido a los Pistons en cuatro ocasiones en los playoffs y ahora ha ganado a los Celtics cinco veces seguidas. Entrará en las Finales de la NBA como un desfavorecido, sin importar a quién jueguen los Cavs, por séptima vez en sus nueve viajes. Hay una posibilidad mejor que el promedio de que esta temporada no terminará con su cuarto título y en su lugar terminará con su sexta derrota en la Final. Y para eso, aquellos que usan las columnas pueden usarlo para atacarlo. "Dios mío, ¿crees que estás frustrado? ¿Cómo te gustaría llegar allí ocho veces y no ganar?" Eso es lo que Jerry West dijo en 2011 cuando James lo llamó después de que perdió su segunda final en su octava temporada en busca de un hombro para llorar. West le dijo a James que había querido retirarse varias veces después de perder las primeras ocho Finales en las que jugó. Una vez, cuando corría en Los Angeles, fue atrapado por un transeúnte y lo llevaron al borde de considerar un homicidio. West está amargado por la historia hasta el día de hoy; frunce el ceño ante la mera mención. Sin embargo, cuando cumpla los 80 el lunes, los historiadores lo han hecho mucho mejor. Fue conocido como "Mr. Clutch" y, más recientemente, "The Logo". Los 'highlights' granulosos y la historia oral han hecho que el legado de West se haya acorazado. Le hizo bien. El mismo respeto se debe a James. Las pruebas de esta temporada, los detalles que rodean el debilitamiento de su equipo y los desafíos semanales que tuvo que sortear al llevar una carga increíble lo llevaron al Juego 7 en una posición absurda. Los Cavs no parecían tener nada que hacer allí; por todos los derechos debieron haber perdido con los Pacers hace un mes. Los Cavs tuvieron una larga celebración en el vestuario después del juego. Los equipos no han llegado a celebrar mucho en esta parcela de tierra, ya sea en el TD Garden o en el lote adyacente donde una vez estuvo el Boston Garden. James ha tenido algunos de sus momentos más oscuros en ese vestuario. Luego lo resumió. "Han sido rosas", dijo James. "Ha habido espinas. Ha habido todo lo que puedes pedir. He dicho que ha sido una de las temporadas más desafiantes que he tenido". OK, entonces no es un campeonato como tal, pero olía igual de dulce.
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