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¿Hay alguna esperanza para los sotaneros del béisbol?

Los Bravos se mudan a un nuevo estadio. Los Mellizos han renovado su cuadro directivo. Pero para los A's, Rays, Rojos y Padres, las cosas no pintan bien. ¿Por cuánto tiempo seguirán siendo el hazmerreir del béisbol? Illustración por Elias Stein

Algunas veces en el béisbol, se necesita mirar hacia abajo, no hacia arriba. Necesitamos mirar al sur, no al norte. Necesitamos mover nuestra mirada y alejarla de los sospechosos usuales - los Cacjhorros de Chicago, los Medias Rojas de Boston, los Dodgers de Los Angeles, los Yankees de Nueva York, los ... ah, ustedes saben a quién me refiero.

Así que, hoy vamos a mirar al sótano.

Nosotros sabemos que hay esperanza para los equipos que terminaron en primer lugar. Pero ¿habrá esperanza para los equipos que terminaron en último lugar?

Pasamos toda la semana pasada haciéndole esa pregunta a mucha gente en el beísbol, especialmente a la luz del nuevo pacto laboral en el deporte. Tomamos excepción con los Bravos de Atlanta, un equipo que se mueve a un nuevo estadio. También tomamos excepción con los Mellizos de Minnesota, una franquicia que acaba de instalar lo que es esencialmente un grupo nuevo en el tope de su departamento de operaciones deportivas.

Pero nos quedan cuatro equipos sotaneros fascinantes con muchas preguntas acerca de a dónde van, cómo llegarán ahí, y cómo el nuevo pacto laboral les afectará (o no). Esos equipos son los Atléticos de Oakland, Padres de San Diego, Rays de Tampa Bay y Rojos de Cincinnati. Han escuchado de ellos, ¿cierto?

Así que vamos a amarrarlos a nuestra silla caliente y les vamos a colocar nuestro nuevo aparato - El Medidor de Esperanza. ¿Tienen esperanza en el terreno? ¿Tienen esperanza fuera del terreno? Es hora de responder esas preguntas, en orden de impacto a la franquicia, para los cuatro equipos.

Atléticos de Oakland

Medidor de Esperanza fuera del terreno: 3 (de 10)

Nos imaginamos que no han podido leer las letras pequeñas en el nuevo pacto laboral. Así que deben saber que hay algo sorprendente en el mismo: Los Atléticos tenían un gran blanco pintado encima de su decrépito estadio.

Desde hace varios años, ellos han estado sobreviviendo gracias a los enormes cheques de repartición de ganancias, a pesar de que juegan en el sexto mayor mercado de TV en EEUU. Pero no por mucho tiempo.

Es algo increíblemente raro en un acuerdo laboral que se singularice a un equipo. Pero ha ocurrido en este. Los Atléticos perderán el 25 por ciento de su dinero de repartición de ganancias el año que viene, y el 50 por ciento en el 2018, 75 por ciento en el 2019 y todo el dinero luego de eso.

¿Por qué? Porque todo el mundo en el béisbol claramente pensó que ya era hora de enviarles un mensaje: Construyan. Ese. Estadio. De Una Vez. ¡O si no..!

Demasiada gente en el deporte ve obviamente a los Atléticos como un equipo que no siente ninguna presión para salirse de su actual rutina. Así que ahora pueden ocurrir dos cosas: (1) Logran un acuerdo para construir un estadio en alguna parte en Oakland, con el Jack London Square o el área del Coliseum como los sitios más probables; o (2) ellos venden el equipo - y alguien más se hace cargo de ese lío.

Pero sin importar cuál de estas dos cosas termine ocurriendo, esta es una franquicia con muy pocas esperanzas de generar muchos ingresos a corto plazo. Y eso no es bueno.

Medidor de Esperanza dentro del terreno: 3

Digamos que el perder nunca ha sido el asunto favorito de Billy Beane. Así que los Atléticos nunca han participado en un desfile por Tanking Trail. Ellos siempre han intentado encontrar alguna forma de competir. Y hay hasta un libro y una película con más detalles de eso, si es que les interesa el tema.

Pero el vicepresidente ejecutivo Beane y el gerente David Forst se encuentran ahora a sí mismos en un lugar poco conocido para ellos. Desde que perdieron el juego de comodines de la temporada 2014, los Atléticos han jugado para 51 juegos por debajo de los .500. Ellos vienen de terminar en el sótano en temporadas consecutivas por primera vez desde 1997-98. Y Keith Law cataloga su sistema como tan débil que podrían estar a tres o cuatro años de volver a rellenarse de talento.

