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Los Warriors, un equipo imposible para el resto de la NBA

Los Warriors volvieron a conquistar el campeonato y se convirtieron en el séptimo equipo NBA (cuarta franquicia diferente) en ganar al menos tres títulos en cuatro temporadas, considerando el éxito en 2015, 2017 y 2018. Los Lakers lo hicieron en tres ocasiones distintas, los Bulls con dos tricampeonatos en los '90s y los Boston Celtics de Bill Russell ganaron 11 campeonatos en 13 años, en la decada de 50's y 60's.

Nadie puede quitar mérito a lo conseguido por Golden State, porque han sido la mejor franquicia por años. Con el sexto trofeo Larry O'Brien en sus vitrinas, igualaron a los Bulls de Michael Jordan y compañía con seis campeonatos, sólo detrás de Celtics (17) y Lakers (16). Tienen absolutamente todo: individualidades, juego de conjunto y un estilo basado en el ritmo que nos ha obligado a reconsiderar los mandamientos del juego que parecían haber sido escritos para nunca jamás borrarse.

El básquetbol que proponen los Warriors, y que sólo pudo ser casi empatado por los Houston Rockets en la Conferencia Oeste, merece un análisis a fondo sobre lo que requiere la Liga para recuperar su esencia y competitividad. En estas Finales de campeonato, sólo el Juego 1 -que incluyó el melodrama de J.R. Smith y LeBron James- tuvo un tinte competitivo. Todo lo demás, incluyendo el fiasco del Juego 4, con un tiempo completo de más gracias a un equipo que, siendo local, tiró la toalla antes de escuchar la campana, fue una ruta directa hacia un destino ya escrito de antemano.

Ni siquiera un talento como el de James pudo poner en riesgo algo de lo que ya tenía en el bolsillo el campeón reinante. Más allá del encomiable esfuerzo de la estrella de Cleveland, lo cierto es que nunca estuvo ni cerca de luchar por el título. La flexibilidad, la versatilidad, la velocidad y el movimiento constante de los Warriors sirvieron para demostrar que nada ni nadie puede con ellos. El tema, aquí, tiene que ver con la diversión: más allá de las piruetas de montaña rusa de los jugadores de Warriors, de la precisión quirúrgica de Kevin Durant y Klay Thompson, de los lanzamientos poco ortodoxos -y maravillosos- de Stephen Curry, y de la increíble -e irritante- energía de Draymond Green, entre otros, lo que sucedió anoche fue tan, pero tan sencillo que no levantó a nadie de su asiento.

¿Hasta cuándo se puede tolerar una diferencia de esta naturaleza entre rivales? Mientras Adam Silver entregaba el trofeo de campeón a Kevin Durant, todavía daba vueltas por mi cabeza el veto del ex comisionado David Stern a Chris Paul algunos años atrás, cuando era inminente su pase a Los Angeles Lakers. Quizás hubo que hacer algo en su momento que no se hizo. Y aquí estamos.

La realidad de la Liga hoy es clara: 29 equipos intentando encontrar la kryptonita que detenga a los Warriors. Que pueda frenar ese ritmo absurdo y limite los flechazos a distancia en transición de sus súper atletas. Este equipo imposible construido por Steve Kerr -con las ya conocidas pinceladas defensivas de Mark Jackson- es demasiado bueno para cualquiera que se ponga enfrente. Sin dudas demasiado bueno para esta Liga, que necesita encontrar un adversario mucho más adecuado que el que entregaron estas Finales. Todos aquellos comentarios sobre la debilidad de la Conferencia Este hoy lucen tan acertados que el futuro que se viene en materia de competitividad, además, se vislumbra preocupante.

Finalizado este campeonato, la directiva de Golden State deberá ver cuánto impuesto al lujo estará dispuesto a pagar para mantener a su póker de estrellas junto al staff de terrenales, a la búsqueda de más alegrías amarillas y azules. Si bien Durant dijo que se quería quedar en los Warriors, lo cierto es que, como nos informa el departamento de estadísticas de ESPN, deberá barajar algunas opciones: a) optar por los 26.3 millones para la próxima temporada (tiene hasta el 29/6 para decidir esta opción) b) Firmar por un año por más de 30 millones c) los Warriors pueden ofrecer este verano 158 millones por cuatro temporadas d) Golden State puede ofrecer el verano próximo un contrato en proyección de 219 millones por cinco temporadas.

Curry, por su parte, ganará 37.5 milones la temporada entrante con el pacto ya consumado de 201 millones por cinco años. Thompson, ese asesino silencioso detrás del arco, tiene un año más de contrato pero sería agente libre sin restricciones en 2019. Esta temporada baja, Thompson es elegible para firmar una extensión de 102 millones por cuatro años, algo que estaría bastante debajo del mercado ya que los Warriors podrían ofrecer un acuerdo proyectado de 5 años y 188 millones de dólares en el verano de 2019-20 y otros equipos pueden ofrecer cuatro años y 139 millones. Draymond Green, en tanto, tiene 36 millones restantes en su actual acuerdo.

Dicho de otro modo, Durant tiene opción de jugador ahora, Curry tiene aún otros cuatro años de contrato, Thompson uno, y Andre Iguodala y Draymond Green dos.

Veamos algunas opciones de movimiento en temporada baja que brinda el departamento de estadísticas de ESPN:

– Los Warriors deberán elegir entre Thompson y Green (o ninguno de los dos) para su segundo y final espacio de contrato súper máximo. Thompson deberá ganar todos los honores All-NBA la próxima temporada mientras que Green puede conseguir eso o ser el Jugador Defensivo del año para ser elegible en alguna de las próximas dos temporadas.

- Si contamos a Durant con su opción de jugador de 26.3 millones, los Warriors deberán gastar alrededor de 130 millones en nueve jugadores (incluyendo 945.000 dólares de dinero muerto): Curry, Durant, Thompson, Green, Iguodala, Shaun Livingston, Damian Jones, Jordan Bell y Quinn Cook. Esto podría empujar a los Warriors al impuesto al lujo aún sin haber terminado de completar el resto del plantel.

- El resto del plantel de los Warriors, es decir, los jugadores de rol, serán agentes libres: Nick Young, Zaza Pachulia, JaVale McGee, Kevon Looney, David West y Patrick McCaw. Pachulia, West, McCaw y McGee pueden firmar contratos multianuales empezando en 8.7 millones por los 'Early Bird Rights' y Young puede firmar por 6.2 millones por los 'Non-Bird righs'.

- Recordemos que los Warriors, además, tienen un pick de primera ronda para el Draft, el número 28.

Dicho esto, comenzará la ingeniería financiera para ver de qué manera la directiva puede conservar el coro de estrellas para seguir en la cúspide de la NBA. Más allá de lo que pueda -o no- hacer Golden State, los restantes equipos deberán hacer una introspección hacia ellos mismos, soltar algunas bolsas de arena y entender que, para competir contra un equipo de esta naturaleza, no alcanza sólo con dar un paso al frente en calidad. Se requiere poner una caja de velocidad más para impulsar el ritmo, adecuar el estilo a los tiempos que corren y ganar en versatilidad.

Así, y sólo así, veremos unas Finales de NBA atrapantes y adictivas. Uno contra todos, todos contra uno.

Los Warriors necesitan, de manera urgente, competencia que esté a la altura de las circunstancias.