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Scott Lauber | ESPN.com 6y

Los Medias Rojas, en busca de bateo de poder, deben ir tras Giancarlo Stanton

BOSTON - Dave Dombrowski se sentó tras un escritorio en una suite de hotel durante las reuniones invernales de diciembre pasado, con un ejemplar recién impreso del nuevo contrato colectivo laboral en la mano, e indicó que los Medias Rojas "no tienen la fuerza para hacer un cambio importante".

Al día siguiente, negociaron a Chris Sale.

La idea no es criticar a Dombrowksi por ser engañoso. No ha sobrevivido durante 40 años en gerencias de Grandes Ligas al revelar cada movimiento. En ocasiones, es mejor para su negocio si el presidente de los Medias Rojas no es completamente transparente.

Recordamos lo anterior debido a lo dicho por Dombrowski la semana pasada. Mientras los ligados a la industria tratan de adivinar cuál slugger cotizado (J.D. Martínez, Eric Hosmer o Giancarlo Stanton) será adquirido este invierno por unos Medias Rojas hambrientos de poder, Dombrowski sugirió que podrían buscar una opción menos costosa y ahorrar todo ese dinero para así hacer ofertas a sus jóvenes peloteros con contratos a largo plazo.

¿Le creen? No deberían.

Solamente un astrónomo es más amante de las estrellas que Dombrowski. Y no tiene miedo de hacer movimientos importantes. Por ende, con Boston carente de un verdadero cuarto bate a 13 meses de la última aparición de David Ortiz, hay solo un nombre que debería estar en el primer lugar de la lista de deseos de Dombrowski para la temporada baja.

"Stanton", afirmó un evaluador de talentos de la Liga Americana esta semana cuando se le pidió escoger, estrictamente en base a sus talentos, entre Martínez, Hosmer y Stanton.

Esto se trata de mucho más que el mero talento, por supuesto. Si bien los Marlins de Miami, ahora comandados por Derek Jeter, están determinados a canjear a Stanton a fin de reconstruir su nómina, el jardinero de 28 años tiene cláusula para vetar cambios y una fuerte preferencia por jugar en California. Una fuente dijo la semana pasada que Stanton tiene mente abierta con respecto a un canje a cualquier equipo, más otra fuente ligada a las Grandes Ligas especuló que hay "menos de 50 por ciento" de probabilidades que el nativo de Los Ángeles aprobaría un cambio a los Medias Rojas hasta tanto no se hayan agotado todas las opciones en la Costa Oeste.

Quizás Stanton no irá a Boston. Pero, siendo el caso de un slugger del calibre de Stanton, incluso con 10 años y $295 millones restantes en su contrato, los Medias Rojas deberán asegurarse bien de sus intenciones.

Después de todo, si alguien puede reemplazar al Big Papi, es Pie Grande, el apodo de Stanton en las Menores.

Se batearon jonrones a un ritmo récord la pasada temporada, más los Medias Rojas no se enteraron. Apenas conectaron 168 bambinazos, menor cifra en la Liga. De los 74 peloteros que batearon al menos 25 cuadrangulares, ninguno fue miembro de la alineación de Boston. El ahora cesanteado manager John Farrell utilizó siete jugadores en el cuarto puesto, evidencia que tenía muchos bateadores 2 y 6, pero nada que se asemejara a una fuerza imponente a mitad del orden ofensivo.

Stanton es más que eso. Es un caso único, es la clase de bateador que mantiene a los aficionados en sus asientos y lejos de los puestos de venta si hay una probabilidad razonable que llegue al plato. Es un slugger trascendental, y no sólo porque acaba de conectar 59 jonrones, incluyendo 33 en 73 partidos (272 turnos al bate) tras el receso del Juego de Estrellas, y fue coronado como Más Valioso de la Liga Nacional.

Tomen esto en cuenta: Desde su debut con los Marlins en 2010, Stanton tiene 267 jonrones, cuarta mayor cifra en las Mayores. Y es cuarto en todos los tiempos en cuanto a su promedio de cuadrangulares, promediando uno por cada 13.4 apariciones al plato. Sólo Mark McGwire (10.61), Babe Ruth (11.76) y Barry Bonds (12.92) se fueron para la calle más seguido que Stanton en sus ocho primeras campañas en Grandes Ligas.

Bateador diestro de inmensa estatura (6 pies, 6 pulgadas y 245 libras) y fuerza bruta, Stanton no discrimina en cuanto a su contundencia, destruyendo a los zurdos con ferocidad (.293/.393/.632) y haciendo fuertes daños a los diestros (.261/.350/.532). Y a sus 28 años, está firmemente ubicado en el apogeo de su carrera.

