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No es tiempo de celebrar que LeBron James supere de nuevo a Michael Jordan

CORRÍA LA PRIMAVERA DE 2017, y LeBron James superó a Michael Jordan en anotación.

Era una noche de triunfos, con los Cleveland Cavaliers acercándose a los Boston Celtics en las finales de la Conferencia del Este para así defender su título. Un triple en el tercer periodo hizo que James superara el récord de anotación de por vida en playoffs de Jordan de 5,987. Todo un testimonio a la excelencia y longevidad.

Su compañero Kyrie Irving, quien sólo jugaría cinco partidos más con James antes de exigir un canje para alejarse de él, se acercó a James después del logro, susurró sus felicitaciones al oído y le alentó a celebrar el momento.

“Prácticamente hacía todo lo que MJ hizo cuando yo era niño”, dijo James esa noche, acariciando su récord. “Encestaba fadeaways antes de hacerlo cuando se suponía. Usé una rodillera en mi pierna y la doblaba para que se pudiera ver el lado rojo. Vestía zapatos negros y rojos con medias blancas. Usé pantalones realmente cortos para que se pudiera ver la ropa interior. No llegué a estar calvo como Mike, pero me estoy acercando”.

CORRÍA LA PRIMAVERA DE 2018, y LeBron James superó a Michael Jordan en anotación.

Fue una noche de triunfos, con los Cavaliers superando a los New Orleans Pelicans en un partido que les ayudó a asegurar su sembrado en los playoffs. Fue el encuentro número 867 de James con dobles dígitos, rompiendo el récord de todos los tiempos impuesto por Jordan. Todo un testimonio a la excelencia y longevidad.

Los árbitros se dirigieron a él durante un receso en la acción y le entregaron el balón, que sostuvo sobre su cabeza mientras la multitud le dio una ovación de pie. En la volcada que oficialmente marcó el récord, Kevin Love, el compañero All-Star que le quedaba a James, le dio un doble choque de puños y abrazó a James mientras este corría por la cancha. Justin Timberlake le dio los cinco dedos desde un asiento en primera fila.

“Es un buen momento, un momento especial no sólo para mí, también para mi familia y tantos chicos que me admiran y consiguen inspiración, saber que se puede salir a la cancha y hacerlo, estando consciente de donde vengo”, dijo James esa noche. “Sabes, 30 minutos antes de esto y las estadísticas siempre se conjuran en tu contra y en mi caso, estando en esta posición hoy en día, ser capaz de lograr algo que mucha gente pensaba no ocurriría nuevamente o poder ser capaz de romper un récord así”.

ESTAMOS PRÁCTICAMENTE EN LA PRIMAVERA DE 2019, y LeBron James ha superado a Michael Jordan en anotación.

Requirió de 13 puntos contra los Denver Nuggets en la noche del miércoles pasado para así superar a Jordan en el cuarto lugar en la lista de anotadores de todos los tiempos de la NBA con 32,292 puntos. Una vez más, todo un testimonio a la excelencia y longevidad. James anotó los puntos que le dieron el récord en una cesta producto de un drive a mediados del segundo periodo.

James se sentirá honrado por esto, tal como ha sido el caso cuando consigue todas esas marcas de anotación que anteriormente le pertenecían a Jordan. Superar a Jordan en cualquier categoría es un honor, aunque se debe apuntar que James ha jugado más de 100 partidos de temporada regular que Jordan a fin de alcanzar este número. Es un logro que James debe a su tremenda concentración en su bienestar tanto físico como mental, que le ha permitido operar a un nivel tan alto por 16 temporadas. Jordan, quien regresó del retiro en dos ocasiones, jugó 15 temporadas en total.

Sin embargo, la celebración por este particular récord de anotación que supera al de Jordan probablemente será muy modesta. No hay muchos logros triunfantes esta temporada para James, en la cual se encuentra en peligro de quedar fuera de los playoffs por primera vez en 14 años. Y una gran razón se debe a que no existe otro All-Star en el roster con quien celebrar dicho honor.

La semana pasada, después que Los Angeles Lakers perdieron ante los Milwaukee Bucks en un partido en el cual James lideró un valiente, pero en definitiva inútil esfuerzo, dijo algo que esencialmente resumió la temporada.

“Todos suelen hablar mucho de Giannis (Antetokounmpo), pero se trata también del elenco de reparto con el que cuenta, estos chicos salen y hacen su trabajo cada noche sin fallar”, dijo James. “Obviamente, (Eric Bledsoe) … también (Khris) Middleton quien es All-Star, (Malcolm) Brogdon que fue Novato del Año, (ellos) rodearon a Giannis con un gran elenco”.

Hay que aclarar que James no intentaba descalificar a su equipo elogiando a los Bucks. Sólo estaba halagando a los Bucks. Sin embargo, la realidad es que este ha sido el equipo más comprometido en el cual ha jugado James en la última década. LeBron ha clasificado a ocho Finales de la NBA en forma consecutiva, y en las dos temporadas previas al inicio de la racha, formó parte de dos equipos que en años consecutivo alcanzaron un mínimo de 60 triunfos.

Esta temporada marca la primera ocasión desde 2009-10 en la cual James no ha jugado al lado de otro All-Star. La mayoría de esas temporadas (bien sea con Love e Irving o Dwyane Wade y Chris Bosh), jugó al lado de dos.

Superar una marca de anotación propiedad de Jordan nunca debe ser subestimado; se trata de todo un momento. Se entregará otro balón del partido que será mostrado, algún día, en un futuro museo de LeBron James. Sin embargo, este equipo de los Lakers no lo llevará a superar el récord de Jordan que realmente quiere: el de los seis títulos.

Prácticamente, James se ha rendido en esa búsqueda. Siente que su legado ya está establecido, sin importar lo que se diga en el debate público sobre el tema. Y tampoco se trata de que él desea dejar de intentarlo.

Hace pocas semanas, lo resumió de esta forma, al decir: “No hay nada que necesite alcanzar en esta liga para establecerme, que ya no haya conseguido. Todo lo demás para mí es la guinda del pastel… No hay nada que esté persiguiendo o que sienta que necesito obtener para así ponerle fin a mi carrera”.

En estos momentos, la idea de perseguir algo personal ha quedado atrás. James está pasando sus días en la búsqueda del octavo sembrado. Los récords de anotación (el de Kobe Bryant, que se ubica en el número 3, es el próximo y se puede alcanzar durante la próxima campaña, asumiendo que se disfruta de buena salud; y el del líder de la categoría Kareem Abdul-Jabbar requeriría de cuatro o cinco años de óptima producción) han perdido importancia en este momento.

Si existe una palabra final sobre el tema, James nunca ha deseado ser conocido como anotador. Preferiría ser conocido como pasador. Y si algún día erigen una estatua de él en Cleveland, a James le gustaría que representara el momento más grande de su carrera: un tiro bloqueado en el Juego 7 de las Finales de la NBA 2016.

Por ende, superar a Jordan nuevamente se ha convertido en un bonito ritual de primavera, más no es una búsqueda a la cual dedicar la vida.

“No tengo que encestar el balón para causar impacto en el partido de baloncesto. Esa fue mi mentalidad cuando comencé a jugar este deporte”, dijo James el año pasado. “Y eso seguirá presente en mí por el resto de mi carrera”.