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Un muy odiado LeBron James está viviendo su temporada 'Kingdom Come'

Horas antes de la emocionante victoria 129-128 de Los Angeles Lakers como visitantes del pasado 7 de febrero sobre los Boston Celtics, que fuera el último destello de brillo de la temporada de los Lakers, LeBron James revoloteaba. Si bien las aspiraciones al título eran tenues, su equipo tenía récord 27-27 y se encontraba en contención a clasificar a los playoffs.

“No hay nada que necesite conseguir en esta liga que ya no tenga”, dijo James a Masslive.com después de una práctica de encestes en el TD Garden de Boston. “Todo lo demás para mí es como una guinda en la tarta… Si bien me encanta el proceso de todo lo que estoy haciendo, poder competir noche tras noche y poner a equipos en posición de luchar por campeonatos… no hay nada que esté persiguiendo o que sienta necesitar con el propósito de poner fin a mi carrera”.

El ánimo de James esa noche y toda la temporada de los Lakers hacen recordar el noveno álbum de Jay-Z y la idea de que James está viviendo su temporada al estilo Kingdom Come. Altas expectativas seguidas por una decepción mayúscula, Kingdom fue un álbum sumamente anticipado. Lanzado al mercado en 2006, el proyecto fue el álbum posterior al retiro de Jay-Z y de hecho terminó siendo el peor de su carrera. “Mi primer partido después de regresar”, dijo Jay-Z en 2013, clasificando a ese proyecto como el último de su discografía. “No me disparen”.

Jay-Z en aquél entonces, tal y como James ahora, era en ese momento considerado toda una leyenda con credenciales dignas del Salón de la Fama. Sin embargo, hubo expectativas generadas por las rimas de Jay-Z y su capacidad de crear pinturas con el micrófono. Un estándar de excelencia familiar para James.

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Adelantamos la película por mes y medio y los Lakers, actualmente ubicados en el undécimo puesto en la tabla de la Conferencia del Oeste, están oficialmente eliminados de los playoffs. Suspensiones, movimientos cuestionables en la temporada baja (y durante el torneo en sí). Lesiones, rumores de canjes y canjes que sí se concretaron, el susto con la salud de Brandon Ingram y la controversia que rodea a la familia de Lonzo Ball: todas esas piezas importan a la hora de discutir los elementos que perjudicaron una temporada que comenzó con una fastuosidad a la cual sólo le faltaba el desfile de campeonato de los Lakers.

Para una afición de los Lakers que no ha participado en los playoffs desde 2013, el hecho que las vacaciones de verano comenzaron durante la primavera es, con dolor, la vida normal. Antes de iniciarse el torneo, había proyecciones realistas que indicaban que los Lakers ganarían 50 partidos, James capturaría el premio al Más Valioso por quinta ocasión y que el equipo eventualmente caería en las finales de la Conferencia del Oeste a manos de los Golden State Warriors.

Sin embargo, James se prepara a comenzar la temporada baja más larga que ha tenido desde 2005, cuando el mundo era muy diferente: Apple no había lanzado el iPhone, Zion Williamson no había iniciado sus estudios de primaria y YouTube no era un verbo. James también se encuentra en una situación familiar: recibiendo montañas de críticas.

Una letanía interminable de críticas, observaciones y acusaciones han emergido o vuelto a surgir en la presente temporada: James se alejó de sus compañeros durante una derrota a manos de los New York Knicks en la carretera. Crecer en un hogar como hijo único de madre soltera es la razón por la cual es mal líder y compañero. James mató la química dentro del vestuario de los Lakers. LeBron tiene fetiche por la disfunción, la ciudad de Los Ángeles no lo quiere. Su defensiva ha sido peor que la expuesta en tribunales por defensores ad-litem. James mata entrenadores y no sólo el entrenador de los Lakers Luke Walton es el próximo en su lista de blancos a dar de baja, sino que James es supuestamente la razón por la cual Doc Rivers acabó con los rumores de que quería convertirse en el próximo técnico de los Lakers. Por último: los Lakers deberían considerar canjear a James durante la temporada baja.

También hay interrogantes tales como: ¿A James le sigue importado el baloncesto? ¿De verdad estuvo fuera de acción en un partido contra los Warriors porque estaba en un estudio de grabación con 2 Chainz en la noche anterior? ¿Cómo es posible que termines barrido por los Knicks?

Y eso es apenas lo dicho por los medios de comunicación. Los aficionados a la NBA también están hablando.

“Digo esto con reservas/porque tengo dificultades/Como puedes ver/no me puedo ir/Es que te amo…” - “The Prelude”

Los mensajes de texto dentro de nuestro grupo seguían llegando y llegando. Una y otra vez. Somos cuatro amigos treintañeros afroamericanos de sexo masculino que vivimos en ciudades grandes y hemos estado debatiendo sobre deportes y la vida en general durante más de una década.

“Los playoffs quedan sin LeBron por primera vez en 14 años. Y por primera vez en siete u ocho años, siento interés por los playoffs”.

“Oh, sí… (LeBron) mató ese deporte para mí. Casi definitivamente”.

“…su paso a la Conferencia del Oeste y su eliminación de los playoffs muestran lo sobreestimado que es. Como si su récord de 3-6 en Finales no fuera suficiente”.

“Gran jugador individualista. Pero sobreestimado como ganador, muchísimo”.

“Un Wilt (Chamberlain) de la era moderna, hermano”.

Y como buen indicador:

“Su argumento a la fama ha sido el de llevar equipos con talento limitado hasta alcanzar grandes alturas. Entonces, ¿qué pasó en Los Ángeles? Todo lo que he escuché anoche por parte de Bron Bron después del partido ha sido excusas”.

