SPRINGFIELD, Massachusetts - Ray Allen dijo que sus cinco temporadas con los Boston Celtics fueron "el momento más importante de mi vida", incluso cuando la relación fracturada con los miembros del equipo del título 2007-08 se cierne sobre su inminente inducción al Naismith Memorial Salón de la fama del baloncesto.
Allen acaparó los titulares esta semana al sugerir que no esperaba que ningún miembro de ese equipo de 2008 lo felicitara por su inducción y confirmó durante una aparición en "The Jump" de ESPN que no había tenido noticias de la mayoría de sus ex compañeros de equipo esta semana.
Pero Allen quiere que los fanáticos de Boston recuerden lo que los Celtics lograron durante la era del 'Big Three'y no la amargura que ha persistido desde que desertó al Miami Heat en 2012.
"La gente mira cómo me fui pero miro cómo viví mientras estaba (en Boston)", dijo Allen el jueves en una conferencia de prensa después de que los miembros de la clase de inducción de este año recibieron sus chaquetas del Salón de la Fama en vísperas de la inducción.
"Para mí, ese es el momento más importante de mi vida porque nunca había ganado. Y yo era capaz de ganar. Y eso es probablemente lo más importante que quiero que la gente recuerde es el tiempo que pasamos juntos".
"Ahora, entiendo la angustia que la gente tiene hacia mí porque amaba mucho (al equipo titular), porque yo era parte de ese equipo y yo era parte de todo lo que hicieron hasta ganar", dijo Allen. "Pero, como todos sabemos, se convierte en un negocio que finalmente tiene que decidir cuándo es el momento de doblar la carpa. Tiene que seguir adelante. Y hay tantos factores diferentes en juego".
A principios de esta semana, el ex entrenador de los Celtics Doc Rivers expresó consternación por no haber podido ayudar al equipo de 2008 a reconciliar sus diferencias. Rivers quiere que Allen sea celebrado por sus logros en Boston, no recordado por su salida.
Pero Allen vio la paz el jueves, tratando de sumergirse en la experiencia del Salón de la Fama. Habló con gran orgullo sobre todas las personas que lo empujaron durante su viaje al baloncesto y le dio la confianza para convertirse en uno de los mejores francotiradores en la historia de la NBA.
Y estaba particularmente relajado contando historias de su carrera sobre cómo ganar su validación que culmina con su inducción.
"Creo que uno de los cumplidos más grandes que he recibido es que algunos entrenadores me llamaron 'Oh s ---'", dijo Allen a la risa. "Y si alguna vez terminara en el suelo, dirían: 'Oh, ¿cómo se abrió?' A menudo, cuando corría por el suelo, el entrenador del otro equipo le gritaba a su compañero: "¡No lo dejes! No me importa lo que hagas, no lo dejes". Y el tipo que me estaba protegiendo era tan paranoico ... Cosas así, siempre fueron como una validación para mí en mi posición y mi impacto en el juego ".
Jason Kidd, otro de los cabezas de cartel en la clase de este año, no asistió a la ceremonia de la chaqueta del jueves. El Salón de la Fama anunció que Kidd estaba enfermo y que le habían aconsejado no volar, pero que esperaba asistir a la ceremonia de inducción del viernes por la noche.