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El declive del 'Dark Knight' Matt Harvey y cómo podría recuperarse

Los Rojos hicieron una gran apuesta esta semana cuando consiguieron en cambio al ex chico problemático de los Mets Matt Harvey. Podrían compararlo con un boleto de lotería, ya que se puede decir que las probabilidades que eso salga bien parecen lejanas.

Ciertamente se puede entender la motivación del gerente de Cincinnati Dick Williams. Su equipo está en el cuarto año de un plan de reconstrucción que simplemente no está funcionando a nivel de Grandes Ligas. Los Rojos llevan ritmo para terminar con 118 derrotas. Si juegan al nivel de su diferencial de carreras, comoquiera perderían 102.

El talón de Aquiles de la reconstrucción ha sido la inhabilidad de transicionar sus lanzadores prospectos a miembros productivos de la rotación de Grandes Ligas. La última escuadra competitiva de Cincinnati fue en 2014, aunque ese equipo colapsó luego del receso del Juego de Estrellas. Ese año la rotación terminó quinta en WAR de los abridores, según Baseball-Reference.com. Ha estado entre los peores ocho en cada temporada desde ese entonces, y terminó última en 2017. Hasta ahora en esta temporada, los abridores están en el puesto No. 29. La necesidad de pitcheo abridor era tan grande que ellos han puesto a abrir a Harvey este viernes ante los Dodgers, apenas tres días después de haberlo adquirido.

Así que se puede ver como una necesidad desesperada se convierte en una movida desesperada, y todos recordamos como lucía Harvey en su mejor momento. El problema es que esa versión de Harvey es poco probable que vuelva.

Williams le dijo a los reporteros que los Rojos detectaron algunos problemas mecánicos con Harvey que van a intentar ajustar. Pero ¿podrán esos ajustes compensar y/o devolverle la velocidad perdida que necesita el arsenal del Caballero de la Noche? Parece poco probable. De hecho, uno pensaría qué si esas millas por hora perdidas estuvieran ahí, Mickey Callaway y Dave Eiland las habrían encontrado. Los Rojos intentarán arreglar lo que los Mets no pudieron, y lo harán con un personal interino de Grandes Ligas que está aguantando el fuerte luego que el manager Bryan Price y el coach de lanzadores Mack Jenkins fueran despedidos el mes pasado.

Podemos echarle demasiado la culpa a la velocidad, pero en el caso de Harvey, esa es realmente la historia. Antes de su racha de lesiones, Harvey abrumaba a los bateadores con lanzamientos fuera de serie. Cuando ese repertorio desapareció, por ahí mismo se fue la productividad de Harvey.

De acuerdo con Statcast, desde el comienzo de la temporada 2016, la velocidad promedio de los lanzamientos de Harvey ha sido de 91.2 mph, lo que lo ubica entre el 80 por ciento - o lo que es igual, la mejor quinta parte en las mayores. Sobre dos terceras partes de sus ofrecimientos han excedido el promedio de Grandes Ligas de apenas las 90 mph, lo que lo coloca en el cuarto superior en las mayores. Muchos, muchos lanzadores han tenido éxito con ese tipo de cosas.

Pero Harvey no.

Se puede ver en esta métrica de Statcast xWOBA, una medida tremenda sobre la cualidad nata del lanzamiento. El xWOBA de Harvey desde el Día Inaugural en 2016 es de .350. Eso lo ubica en el tercio inferior en las mayores. Con lanzamientos por encima del promedio de Grandes Ligas de sobre 90 mph, el xWOBA de Harvey es de .373 (en el 37 por ciento). El WOBA de Mookie Betts durante ese tiempo ha sido de .371. El repertorio de poder de Harvey ha convertido a todo el mundo en un Mookie Betts.

Hay apenas dos abridores (mínimo de 3,000 lanzamientos) durante ese periodo de tiempo que analicé que se ubicaron en la mitad inferior del xWOBA con lanzamientos sobre las 90 mph, pero de todos modos en el cuarto superior en general: Carlos Carrasco y Lance McCullers Jr. Carrasco se gana su dinero con su slider, y por supuesto, McCullers es un maestro de la curva. Ambos se ubican en el quinto superior en xWOBA con lanzamientos por debajo de las 90 mph. Harvey se encuentra en el 42 por ciento.

Para ilustrar un poco más la diferencia, cree una métrica que hace un ranking de los lanzadores según la dependencia en su repertorio de poder. Entre los abridores, Carrasco y McCullers se ubican en la décima parte inferior de las mayores según el porcentaje. Esto es para decir que no dependen del poder para nada. Harvey se encuentra en el 70 por ciento. Siempre ha dependido mucho del poder, incluso ahora..

Yo puedo entender cómo llegó a esto. La mayor velocidad de Harvey llegó a estar ubicada en el 97 por ciento; esta temporada ha bajado al 48 por ciento. Su tasa de perseguidas fuera de la zona en un momento llegó a estar en el 94 por ciento; esta temporada está en el 2 por ciento - solo el 2 por ciento de todos los lanzadores están logrando una menor tasa de lanzamientos perseguidos. La falta de lanzamientos perseguidos fuera de la zona es un indicativo tanto de la ausencia en el juego de poder de Harvey y su inhabilidad para adaptarse y buscar otras opciones más finas para compensar la ausencia de velocidad. Esa no es una buena combinación.

Luego que Harvey fuese puesto en asignación por Nueva York, estuve conversando con varios cazatalentos sobre él. Su reacción fue bastante clara: Harvey solía dominar al abrumar a los bateadores. Aunque su repertorio sigue siendo lo suficientemente bueno para sacar a los rivales, eso solo va a seguir ocurriendo si logra realmente a aprender a lanzar.

¿Estará dispuesto a hacerlo? Para que el experimento de Harvey en Cincinnati pueda funcionar, tiene que pasar una de dos cosas. Tiene que lograr revertir el descenso en su velocidad y su tasa de giro, o tiene que demostrar un mejor sentido de sus lanzamientos. Tendrá que hacer esto sobre la marcha para un equipo que necesita más entradas de su rotación y que además juega en uno de los peores estadios en las mayores para un lanzador.

Nada de esto atiende los problemas de actitud y de comportamiento fuera del terreno que han marcado los tiempos recientes en la carrera de Harvey. En un punto, si la carrera de Harvey va a resucitar, va a tener que reinventarse, tanto dentro como fuera del terreno. Eso podría involucrar trabajar saliendo del bullpen. Eso podría involucrar volver a pasar tiempo en las menores. Su aparente negativa a aceptar esos términos fue lo que aceleró su salida de Nueva York, pero no hay una solución rápida para sus problemas. Incluso si él logra darse cuenta de eso, ¿lo podrán saber los Rojos?

Quizás esto termine siendo una de esas situaciones en las que un equipo desesperado y un jugador desesperado encuentran que son perfectos el uno para el otro. Quizás los Rojos realmente logren encontrar los ajustes necesarios para resucitar la carrera de Harvey, ajustes que otros no pudieron encontrar, pero eso es algo que se siente como una posibilidad lejana dado el historial reciente de actuaciones de los lanzadores de Cincinnati. Quizás al alejarse del brillo de los reflectores de los medios de Nueva York, Harvey pueda enfocarse en arreglar su juego. Pero yo no quiero descartar esas cosas como posibilidades.

Aún así, si estás buscando señales tangibles de esperanza para Harvey, estoy en apuros para ver dónde podrían encontrarse.

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