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Fernando Rodney sigue lanzando flechas al cielo

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Tomás: "Lo importante es producir y que el equipo siga adelante" (2:03)

El jardinero de los Diamondbacks, Yasmany Tomás, comenta su experiencia y su evolución en los dos meses que lleva de temporada la MLB. (2:03)

El bateador hace swing y se poncha para el tercer out del noveno inning y el cerrador dominicano Fernando Rodney celebra el salvamento con su ya famoso lanzamiento de una flecha imaginaria hacia el cielo.

Rodney es un sobreviviente del béisbol. Con 40 años, ahora se dedica a asegurar los triunfos de los Arizona Diamondbacks, el octavo uniforme que viste en 15 temporadas en Grandes Ligas.

El derecho quisqueyano, quien con su gorra ladeada parece más un reguetonero, que un jugador de béisbol, tiene la capacidad de reinventarse cada vez que su carrera parece acercarse al final.

Con una recta que todavía le camina a más de 95 millas por hora y un cambio de bola devastador, Rodney tuvo un mes de abril para el olvido, con efectividad de 12.60 y parecía que ya no tenía nada que hacer en un montículo.

Pero en mayo resurgió como el Ave Fénix y lanzó para 0.00, al no permitir carreras limpias en diez salidas y se colocó, con 14 rescates, como el segundo mejor de la Liga Nacional, sólo superado por Greg Holland, de los Colorado Rockies.

"Al principio de la temporada no podía controlar la localización de la recta. Me caía bien una sí y otra no. Uno trata de hacer su trabajo lo mejor posible, pero a veces las cosas no salen", dijo Rodney a ESPNDeportes Digital, al explicar las razones de su mal comienzo de temporada.

"El ajuste que hice fue seguir trabajando para mejorar el control, la localización de los pitcheos, tratar de mantener mi bola bajita y eso lo estoy logrando ahora", añadió el serpentinero de Arizona, quien anteriormente integró los Detroit Tigers, Tampa Bay Rays, Los Angeles Angels, Seattle Mariners, Chicago Cubs, San Diego Padres y Miami Marlins.

Precisamente ante los Marlins consiguió su decimocuarto salvamento del año, al retirar de 1-2-3, con par de ponches, como si quisiera enviar un mensaje a la gerencia del equipo que lo dejó libre después de la pasada campaña.

"Este deporte da muchas vueltas. A veces tú sales de un equipo y tienes que volver luego al mismo lugar a enfrentarlo. Entonces uno tiene que aprovechar esa oportunidad para demostrar que todavía tiene en la bola", opinó el derecho, nativo de la localidad de Samaná, en la República Dominicana.

"Los seres humanos tomamos las decisiones que nos parecen las más correctas. Ellos (los Marlins) consideraron que habían tomado la decisión que más les convenía a ellos. Pero yo mantuve mi cabeza en alto, seguí jugando mi pelota y aquí estoy, demostrándoles que yo todavía puedo seguir cerrando juegos".

Miami se deshizo de Rodney en el invierno, tras adquirirlo a mediados de la pasada campaña, procedente de los Padres.

El caso es que en San Diego tuvo 17 salvamentos y efectividad de 0.31 en la primera mitad de la temporada del 2016 y cuando llegó a Miami se desinfló, al trabajar para 5.89 y desperdiciar varias oportunidades de rescates, al punto de perder el puesto de cerrador que le asignaron al llegar a la Capital del Sol.

"Siempre es bonito volver y hacer el trabajo. Es algo que ellos pueden verlo y yo disfrutarlo".

¿Hasta cuándo seguirá Fernando Rodney lanzando flechas al cielo?

"Hasta que Dios quiera. Yo me siento bien y si la salud me acompaña, pues será cuando Dios quiera que ya no pueda jugar más. Él me dio la oportunidad de hacer lo que me gusta. Yo lo disfruto y lo gozo, aunque me vean tranquilo por ahí, pero yo llevo mi juego y mi fiesta por dentro", concluyó el veteranísimo "Plátano Power".