Ellos han tenido poca suerte en intentar vender alto en este invierno con jugadores tales como Sonny Gray, Ryan Madson o Sean Doolittle. Ellos gastaron demasiado en sus firmas internacionales, así que estarán fuera de ese mercado en los siguientes dos años. Y ahora es que viene la noticia realmente mala: De repente, ellos están a riesgo de quedarse sin dinero, a medida que vayan desapareciendo esos pagos de repartición de ganancias.

Así que ¿dónde los deja esto? En aguas revueltas, ahí se encuentran. Hasta que logren resolver su pesadilla de su estadio, ellos aparentar estar más interesados en gastar los dólares que tienen en cazatalentos y desarrollo de jugadores que en su roster de Grandes Ligas. Y esta temporada completa está comenzando a parecer como un gigantesco concurso de A Donde Cambiamos a Sonny Gray.

Padres de San Diego

Medidor de Esperanza dentro del terreno: 2

Siempre hemos estado reacio a utilizar esa frase mágica, "perder a propósito", para describir una franquicia. Pero personal de otros equipos - sin mencionar casi todos los agentes en el planeta - parecen no compartir nada de esa vacilación cuando hablan de la versión actual de los Padres.

"Ellos son los reyes de perder a propósito", dijo un ejecutivo. "Ellos obtienen millones de dólares en repartición de ganancias. Y no gastan ni un centavo de eso en jugadores".

Bueno, eso no es exactamente cierto. Ellos van a gastar $28 millones el año que viene en pagarle a jugadores que solían jugar para ellos. Pero eso representa $2 millones más que su nómina proyectada en jugadores que estarán con ellos en 2017, de acuerdo a baseball-reference.com. Nosotros contamos 15 jugadores en el béisbol que promedian más dólares que eso por año en sus actuales contratos -- por sí solos.

Además está esto: Quizás hay 12 personas en todo Estados Unidos que te puedan decir la rotación de abridores de los Padres si la temporada comenzara hoy. Eso es debido a que los cinco nombres que probablemente conformen ese listado serían Luis Perdomo, Christian Friedrich, Jarred Cosart, César Vargas y el recién firmado Jhoulys Chacin. OK, así que es probable que ellos logren firmar a un abridor barato en la agencia libre para tener uno o dos nombres adicionales ahí. Pero es seguro afirmar que esa rotación no se va a confundir con la de, digamos, los Mets de Nueva York.

Así que ¿qué constituye el "perder a propósito?" Le ofrecimos la oportunidad al gerente de los Padres de disputar dicha etiqueta. Y la aprovechó.

Él describió a sus jugadores de posición como "jóvenes", "cargado de prospectos" y "chicos con la habilidad de ser ligamayoristas de impacto". Así que su equipo hizo la decisión consciente, dijo, de "darle a estos chicos una oportunidad" de jugar en las Grandes Ligas "en lugar de llenar nuestra lista de jugadores con jugadores de relleno". Además prometió que a medida que estos jugadores se desarrollen como un grupo que esté cerca de ganar, los dueños están comprometidos en gastar dinero para "añadir jugadores de afuera de la organización que puedan ayudarnos a dar el paso adelante".

Además en su defensa, los Padres han gastado más de $70 millones este año en jugadores aficionados y un grupo de agentes libres internacionales bien cotizados. Y Keith Law cataloga su sistema como uno de los mejores en el béisbol. Así que si nos vuelven a preguntar en tres años, ellos tendrán una anotación completamente diferente en el Medidor de Esperanza.

Pero en el interín, a menos que ellos dejen de lado los planes para cobrar por la entrada para cada partido en 2017, este es un equipo que será "casi vergonzoso", dijo un ejecutivo veterano. Apenas dos años de haberse embarcado en un festival de gastos para ganar, hicieron un viraje en U en la dirección contraria - para lanzar una persecución aburrida de conseguir el turno No. 1 en el sorteo del 2018.

Medidor de Esperanza fuera del terreno: 6

Vamos a darle las buenas noticias primero. Los Padres juegan en uno de los estadios más hermosos del país, y en una de las ciudades más idílicas. Además tienen uno de los mejores contratos de TV en el béisbol. Y ninguno de esos desarrollos les detendrá de seguir obteniendo sus enormes cheques por repartición de ganancias. Es una combinación extraña - especialmente para un equipo que está alineado para una nómina minúscula.

