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Sorpresas y decepciones de la primera mitad: Liga Nacional

Todavía no se han acallado los ecos del Derby de Cuadrangulares y el Juego de las Estrellas disputado en Miami y ya comienzan los equipos a prepararse para iniciar este viernes la segunda y decisiva mitad de la temporada.

Aprovechamos la pausa para repasar lo que nos dejó la primera parte de la campaña en materia de sorpresas y decepciones, tanto de equipos, como individuales.

En esta segunda parte analizamos la Liga Nacional.

Equipos sorprendentes: Cerveceros, Diamondbacks y Rockies

Se suponía que los Cachorros, campeones defensores de la Serie Mundial, dominarían de punta a cabo la división central de la Liga Nacional.

Si acaso, serían los Cardenales de San Luis y los Piratas de Pittsburgh los que les plantarían competencia a Chicago.

Pero pocos imaginaron que a esta altura, serían los Cerveceros de Milwaukee (50-41) los que estarían al frente del grupo y con una estabilidad en su juego que puede llevarlos hasta la postemporada.

Los Cerveceros, bajo el mando de Craig Counsell, han sido la mejor imagen de un equipo, sin grandes nombres, pero con peloteros comprometidos a hacer cada cual su trabajo.

Los Diamondbacks de Arizona y los Rockies de Colorado terminaron con récord negativo la pasada campaña, pero hoy serían los dueños de los comodines, de terminar la temporada ahora.
Arizona (53-36) ha contado con una de las duplas ofensivas más demoledoras de todo el béisbol, formada por Paul Goldschmidt y Jake Lamb, aunque se le echa de menos al cubano
Yasmany Tomás, autor de 31 bambinazos en el 2016, que se ha pasado gran parte del año lesionado.

Por su parte, los Rockies (52-39), por su parte, han basado su éxito en los brazos jóvenes de Kyle Freeland y los venezolanos Antonio Senzatela y German Marquez, pero sobre todo, en el hermetismo de su cerrador Greg Holland, firmado como agente libre durante el invierno.

Con 28 salvados en 29 oportunidades, Holland lidera ambas ligas en rescates, tras perderse todo el 2016 por una operación Tommy John.

Su contratación le cambió la cara al cuerpo de relevistas del equipo, que en la pasada campaña desperdició 28 oportunidades de salvamentos.

Equipos decepciones: Cachorros, Mets y Gigantes

¿Son estos Cachorros de Chicago (43-45) los mismos que hace un año ganaron más de 100 juegos y se coronaron campeones en la Serie Mundial?

Jake Arrieta, Jon Lester, Kyle Hendricks y John Lackey trabajan todos para efectividad superior a las cuatro carreras y Kris Bryant está lejos de ser el mismo que ganó el premio de Jugador Más Valioso de la Liga Nacional.

Joe Maddon dirige de manera errática, disparatada, en contra de toda la lógica del béisbol. Una vez le pudo salir bien, pero ¿dos veces? Difícil.

¿Será que los fanáticos deberán esperar otros 108 años para celebrar un título?

Decepcionantes han sido igualmente los Mets de Nueva York, que en el papel contaban con la mejor rotación abridora de ambos circuitos.

Pero solamente Jacob deGrom ha escapado de la epidemia de lesiones, que además de los abridores, ha afectado a su cerrador dominicano Jeurys Familia y a su principal estrella ofensiva, el cubano Yoenis Cespedes.

Y lo de los Gigantes de San Francisco (34-56) ha sido sencillamente desastroso.

La lesión de su astro Madison Bumgarner en un accidente de motocicleta fue apenas la punta del iceberg de lo que vendría detrás.

Tanto abridores, como relevistas, presentan un estado lastimoso, incluido el cerrador Mark Melancon, con su flamante contrato de 62 millones por cuatro temporadas, quien ya tiene tantos salvamentos desperdiciados (4) que todos los del año pasado y su efectividad anda por las nubes (4.35).

Parece, como dijo el propio manager de los Gigantes, Bruce Bochy, que el equipo se olvidó de cómo ganar juegos.

Jugadores sorpresas: Ryan Zimmerman y Alex Wood

Ryan Zimmerman fue un buen jugador de pelota en los primeros nueve años de su carrera, entre el 2005 y el 2013, pero entonces empezó un declive que parecía indetenible.

Zimmerman, quien ha jugado toda su carrera con los Washington Nationals, ha reverdecido laureles al punto de llegar a ocupar en cierto momento de la campaña los liderazgos que conforman la Triple Corona.

Sus 19 jonrones y 63 impulsadas le dan una proyección para terminar la campaña con 35 y 116, además de average de .330, cifras que nunca alcanzó ni en sus mejores años.

Y el zurdo Alex Wood (10-0, 1.67) ha sido una revelación con Los Angeles Dodgers, a la sombra del sensacional Clayton Kershaw.

Llegó a los Dodgers a mitad de la campaña del 2015, procedente de los Bravos de Atlanta y sumando esa media temporada y la del 2016, ostentaba balance de 6-10 con el uniforme azul.

La actuación registrada en el 2017 le valió su primera invitación al Juego de las Estrellas.

Jugadores decepcionantes: Kyle Schwarber y Jeff Samardzija

Una estela casi mítica envolvía el año pasado a Kyle Schwarber, quien con apenas cuatro turnos al bate en la campaña regular del 2016, fue incluido en la postemporada y llegó a ser comparado incluso, con el mismísimo Babe Ruth.

Pero la nube mitológica se desvaneció y Schwarber ha resultado ser uno de los peores bateadores de todas las Grandes Ligas, tan malo que fue enviado de vuelta a las Menores para tratar de corregir el enorme hueco en su swing, pero ya fue llamado de regreso a las Mayores y el hoyo sigue ahí.

Desde los orígenes del béisbol, un hombre que promedie por debajo de la Línea de Mendoza (menos de .200) y se ponche una de cada tres veces es malo, malísimo, casi un out por regla, aunque tenga fuerza ocasional para sacar alguna que otra pelota del terreno. Ese es Kyle Schwarber.

Y Jeff Samardzija es la cara más visible de todo el desastre que ha sido el cuerpo de lanzadores de San Francisco.

Encabeza la Liga Nacional en derrotas (10), trabaja para 4.58 y no fue hasta el 14 de mayo que pudo aportarle al equipo la primera de sus cuatro victorias hasta ahora.

Ha permitido 18 cuadrangulares en igual cantidad de aperturas y los bateadores rivales promedian en su contra para .265.

Esas son cifras inaceptables para un lanzador por el cual los Gigantes pagan un salario de 19.8 millones de dólares anuales.