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Comienza el pasatiempo nacional de Venezuela: el béisbol invernal

Félix Hernández tiene planes de lanzar en el invierno con los Navegantes del Magallanes a modo de preparación para el Clásico Mundial de 2017. Jonathan Daniel/Getty Images

El beisbol invernal venezolano inicia esta semana su temporada más difícil, a 70 años de su creación y cuando más peloteros representan a este país en las Grandes Ligas.

Los Tigres de Aragua buscan la repetida, los Navegantes del Magallanes esperan meterse en la final por quinta campaña consecutiva y los otros seis equipos anhelan ser ellos los protagonistas de un torneo que de nuevo concita la atención del gran público, en el único país de América del Sur donde los diamantes meten a más gente en las tribunas que los rectángulos del fútbol profesional.

Cinco canales con cobertura nacional y una estación internacional han preparado una grilla de transmisiones que incluye prácticamente todos los encuentros de la zafra.

Decenas de estrellas, encabezadas por Félix Hernández, han prometido participar, acicateados por la cercanía del Clásico Mundial, que se llevará a cabo en marzo.

Una empresa de comunicaciones permitirá ver cada compromiso en cualquier parte del mundo, desde los cuatro choques inaugurales, este jueves, hasta la final, que se disputará los últimos días de enero.

La LVBP vive un auge organizativo, justo cuando 104 peloteros venezolanos han impuesto un récord de participación en un torneo de la MLB. Pero la crisis económica, social y política que afecta a Venezuela plantea desafíos y promete dificultades.

Algunos ejecutivos hablan de una justa "de supervivencia", esperando sortear la turbulencia y retomar la normalidad en la 2017-2018.

La asistencia a los estadios cayó en la temporada pasada, por primera vez en más de una década. Siete de las ocho divisas reportaron una merma en la venta de su boletería, debido a una inflación oficial que se acerca al 200 por ciento, la mayor del planeta, y que según el Fondo Monetario Internacional ronda el 800 por ciento.

La inseguridad personal, un problema desde hace lustros en la nación suramericana, ha llegado a extremos alarmantes.

El autobús de Trujillanos FC, equipo de la Primera División del fútbol local, fue asaltado en la ruta entre Puerto La Cruz y Caracas por una banda de delincuentes con armas de alta potencia, de acuerdo con reportes de prensa. Los jugadores fueron despojados de celulares, computadoras, zapatos, uniformes y balones, y cundió la alarma nacional.

El Ministerio de Interiores, Justicia y Paz ha prometido escoltas militares con fuerte armamento para los desplazamientos de los clubes. Promete también crear anillos de seguridad alrededor de los estadios.

Las noticias han llegado al norte. El beisbol organizado decidió no enviar umpires de Doble A y Triple A esta vez a la LVBP, como sí venía ocurriendo en repetidas campañas. Una versión no oficial asegura que los elencos de MLB han advertido a sus peloteros sobre los riesgos a que pueden exponerse, y varios jugadores ya contratados decidieron retractarse en los últimos días alegando temor, supuestamente, entre ellos Ryan Carpenter, Patrick Johnson y Michael Brady.

Los clubes han respondido con entusiasmo, aunque todavía esperan la autorización del Gobierno Nacional para poder comprar los dólares que permitan pagar a los importados en un país regido por un estricto control cambiario, donde escasean las medicinas, alimentos y objetos de aseo personal, y donde hacer mercado puede requerir de varias horas en una fila.

Casi un centenar de refuerzos extranjeros han sido firmados, con abundancia de peloteros procedentes de ligas independientes y 40 por ciento de hispanos: brasileros, colombianos, nicaragüenses, panameños y dominicanos.

Umpires de circuitos independientes, incluyendo a varios puertorriqueños, han sido contactados para completar el staff de venezolanos. Las novenas anuncian promociones para llevar gente a las tribunas y la televisión promete llevar el pasatiempo nacional a todos los hogares, todos los días y prácticamente todos los juegos.

Incluso ya varios bigleaguers se reportaron. El campocorto Juniel Querecuto (Rays de Tampa Bay), los pitchers Elvis Araujo (Filis de Filadelfia), Wilfredo Boscán (Piratas de Pittsburgh) y Franklin Morales (Azulejos de Toronto), el utility José Pirela (Padres de San Diego) y el jardinero Ramón Flores (Cerveceros de Milwaukee) se incorporaron a las prácticas previas al Día Inaugural.

En ese ambiente empieza este nuevo torneo la septuagenaria LVBP. Con Aragua y Magallanes como favoritos iniciales. Con los Leones del Caracas, Caribes de Anzoátegui, Tiburones de La Guaira y Cardenales de Lara en capacidad de desbancar a los últimos finalistas. Con las Águilas de Zulia y los Bravos de Margarita mucho mejor reforzados que el año pasado.

Incluso los dos venezolanos que han dirigido en las mayores coincidirán por primera vez en el circuito invernal. Al consuetudinario Alfredo Pedrique, piloto de los melenudos, se suma ahora Oswaldo Guillén, manager de los escualos y técnico debutante en su tierra.

Todo sería perfecto si el país no atravesara por una crisis tan severa. Pero para millones de venezolanos será un bálsamo, un oasis de risas, gritos, rezos y dientes apretados que durará cuatro meses en total, hasta que la Serie del Caribe llegue a su final.