Pero este es además un equipo que recientemente despidió a su presidente y CEO, Mike Dee. Y es un equipo que vio a su gerente ser suspendido por 30 días por fallar en revelar información médica requerida antes de hacer un cambio en julio que envió al lanzador Drew Pomeranz a Boston.

Y ahora los Padres se encuentran a sí mismos tratando de quitarse de encima las acusaciones de querer perder a propósito, aunque el nuevo pacto laboral no incluye medidas que harían ilegal el perder a propósito o una nómina de $26 millones.

Lo que sí hace este acuerdo es desalentar levemente el perder a propósito "por los bordes", según dijo un oficial familiarizado con ello. ¿Cómo es esto? Por un lado, al hacer más difícil para los peores equipos el acumular más dinero de bonos para manipular el draft. Por ejemplo, solía haber una brecha de casi $5 millones entre los bonos para las selecciones No. 1 y No. 5. Pero el año que viene, esa diferencia será de menos de $2 millones.

Así que por un lado, hay menos incentivo monetario para perder mucho, contrario a solo perder. Pero por otro, dijo un ejecutivo, "comoquiera recibirás el turno. Y si miras la historia del draft, la diferencia entre [el talento del] seleccionado No. 1 versus el quinto seleccionado es significativa. Y la única forma de obtener ese turno No. 1 es perder. Mucho".

En el pasado año, hemos escuchado todo tipo de ideas para desalentar el perder a propósito, desde loterías del sorteo a suavizar los mínimos en las nóminas a reglas que le quitaría el dinero de la repartición de ganancias a los equipos que fallen en generar ingresos por cuenta propia. Este acuerdo no incluye nada de eso. Así que los Padres estarán en su derecho de tener un equipo de Grandes Ligas con nómina baja en 2017 que posiblemente no pueda ganar. Pero eso no significa que vaya a estar inmune al furor por esa estrategia en el resto de la industria.

Rays de Tampa Bay

Medidor de Esperanza fuera del terreno: 4

La franquicia de los Rays sigue siendo manejada por un grupo de personas realmente astutas. Así que eso siempre vence a la alternativa. Pero miren al resto de la división. Miren a sus rivales. Esto no es David versus Goliat. Esto es David versus Cuatro Goliats.

¿"Cómo", preguntó de forma simpática un hombre de béisbol, "puedes seguir pidiendole a un grupo de personas excepcionalmente brillante y creativa que sigan hurgando en sus bolsillos a ver si encuentran un par de monedas adicionales?"

Nada que esté en el nuevo acuerdo laboral evitará que los Rays sigan siendo uno de los mayores recipients de dinero de repartición de ganancias en el béisbol. Y aun así, su dueño Stu Sternberg fue el único dueño en el deporte en votar contra este acuerdo. Lo que nos dice que él siente que el resto de este acuerdo no hace no suficiente para darle a su equipo la habilidad de competir contra sus vecinos gigantescos.

Así que por todo lo que los Rays hacen bien, casi el 100 por ciento de su esperanza a largo plazo está atado a una pregunta. ¿Alguna vez tendrán un nuevo estadio? Por favor deténgannos si han escuchado esto antes.

Externamente, los Rays siguen proyectando optimism de que se mueven en esa dirección - y que ellos puedan unir ese estadio, en los próximos años, a un nuevo acuerdo de TV que le cambie la cara a su franquicia.

Pero no todo el mundo en el béisbol comparte ese optimismo. Así que ¿podrá este equipo tener mejores épocas en Tampa - o en un nuevo estadio en el hermoso centro de Montreal? La respuesta a esa pregunta la tendremos en alguno de estos años. Pero por ahora, el Medidor de Esperanza no puede asumir nada.

Medidor de Esperanza dentro del terreno: 7

Démosle algo de crédito a este equipo. Podrían hacer exactamente lo que los Padres están haciendo. Pero los Rays no están intentando salir de Evan Longoria. Es altamente improbable que cambien a Chris Archer. Y acaban de firmar a Wilson Ramos con un acuerdo de dos años.

Así que al menos ellos están intentando competir. Es muy probable que cambien a Alex Cobb o a Drew Smyly en las próximas semanas, o incluso ambos. Pero ellos todavía tienen mucho pitcheo abridor de calidad, un cuadro interior con el potencial de generar ofensiva en las cuatro posiciones y los mejores jardineros defensivos en el béisbol (Kevin Kiermaier) acumula muchas joyas defensivas en el jardín central. Además se han visto vinculados en rumores en días recientes al toletero agente libre José Bautista, quien vive al otro lado de la calzada en Tampa.

