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Kenny Lofton fue tan productivo como Tim Raines. ¿Dónde están sus defensores?

Las credenciales para incluir en el Salón de la Fama de Kenny Lofton podrían ser debatibles. Pero definitivamente merecía estar en la boleta electoral más de un año. Photo by Gregory Shamus/Getty Images

Después de una larga espera, Tim Raines será, oficialmente, miembro del Salón de la Fama. Quien fuera por muchos años jardinero de los Expos de Montreal fue exaltado al templo de los inmortales el invierno pasado en su décimo (y último) año en la lista de boletas de votación, luego de años de esfuerzos por parte de miembros de los medios de comunicación y analistas que hicieron énfasis en las estadísticas avanzadas de Raines, en vez de sus números tradicionales. La inducción de Raines este domingo ha sido considerada como monumental logro de los esfuerzos de llevar a Cooperstown a peloteros con logros medibles a través de la sabermétrica.

Es una lástima, sin embargo, que hay tantos candidatos igualmente calificados e ignorados, algunos de ellos con sólo un año de oportunidad en la boleta. Por ejemplo, está el caso del excenter fielder de los Indios de Cleveland Kenny Lofton, un jugador con hoja de vida comparable a la de Raines. De las 569 tarjetas de votación enviadas al Salón de la Fama en 2013, solo 18 (3.2 por ciento) tenían el nombre de Lofton, provocando que saliera para siempre de la consideración por parte de la Asociación de Escritores de Béisbol de los Estados Unidos (BBWAA, por sus siglas en inglés, encargada de la votación para el Salón de la Fama). (Los jugadores que han sido mencionados en al menos 75 por ciento de las tarjetas son elegidos, los que aparecen en menos del 5 por ciento quedan fuera de consideración).

De acuerdo a JAWS, sistema que mide la pertinencia de un jugador para estar en el Hall de la Fama de acuerdo a la estadística de triunfos con respecto al reemplazo (conocida por sus siglas en inglés WAR), Lofton es el octavo mejor center fielder elegible para el Salón de la Fama en la historia del béisbol moderno, quedando ligeramente por detrás del ya miembro del Hall Duke Snider y por pequeña diferencia de otro par de miembros, Andre Dawson y Richie Ashburn. Una regresión que hice utilizando la fórmula JAWS concluyó que un jugador del calibre de Lofton debería estar en el Salón de la Fama en 72 por ciento de las ocasiones. Por el contrario, quedó fuera de la votación después de solamente una aparición, lo que representa un destino absurdo para uno de los peloteros más electrizantes de la historia del béisbol.

Y Lofton ni siquiera es el ignorado después de una sola oportunidad para entrar al Salón de la Fama desde 1979, cuando esta política de sacar de consideración a los peloteros con menos de 5 por ciento de los votos fue implementada. Se puede hacer un equipo de Estrellas completo, con jugadores cuyos números son dignos de Cooperstown y sin embargo fueron execrados de la boleta tras una sola ocasión.

Tenemos a Bobby Grich, quien fuera por muchos años defensor de la segunda base de los Angelinos de California, cuyos números de JAWS nos sugieren una probabilidad de 89 por ciento de ser exaltado. No obstante, Grich, por algún motivo, recibió apenas 11 votos (2.6 por ciento) en 1992. Y también está el recientemente retirado jardinero central Jim Edmonds (64 por ciento), cuya carrera fue prácticamente tan buena como la de Ashburn si nos dejamos llevar por la métrica JAWS, a pesar de lo que pensaron todos los votantes menos un gran total de 11 en 2016. Incluso los miembros menos probables del equipo "Una vez y fuera" son casos que rayan los límites, como el receptor Ted Simmons (53 por ciento), el lanzador Rick Reuschel (52 por ciento) y el outfielder Jimmy Wynn (45 por ciento).

Al igual que Raines y Lofton, estos jugadores fueron subestimados porque no cumplían con los considerados estándares de estadísticas tradicionales a fin de entrar a Cooperstown. Reuschel no ganó 300 partidos. Edmonds no conectó 500 cuadrangulares. A pesar de esto, a través de la óptica sabermétrica, la candidatura de cada uno de ellos para el Hall de la Fama ha cobrado mayor credibilidad, aunque ya sea demasiado tarde. Incluso con las estadísticas avanzadas, se puede alegar el por qué cada uno de ellos no merecería estar en el Salón de la Fama, pero es mucho más difícil justificar cómo no pudieron siquiera estar en la boleta durante más de un año.

De acuerdo a mis métricas de probabilidades de estar en el Salón de la Fama basada en JAWS, aquí tenemos el roster de nuestro equipo "Una vez y fuera".

Basados en la relación histórica entre el JAWS total de un equipo de Grandes Ligas de sus titulares (en las posiciones arriba mencionadas) y su récord, nuestro equipo de ignorados ganaría cerca de 100 partidos en una temporada típica, dependiendo de lo cercano que estuvieron estos hombres al apogeo de su productividad. Por contraste, el equipo con menor probabilidad hecho de hombres que sí están en el Hall de la Fama exaltados en el mismo periodo (1979-2017) ganaría aproximadamente 96 encuentros en una campaña promedio:

Ningún pelotero en la lista anterior es peor que su contraparte en las estrellas ignoradas del primer tráfico. (De hecho, Carlton Fisk, el "peor" cátcher inducido, fue muy superior a Simmons). No obstante, la mayoría sí lo fue, y como resultado, nuestro equipo de ignorados podría vencer a los miembros del Salón de la Fama de la segunda lista en un 52 por ciento de oportunidades en un terreno neutro. Basándonos en la métrica JAWS, incluso el segundo equipo de miembros del Salón de la Fama y con menores posibilidades de haber sido exaltados, es tan bueno como nuestro grupo de ignorados, con talentos capaces de obtener 100 victorias en una temporada típica. (Este segundo equipo está plagado de estrellas, y en muchas ocasiones incluye hombres venerados por la fanaticada de un equipo, lo cual nos da ciertos indicativos de lo que puede ayudar a causar el impulso de una candidatura a Cooperstown o, como le ocurre a Lofton, quien jugó para 11 equipos durante su carrera, le resta fuelle.

Desafortunadamente para los Kenny Lofton del mundo, existen pocos precedentes que muestren a un jugador que haya llegado al Salón de la Fama por intercesión del Comité de Veteranos tras solo una aparición en la boleta de la BBWAA. El tercera base de los Cachorros Ron Santo es el único pelotero en haberlo conseguido desde 1979, recibiendo finalmente una exaltación póstuma en 2011 tras años de esfuerzos de analistas más inclinados hacia la sabermétrica (sin contar un ejército de fanáticos de los Cachorros).

Quizás Lofton y compañía podrán algún día contar sus historias de cambio de fortuna en el podio del Salón de la Fama. Por los momentos, recordemos que, si bien Raines tomará su puesto entre las estrellas más grandes de la historia del béisbol este fin de semana, hay muchos otros jugadores con igual o mayor merecimiento, cuyas candidaturas quedaron opacadas tras las sombras de las boletas de votación tras recibir meramente una oportunidad desvanecida súbitamente.

Neil Paine es redactor deportivo senior de FiveThirtyEight.