La fiesta por los 26 años de Mike Trout, este lunes, en Anaheim, California, fue estropeada por Manny Machado, quien con un grand slam, el quinto de su carrera, condujo a los Orioles de Baltimore a una victoria por pizarra final de 6-2 frente a los Angelinos de Los Ángeles de Mike Scioscia.
Fue el despegue de una serie de tres duelos entre los aureolados y los Orioles, con los visitantes hilvanando su tercer triunfo seguido, en tanto que los del Condado de Orange sufrían su tercer tropiezo consecutivo.
''Yo lo único que saco de todo esto, es que ganamos el juego, que logré aportar, junto con mis compañeros, para seguir intentando alcanzar una meta que tenemos como equipo'', aseguró Machado, después de su hazaña, entrevistado por ESPN Digital.
Un triunfo importante, porque ustedes siguen en la pelea en su división. ¿Es así?
''Sí, faltan muchos juegos todavía y nosotros mantenemos una mentalidad muy positiva. Tan solo necesitamos seguir jugando como equipo. Quedan casi dos meses de temporada y todo lo que necesitamos, es seguir ganando juegos, mantenernos sólidos, como equipo, sin ocuparnos de ver si estamos a un juego o a dos por abajo de los quinientos''.
Sobre el momento clave del juego, cuando enfrentó a Ramírez, con las bases llenas, en el séptimo episodio, destacó:
''Yo solo estaba buscando algún lanzamiento sobre el plato. Ramírez había lanzado un gran juego, pero cometió un par de errores que nosotros aprovechamos, a partir de que Castillo lograra embasarse''.
Machado concluyó diciendo que cada triunfo, cada cuadrangular, es el resultado del trabajo diario.
''La consistencia, te da dividendos y uno siempre debe trabajar duro'', dijo Manny, sobre su racha de 3 vuelacercas, en los recientes cuatro juegos.
El triunfo fue para Dylan Bundy (11-8, con efectividad de 4.15), quien lanzó durante 7 entradas, tolerando 5 hits y 2 carreras, sin entregar pasaportes y ponchando a 10 bateadores, una marca personal.
Mientras que la derrota iba a parar a la cuenta de JC Ramírez (10-10, efectividad de 4.21).
LUCES Y SOMBRAS
Fue una noche de risas y llanto, en el feudo de don Arte Moreno.
Porque su jugador estelar, Trout, celebraba sus 26 años de vida, con una serie de logros históricos en el béisbol de Grandes Ligas.
Y todo parecía indicar que habría una fiesta en su honor, en el Angel Stadium.
Trout disparó el hit número mil de su carreara, en el cuarto acto.
Al primer lanzamiento del abridor de los Orioles, el diestro Bundy, sacó una línea que se fue hasta la esquina de la pradera izquierda, para convertirse en un doble, además de permitirle alcanzar la cabalística suma.
Trout, quien se había ponchado, en su primer turno de la entrada inicial, viendo pasar el tercer strike, luego de su milésimo imparable, avanzó a tercera, con un roletazo al cuadro de Albert Pujols, para luego anotar la primera carrera del juego, en un pisa y corre, con el batazo al bosque central de Kole Calhoun.
Orioles, sin embargo, anotó dos veces en el quinto episodio y le dio la vuelta al marcador.
Pero Trout, decidido a celebrar en todo lo alto, igualaba el marcador con su bambinazo número 23 del año, sacando la bola del parque por el cerco del jardín izquierdo.
Era la cuarta ocasión en que el de Nueva Jersey, festejaba un cumpleaños con un batazo de cuatro esquinas.
Después, en el séptimo capítulo, vino Machado y con las bases congestionadas de Orioles, disparó el quinto grand slam de su carrera, para quedar como el villano de la fiesta de Trout.