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El legado de LeBron en el noreste de Ohio incluye un título, decepción... y esperanza

El camino cruzado por la fundación de LeBron James, en ciertas formas, ha sido paralelo al de su propia carrera.

La organización siempre contó con gran potencial debido a la capacidad económica e influencia de James, aunque su operación al principio se mostraba desenfocada. Por ejemplo, durante varios años su evento anual principal (un maratón de ciclismo para los niños en su ciudad natal de Akron, Ohio) terminaba perdiendo dinero y causando un impacto negativo en el presupuesto de la ciudad.

Sin embargo, a medida que James encontraba su lugar como súper estrella y líder durante su época en Miami, su fundación hacía lo mismo en Ohio, al concentrarse específicamente en niños en situación de riesgo y su educación. Desde entonces, ambos no han dejado de prosperar.

Durante muchas ocasiones en la década pasada, James ha dicho: “Soy sólo un niño oriundo de Akron” y “no se supone que deba estar aquí, se supone que debía ser un estadístico”. Puede sonar como un eslogan, pero no lo es para él. Como es bien conocido, lidió con la pobreza, falta de estabilidad y periodos en los cuales no tuvo techo para dormir cuando era niño. Su pequeña familia fue afectada directamente por las drogas y el crimen violento. Estas situaciones terminaron repercutiendo en él al punto que dejó de asistir a la escuela cuando cursaba cuarto grado.

Todas las circunstancias hacían apostar que la vida de James no tendría un final feliz, encontrándose al punto de perderse antes de saber a dónde le podía llevar el baloncesto. Estas son las estadísticas con las que trata de luchar con su dinero y capacidad para atraer a corporaciones y escuelas importantes con el fin de trabajar por una causa común.


Durante los últimos cuatro años, mientras jugaba nuevamente con los Cleveland Cavaliers, la carrera de James maduró por completo. Culminó tanto en el campeonato de la NBA de 2016 y en la campaña anterior, cuando jugó en cada partido y tuvo una de las mejores actuaciones de playoffs en la historia de la NBA al llevar a su equipo, contra toda probabilidad, a otra aparición en las finales.

Se podría decir lo mismo de su fundación, la cual este lunes marcará un hito por el cual se ha trabajado durante más de una década, cuando inaugure su propia escuela en coordinación con el sistema de Escuelas Publicas de Akron. Eventualmente, albergará a cientos de niños en situación de riesgo, niños que caminan en los mismos zapatos vestidos por LeBron en su etapa de escuela elemental. Este nuevo centro educativo tendrá un día y año escolar más largos y sus educadores tendrán la tarea de superar las desventajas de carácter histórico que estos niños sufren constantemente.

Si los infantes siguen el programa que ha sido desarrollado por el trabajo de la fundación, James ha conseguido que disfruten de matrícula gratuita en la Universidad de Akron. Además, la fundación ha creado programas para ayudar a los padres de éstos a conseguir sus diplomas de secundaria y proseguir su educación.

Es un experimento osado. En vez de tratar de canalizar por las vías regulares a los niños con desventajas, la escuela de James agrupará a los estudiantes en situación de riesgo de su ciudad y así facilitar el sistema de apoyo. Si esto funciona, como lo sueñan James y los líderes de su fundación, podría cambiar la forma en la cual los sistemas escolares y las ciudades perciben estos retos. Podría esparcirse a otras ciudades en el estado de Ohio que necesitan ayuda. Y después, ¿quién sabe que podría pasar?

He aquí el legado de James a la región nororiental de Ohio, al menos tal como él lo percibe.

Cumplió su promesa y aportó para la consecución del primer campeonato deportivo profesional de su región en 52 años. Hubo una razón por la cual, cuando James se despidió de Cleveland tras firmar con Los Angeles Lakers a principio de mes, publicó una foto de desfile que atrajo a más de un millón de personas al centro de la ciudad. Para muchos que hicieron de ese día un evento que marcó generaciones y familias, el simbolismo del desfile fue tan significativo como el momento en el cual se ganó el campeonato. James disfrutando la vista desde el asiento trasero de un auto convertible, mientras otros se montaban a faroles en las vías y se sentaban en muros para ver la procesión, fue algo tan icónico en Cleveland como lo fue su bloqueo de Andre Iguodala en el Juego 7.

