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David Schoenfield | ESPN.com 6y

Real o No: Shohei Ohtani dio una prueba de por qué la expectativa fue legítima

Tras ver a Shohei Ohtani debutar en un montículo de Grandes Ligas, un pequeño consejo: Dejemos que esto se desarrolle por sí solo. No apresuremos ningún juicio. Apreciemos al atleta, aplaudamos el intento de lograr algo que no se ha hecho en 100 años y relajémonos y disfrutemos actuaciones como la que nos dio el domingo.

La expectativa alrededor de Ohtani se calmó un poco tras un campamento de primavera que no impresionó a nadie, pero la temporada regular arrancó y el japonés mostró lo que tiene, que hace emocionante su potencial como pitcher al alcanzar 100 millas un par de veces en el radar y promediar 97.8 millas con su recta, llegar a 98 en su última entrada de trabajo en la sexta y retirar a 14 de los últimos 15 rivales que enfrentó.

Este es el pitcher que todos soñaron con firmar.

Los Angelinos de Anaheim vencieron 7-4 a los Atléticos de Oakland con Ohtani registrando la victoria.

No fue una salida perfecta. En la segunda entrada, el asiático dejó colgando un slider que Matt Chapman convirtió en un jonrón de tres carreras. El control de su bola rápida fue titubeante en ocasiones y su slider inconsistente, aunque se afinó conforme avanzó el juego. Lo más impresionante fue cómo tomó el control tras el cuadrangular de Chapman y no dejó que un error le afectara. Tras un largo descanso en la parte alta de la sexta entrada, Ohtani terminó su trabajo al retirar rápido y en orden a los Atléticos en ocho lanzamientos.

Lo que mostró fue impresionante. Indujo 18 swings sin pegarle a la bola –los abridores de los Angelinos lograron eso sólo tres veces en 2017 y sólo un pitcher, Alex Colome, generó más fallas al provocar swings en su primera apertura en las últimas 10 campañas.

El splitter definitivamente será su mejor arma para ponchar, luego de usarlo en cinco de los seis chocolates que recetó. Ohtani tuvo la tendencia de alejar demasiado su bola rápida ante bateadores derechos cuando intentó colocar la pelota en la esquina de afuera y, a veces, el slider lució en ocasiones como una curva lenta.

Con base a las lecturas de los pitcheos de Statcast, el japonés tiene dos splitters, uno que baja y uno que se mueve horizontalmente. En la pretemporada, mantuvo pegando en el suelo sus rectas, pero sólo hizo eso un par de veces el domingo, señal de que suelta la pelota de manera más consistente.

Ohtani sólo hizo una expresión clara de emoción, cuando lanzó afuera un lanzamiento en cuenta de 2-2 ante Chapman en la cuarta entrada y movió molesto su cabeza, sin embargo, luego ponchó a Chapman con un splitter en cuenta de 3-2.

La competitividad de Ohtani es evidente y, quizá, eso es lo que vimos el domingo: el campamento de primavera es sólo una manera de prepararse para la temporada y Ohtani mantuvo su rutina y guardó su arsenal para cuando importara, así que los problemas durante la pretemporada quizá hayan sido sólo cosa de estar oxidado. Debe lidiar con una pelota que es ligeramente diferente a la que se usa en Japón, donde la pelota es más suave y con costuras más grandes, además de los cambios en la cultura.

Y el japonés debe ajustarse bajo un intenso escrutinio. Los Atléticos dieron 240 acreditaciones sólo a miembros de los medios japoneses. Cuando Ohtani salió del dugout para calentar, un gran grupo de fotógrafos lo siguieron y bloquearon temporalmente su camino al bullpen. Como lo escribió Tim Keown, “La magnitud de este momento no debe ser minimizada”.

De hecho, Ohtani se convirtió en el primer pelotero en iniciar un partido como pitcher y como bateador designado o jugador de posición en la misma temporada desde Rick Rhoden con los Yankees en 1988. Rhoden fue un bateador como pitcher, pero eso sucedió sólo una vez.

Quizá recuerden a Brooks Kieschnick, quien inició siete juegos como jardinero o bateador emergente con los Cerveceros en 2003, pero sus 42 apariciones como pitcher fueron como relevista. Rick Ankiel ganó 11 partidos como pitcher novato con los Cardenales en el 2000 y más adelante regresó a las Mayores como jardinero.

Antes de Rhoden, hubo un caso interesante con Wllie Smith, quien llegó a Grandes Ligas como lanzador en 1963. Tuvo una apertura y 14 apariciones como relevista con los Angelinos hasta junio de 1964 con efectividad de 2.84, pero el equipo lo convirtió en jardinero a mitad de la campaña, de forma increíble, bateando cuarto en el orden en apenas su segundo partido en las praderas. Sin embargo, una vez que comenzó a jugar en los jardines, dejó de lanzar.

El último jugador en iniciar al menos cinco partidos en la loma y cinco como jugador de posición en la misa temporada fue Clint Hartung con los Gigantes en 1947, así que, sí, el intento de Ohtani de jugar de esta forma es, por sí solo, increíble.

Mientras Ohtani hizo gala de su potencial en la loma, hay más preguntas sobre su desempeño en la caja de bateo. Nadie niega su talento, pero, ¿podrá el japonés alcanzarlo?

En su aparición como emergente en el Día Inaugural, bateó cuatro rolas, una de las cuales se fue de hit, y se ponchó una vez.

El otro día, en MLB Network Radio, el ex gerente general Jim Bowden sugirió que Ohtani hacía un poco de trampa al lanzar rectas adentro, lanzamiento con el que tuvo problemas en la pretemporada, lo cual puede provocar que un bateador se encime a la pelota y la mande al piso.

Como lanzador, Ohtani está listo y ya veremos si está listo para dominar. Como bateador, probablemente podría necesitar 500 turnos en las menores. En lugar de ello, tendrá que aprender a batear al nivel de las Mayores.

Los Angelinos quizá deban tener una paciencia extraordinaria y si Ohtani es titular dos veces a la semana como emergente, van a ser algunos meses antes de que se le pueda analizar debidamente como bateador.

Sólo un jugador en la historia de las Grandes Ligas ha ganado 10 juegos y conectado 10 jonrones en una misma temporada: Babe Ruth. Sólo un jugador lo ha logrado en Japón: Shohei Ohtani.

Veamos qué sucede.

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