El costo de adquisición quizás no sea exagerado. Todo indica que los Marlins están más preocupados con desprenderse del salario de Stanton que recibir a cambio un montón de talento. Dombrowski ha arrasado con el sistema de granjas de los Medias Rojas durante los últimos dos años con negociaciones por Craig Kimbrel, Drew Pomeranz, Tyler Thornburg y Sale, pero aún es probable que haya espacio suficiente para Stanton si los Medias Rojas asumen la mayoría de sus $295 millones.

Dombrowski ya tiene familiaridad con hacer un compromiso por 10 años con un jugador. Le quedaban dos años a Miguel Cabrera con los Tigres de Detroit en 2014, cuando Dombrowski le firmó por ocho años y $248 millones por la vía de la extensión, un contrato que ahora parece un elefante blanco para una organización en búsqueda de una reconstrucción. En ese momento, Cabrera recién había obtenido campañas consecutivas como Más Valioso, aunque era tres años mayor en ese momento que Stanton en la actualidad.

"Cuando se arma un equipo alrededor de ese tipo de persona, hay que sentir mucha comodidad al respecto", dijo Dombrowski la semana pasada. "Uno tiene una idea de cómo ese pelotero madurará: durabilidad, envejecimiento, su voluntad a hacerlo, cuánto te costará obtener ese dinero. Hay muchas cosas de por medio, filosóficamente hablando".

La durabilidad ha sido un problema para Stanton. Ha llegado a los 145 partidos jugados en sólo tres temporadas de las últimas ocho, y un evaluador de talentos de la Liga Nacional expresó su preocupación por la forma en la cual envejecen "humanos tan espigados como Stanton". Si bien Stanton ha lidiado con problemas en su muslo, rodilla, abdomen, hombro e ingle, sus lesiones más serias (una fractura en la mandíbula en 2014 y otra en la muñeca en 2015) fueron el producto de locos pitcheos que lo impactaron y no son indicativos de una fragilidad alarmante.

Los Medias Rojas tampoco deberían sentir temor de lo oneroso del contrato de Stanton, especialmente considerando lo que Martínez y Hosmer (ambos representados por el agente Scott Boras), van a recibir en la agencia libre. Boras ya ha denominado a Martínez como "El King Kong del Bateo de Poder", y vende a Hosmer como el jugador que puede llevar a cualquier equipo a la tierra prometida de los playoffs.

Martínez es un buen pelotero quien conectó 45 jonrones y tuvo .690 en promedio de slugging en su año de salida, causando que su acción se disparara, similar a la de Microsoft en los años 90. Si alguien puede decir que vaticinó el éxito de Martínez es Dombrowski, quien lo pescó para los Tigres en 2014 tras ser liberado por los Astros de Houston. Sin embargo, considerando que el jardinero de 30 años promedió 28 jonrones y porcentaje de slugging de .540 entre 2014 y 2016, vale la pena preguntarse si su producción en 2017 es una nueva norma o simplemente la excepción que confirma la regla.

Hosmer es un primera base con calibre de Guante de Oro, campeón de la Serie Mundial y un líder en el clubhouse, todo esto seguramente es atractivo para los Medias Rojas. Una cosa que Hosmer no es: un slugger comprobado. Los números de Hosmer fueron ciertamente influidos por haber jugado en el amplio Kauffman Stadium de Kansas City, pero el hecho es que el pelotero de 28 años nunca ha conectado más de 25 jonrones o mostrado porcentaje de slugging de .500 en una temporada.

No obstante, un scout de la Liga Nacional especuló que Martínez y Hosmer terminarán firmando contratos que les representarán un salario anual comparable al de Stanton. Y los principales nombres en la agencia libre del próximo año, llena de estrellas (Bryce Harper, Manny Machado y Josh Donaldson) podrían terminar con pactos que superen los $400 millones.

En dicho caso, el salario de Stanton parecerá, pues, casi razonable.

Es cierto que los Medias Rojas tienen otros temas pendientes en su nómina, incluyendo 13 peloteros elegibles para el arbitraje que podrían recibir aumentos y un núcleo joven de peloteros que son candidatos a contratos a largo plazo. Tampoco hay garantías que Mookie Betts, Xander Bogaerts o Andrew Benintendi tengan interés en firmar una extensión tan pronto. Betts y Bogaerts ya han indicado que prefieren pasar por el proceso anual de arbitraje.

Tratándose de un pelotero de la calidad de Stanton, vale la pena dejar todo a un lado.

Dombrowski no saldrá a decirlo, pero ya saben que lo está pensando. Sería tonto no hacerlo.

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