Si bien esa es su marca indeleble en Cleveland, la Escuela I Promise (“Yo Prometo”), tal como la bautizo la Fundación de la Familia de LeBron James, es el legado de LeBron a su ciudad natal. Eventualmente, el objetivo es que miles de niños crucen sus puertas. Para una ciudad de la talla de Akron, con 200,000 habitantes, intenta mejorar la situación de este segmento de infantes es la forma en la cual James ha decidido intentar cambiar a una generación.

Lo que James aspira es ver en 20 años una mejoría sustancial en las cifras de alfabetización adulta en su ciudad. Y sus cifras de hechos ilícitos. Y su ingreso medio. Esas son las estadísticas en las cuales James quiere involucrarse.

Sin embargo, he aquí donde las cosas se complican.

Con su mudanza a Los Ángeles, James ahora está intentando el último acto de una carrera excepcional. Vive en un mundo en el cual su actuación a diario repercute en su legado deportivo. Es algo que asumió al vestir el mismo número de Michael Jordan.

Ahora, se ha unido a la misma franquicia en la cual Kobe Bryant hizo vida en la NBA, consciente de que probablemente será todo un reto (si no imposible) ser querido al mismo nivel de Kobe por la apasionada afición de los Lakers. James es un estudiante de la historia del baloncesto y que busca perspectiva. Por una parte, James no le importa mucho la forma en la cual se perciba su trayecto deportivo. Luego de una difícil primera temporada en Miami, James adhirió a su vestidor una cita orientadora, dicha por Theodore Roosevelt en un discurso en París, en 1910. La cita sobre el “Hombre en la arena” se refiere a trascender por encima de las críticas. James, a menudo, escribe la frase “Hombre en la arena” en sus zapatillas como un recordatorio a sí mismo.

Por otra parte, James se muestra sensible a la forma en la cual sería recordado. La razón por la cual necesita recordar constantemente que debe ignorar las críticas es la misma por la cual mira los partidos de playoffs en sus noches libres, con el botón de silencio activado en el televisor. No quiere escuchar lo que ya sabe que está ocurriendo: que la gente se mete con él.


Al final, James jugó durante 11 temporadas en Cleveland y partió con un solo título en su haber. Jordan estuvo durante 13 campañas con los Chicago Bulls y ganó seis anillos. Bryant jugó con los Lakers durante 20 años y se alzó con cinco campeonatos. Tim Duncan consiguió cinco títulos en 19 años con los San Antonio Spurs. Magic Johnson se impuso en cinco ocasiones en 12 campañas con los Lakers. Larry Bird ganó tres campeonatos en 13 temporadas con los Boston Celtics.

Si James consigue un título con los Lakers, podrá alcanzar estatus de atleta de élite en los Ángeles. Pero será siempre el campeonato número 17 en la historia de la franquicia. Probablemente no será suficiente como para garantizarle una estatua a las afueras del Staples Center. En Ohio, su único título ha causado que varios grupos organicen intentos de conseguir sea erigida una estatua en su honor, mientras permanece activo como jugador.

En la tarde del lunes, James tiene prevista su primera comparecencia pública desde su contratación por parte de los Lakers. Fue creado como un momento de celebración para su fundación. Debido a las circunstancias, será un momento de explicación también.

Desde que falló al leer sus líneas en el Boys and Girls Club en Connecticut en 2010, James se ha hecho experto en lidiar con momentos así. Tiene una forma de dominar las situaciones en cualquier lugar, sin importar las consecuencias, aparte de mostrar la capacidad de lidiar con asuntos delicados con elegancia.

Lo que diga y cómo lo diga probablemente será repetido incesantemente durante los próximos años. Así han sido estas cosas. Aunque no es el momento de analizar las palabras. James deja Akron y Cleveland atrás y sus acciones son las importantes.

James no está interesado en debatir si lo hecho por él ha sido suficiente.