Edwin Vasell llegó a Venezuela de incógnito, dispuesto a cumplir un sueño: seguir los pasos de Adonis García, debutar en la Liga Venezolana de Beisbol Profesional y demostrar que, con el tiempo, él también puede llegar a las Grandes Ligas.
García hizo exactamente así. Un día de septiembre, hace seis años, se apareció en los entrenamientos de los Navegantes del Magallanes, sin experiencia en el campo rentado, y al cabo de un tiempo era una estrella en la LVBP.
Hoy es parte del roster activo de los Bravos de Atlanta en la MLB y brilla con el madero. El sábado llegó a 11 hits en cinco encuentros y sacó dos cuadrangulares, para llegar a 13 en 2016.
Vasell también apareció en el país suramericano sin hacer mucho ruido. Apenas ahora, semanas después de aquello, ha empezado a mostrarse delante de los buscadores de talento y los medios de comunicación.
''Llegó como llegan muchos cubanos'', dijo Félix Luzón, su agente. ''No podría decir cómo, sólo que apareció en Barinas y supimos por él a través de Argenis Salazar''.
Argenis Salazar es el nombre real de Ángel Salazar, su apodo como grandeliga. El ex campocorto trabaja desde hace un tiempo con 9 Stars Agency, la agencia de Luzón, y gracias a su aviso, otro cubano se probará en el circuito invernal, directo desde la isla.
Irá de una ínsula a otra. Luzón, que es representante certificado por la MLBPA, contactó a los Bravos de Margarita, el equipo de la bella isla ubicada en el oriente de Venezuela, y le consiguió una invitación a los entrenamientos de pretemporada, este mes.
No es el primero que prueba esa vía. Hace un año lo hizo Maikel Cáceres, otro antillano con grandes ilusiones y talento para jugar pelota.
Cáceres llegó a los neoespartanos con el mismo perfil discreto que tuvo García y que hoy acompaña a su compatriota. Se sumó a los aborígenes a mitad de campeonato y le fue bien. Muy bien. Bateó para .371/.426/.454 en 31 juegos, la mitad del calendario.
El camarero y outfielder está en planes para repetir con los margariteños, aunque problemas de visado le han impedido dar el siguiente paso: incorporarse al sistema de ligas menores de la MLB.
Vasell tampoco tiene contrato con el beisbol organizado, pero scouts de más de 20 organizaciones le dieron un vistazo días atrás, en Puerto Cabello, ciudad ubicada a unos 150 kilómetros de la capital Caracas.
Los Mellizos de Minnesota, los Nacionales de Washington y los Filis de Filadelfia se han mostrado interesados, señaló Luzón.
''Es cierto que no jugó mucho en los Elefantes de Cienfuegos, en la Serie Nacional, pero tiene poder legítimo'', aseguró el agente. ''Es un muchacho que con trabajo y buen trato puede conseguirlo''.
Luzón enfatiza en aquello del ''buen trato''. Sostiene que muchos peloteros antillanos llegan a países del Caribe en busca del sueño profesional y a menudo ''son tratados como mercancía''.
''Nosotros le dimos respeto'', agregó. ''Y ha estado preparándose con nosotros por más de un mes y medio''.
Vasell coincide y cree, aunque tenga 24 años de edad y un futuro incierto, que la LVBP podría ayudar a definir. Después de todo, García tenía 26 cuando se estrenó con el Magallanes.
''No estaba con las personas indicadas'', dice el jardinero e inicialista sobre su tiempo en la República Dominicana. ''Los entrenamientos no eran los mejores y prácticamente estaba solo''.
Perdió condiciones físicas. Cuenta que en un momento llegó a verse haciendo swing en la habitación de su hotel, como única forma de practicar.
Ahora la meta está más cerca. A mediados de septiembre empezará a prepararse con los Bravos de Margarita.
''Nunca he bajado la cabeza'', sostiene. ''He pasado por momentos difíciles. Abandoné mi hogar, a mi madre, y eso es fuerte. Pero nunca he perdido el enfoque de querer triunfar''.
García es un buen ejemplo a emular, y se lo recuerda a sus compatriotas con cada tablazo que suena con los otros Bravos, en la MLB.