Pero su problema ahora es su problema cada año. ¿Cuánta profundidad puede amasar un equipo con una nómina de $70 millones (o menos)? Um, no tanta como la de los otros cuatro equipos contra quienes compiten. Esa es su realidad.

¿Y por cuánto tiempo podrán mantener unido este grupo? Ustedes saben la respuesta a esa pregunta. A menos que ellos vendan a un par de veteranos adicionales, ya sea en la fecha límite de cambios o en el siguiente invierno, ellos tendrían una nómina de $100 millones para la temporada. Y eso no va a ocurrir.

Cuando Keith Law le echó una mirada a su sistema, vio más profundidad que estrellas. Así que mientras los Rays estén jugando béisbol dentro del Tropicana Field, frente a la menor cantidad de fanáticos pagando en Norteamérica, se quedarán atrapados en la misma caja que los ha mantenido cautivos por años. Y eso significa que es mejor que sigan hurgando para conseguir esas monedas adicionales.

Rojos de Cincinnati

Medidor de Esperanza dentro del terreno: 4

No fue hace tanto tiempo que los Rojos eran considerados como un equipo perennemente contendiente. ¿Lo recuerdan? Del 2010 al 2013, ellos llegaron a la postemporada tres veces en cuatro años, y solo equipos en todo el béisbol ganaron más partidos que ellos. Lo pueden buscar.

Pero todo se ha desvanecido rápidamente, con temporadas consecutivas de 98 y 94 derrotas, respectivamente. Y ahora se encuentran en un cenagal sin salida. No están ni cerca de ser contendientes. Pero han tenido más problemas para apretar el botón del reinicio que la mayoría de los equipos.

Así que cuatro jugadores -- Joey Votto, Homer Bailey, Brandon Phillips y Devin Mesoraco -- acaparan cerca de $62 millones de lo que proyecta como una nómina de cerca de $90 millones. Y no pueden salir de ninguno de ellos.

Votto no va a ceder su cláusula de no cambio. A Bailey se le deben $68 millones en los siguientes tres años y viene de una cirugía Tommy John. Phillips no ha generado ningún interés. Y Mesoraco ha podido recibir apenas 18 partidos en dos años debido a problemas en el hombro y la cadera.

Mientras tanto, cuando los Rojos decidieron vender, lo que les pudo salir mal, les salió mal. Los problemas de violencia doméstica de Aroldis Chapman destruyeron su valor de cambio. Los cambios que habrían enviado lejos a Phillips y Zack Cozart se cayeron. Y han pasado dos años recibiendo ofertas decepcionantes por Jay Bruce. Así que solo el cambio que envió a Johnny Cueto a los Reales les trajo el tipo de recompensa que un equipo como este podría utilizar para reconstruirse.

"Probablemente debieron haberlo hecho antes, cambiar a todos sus activos valiosos cuando tuvieron la oportunidad", dijo un ejecutivo rival. "En cambio, lo hicieron a mitad. Y cuando haces eso... te puede tomar de seis a nueve años para volver a ser contendiente".

Los Rojos entraron a la temporada pasada con seis prospectos en la lista de los 100 mejores de Baseball America, y complementaron eso con un sorteo excelente. Pero si hay algún experto por ahí que los vea peleando antes de la temporada 2019, no lo hemos encontrado.

Medidor de Esperanza fuera del terreno: 6

Saben, puede ser peor. Por lo menos los Rojos juegan en una ciudad que ama el béisbol. Tienen un excelente acuerdo de TV, considerando que juegan en el mercado de TV más pequeño en el béisbol. Su base de fanáticos es apasionada. Y un buen estadio. Y un dueño que quiere ganar. Y los cheques de repartición de ganancias no se van a detener en el futuro cercano.

Así que esta es una franquicia que no tiene que pelear ninguna de las batallas que los Rays y los Atléticos han tenido que sobrevivir. Solo que han tomado una serie de decisiones que les gustaría revertir. ¿Diez años y $225 millones por Votto? ¿Seis años y $105 millones por Bailey? ¿Seis años y $72.5 millones por Phillips? A los Rojos les gustaría volver atrás en el tiempo para revertir todo eso.

"La gran diferencia entre mercados grandes y pequeños es la habilidad para recuperarse de los errores cometidos", dijo un oficial de béisbol. "Cincinnati es uno de esos mercados que no se puede dar el lujo de cometer esos errores. Pero los cometieron. Y ahora están pagando por ellos".