“Mis oraciones fueron escuchadas… LeBron no formará parte de la postemporada y puedo ver con interés renovado”.

Mucho de lo anterior, por parte de aficionados y periodistas, ha sido guardado durante años. Sin embargo, James no es el único a culpar por esta temporada perdida de los Lakers. Poniendo todas las cartas sobre la mesa, sus 27.4 puntos, 8.5 rebotes, 8.1 asistencias y 51 por ciento de enceste en tiros de campo aún le confirman su estatus como arma de destrucción masiva a la ofensiva (si bien su promedio de 66 por ciento en los tiros libres se ubica muy por debajo de su promedio de por vida de 73.4 por ciento).

Y esta actuación ocurrió luego de sufrir una lesión inguinal que lo dejó fuera de acción durante 18 partidos, lo cual en definitiva acabó con su temporada. El fisioterapeuta de James expresó que esta lesión debió haberle costado su ausencia durante la mayoría de la temporada.

Luego de la victoria del domingo sobre los Sacramento Kings, la realidad de su eliminación de los playoffs exigía la opinión de James.

“Nunca me engañaría a mí mismo”, expresó James en un tono similar al de Yoda, luego de haber conseguido el triple-doble número 81 de su carrera (29 puntos, 11 rebotes y 11 asistencias) contra Sacramento. “Sé que estamos fuera de la carrera por los playoffs, pero si estoy en la cancha, jugaré como siempre juego y yo juego para ganar. Por ello, nunca engañaré a este deporte”.

Sin embargo, cuando se es el mejor jugador del mundo y tu equipo queda eliminado de los playoffs de forma dramática, no queda más que hacer mea culpa. “Obviamente”, expresó James la semana pasada, “cometí una tonelada de errores. No tuve la calidad a la cual estoy acostumbrado. Estuve jugando como la mi----“.

Hay incontables razones por las cuales James se enfrenta a semejante clase de críticas. Un hombre de extremos al extremo, sus altos son cúspides increíbles, al estilo de las Finales de la NBA en 2013 y 2016. Sus bajos son vergonzosamente bajos: las Finales de 2011 y la actual temporada.

La energía que ha rodeado a James desde el momento en el cual incursionó en el escenario nacional hace casi 20 años siempre ha sido algo salvaje. No hay manera de pensar que un fenómeno denominado como el heredero de Michael Jordan antes de su graduación en la secundaria consiguiera una cobertura comedida. Fue designado para redirigir este deporte y la cultura que la rodea cuando fue investigado por conducir una Hummer y dominar a jugadores profesionales como jugador de tercer año de secundaria.

A pesar de ello, cómo se atreven a mencionarlo al lado de Jordan, dicen algunos. Peor aún, ¿cómo se atreve de forma tan explícita a aspirar al título de “jugador más grande de todos los tiempos” por encima de Jordan? La verdad radica en que James es una anomalía del baloncesto que siempre ha retado el sentido común dentro de este deporte. Cuando gana, nunca es suficiente. Cuando pierde, siempre hay una comunidad que se alegra por sus caídas.

“No estoy hablando del 2-3 / en la zona como el chico dos-tres / Jordan o James, no hay diferencia alguna / todos jugamos igual…” - “Show Me What You Got”

En 2006, Jay-Z regresó al escenario del rap con su primer álbum en solitario desde el lanzamiento de The Black Album. Fue el momento más esperado en el mundo del espectáculo y la cultura, muy similar a lo visto con la llegada de James a Hollywood 12 años después. Su receso de tres años fue un largo periodo entre proyectos en solitario, y el álbum llegó a las tiendas dos días después del día de Acción de Gracias. Sin embargo, Kingdom Come se sintió como si dejaran en los calcetines un carbón. A pesar de ello, la confianza sin frenos de Jay-Z no sufrió, tal como lo mostró en “Trouble” y la mejor pista de ese álbum, “The Prelude”. Pero este álbum, similar a lo ocurrido con la campaña inaugural de James en Los Ángeles, fue objeto de críticas que lo denominaron como desarticulado y anticlimático, a pesar de haber vendido más de 1.5 millones de copias, debutado en el número 1 en la cartelera de álbumes pop de la revista Billboard y en retrospectiva, quizás no haya sido tan malo como lo dijo la crítica en aquél entonces.

Pocos días atrás, el 24 de marzo, James publicó en Instagram, después de una temporada desarticulada y anticlimática, un mensaje; quizás porque, en su mente, ya la siguiente temporada había comenzado. “¡Créanme!”, exclamó. “¡Prometo a la #NacionLaker que el hechizo no durará mucho tiempo! Lo juro. El maratón continúa”.

Entonces, ahora comienza la temporada 2019-20 de los Lakers. Tiene que ser así. Y si hay una última misión que cumplir para James, es revertir este relato actual tal como lo hizo después de las críticas sufridas a raíz de su tristemente célebre especial “La Decisión” de 2010. Si esta temporada fue su Kingdom Come, la próxima será el American Gangster de James, similar al álbum de Jay-Z que el mismo rapero denominó como “música para súper héroes negros” en su primer sencillo “Roc Boys” y que le hizo ganar elogios casi de forma unánime.

Si ello ocurre, quizás, solo quizás, todo el drama habrá valido la pena. Incluso cuando no tenía nada que demostrar, Jay-Z tenía algo que demostrar. Y LeBron James, independientemente si lo aman u odian, fue cortado por la misma tijera.