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Enrique Rojas | ESPN Digital 6y

Vladimir Guerrero, el más insigne de una gran familia de béisbol

COOPERSTOWN, Nueva York -- Vladimir Guerrero no solamente es el tercer dominicano, y el primer bateador de la isla caribeña, que alcanza el Salón del Béisbol, sino que además es el mayor representante de una extensa familia que ha estado aportando talento a la pelota profesional desde hace tres décadas.

Guerrero, un jardinero que jugó por 16 temporadas con Expos de Montreal, Angelinos de Los Ángeles, Rangers de Texas y Orioles de Baltimore fue electo por la Asociación de Escritores de Béisbol de América, junto al lanzador Trevor Hoffman y los infielders Chipper Jones y Jim Thome en la promoción del 2018 del Salón de la Fama. El lanzador Jack Morris y el torpedero Alan Trammell, seleccionados por el Comité de Veteranos, completan la clase de este año.

Guerrero, un nueve veces Todos Estrellas que bateó .318 con 449 jonrones entre 1996 y 2001, se une a los lanzadores Juan Marichal (1983) y Pedro Martínez (2015) como los únicos nativos de República Dominicana en alcanzar el mayor reconocimiento que tiene el béisbol norteamericano.

Vladimir, de 43 años, es uno de los nueve miembros de la familia Guerrero que han firmado contratos con la pelota profesional.

“En Cooperstown, estaré representando a todos mis hermanos, sobrinos e hijos que juegan pelota y que nunca pensaron que uno de nosotros podía recibir tan grandioso honor. Estoy contento y muy orgulloso de haber llegado por todos ellos”, dijo Guerrero a ESPN Digital.

“Fui el tercero en firmar de cuatro hermanos que firmamos al béisbol profesional, siempre nos hemos llevado bien. Compartimos la ropa, los zapatos y los pocos útiles a los que tuvimos acceso mientras crecíamos en una familia pobre de un pueblo más pobre. Somos muy unidos, somos una verdadera familia”, agregó.

Vladimir Guerrero es hijo de doña Altagracia Alvino y Napoleón Paulino, quien abandonó sus deberes como patriarca de la familia cuando el nuevo miembro del Salón de la Fama era apenas un niño. Fue su padrastro, Damián Guerrero, quien levantó la familia y dio su apellido a sus hijos postizos.

“Es mi padre, no tengo otro”, dijo Guerrero acerca de su padrastro. “Cuando mi madre estaba embarazada, mi padre biológico le propuso abortar y hasta compró una pastilla abortiva, pero ella lo rechazó y por eso estoy vivo. Todo sucede por algo”, dijo el Jugador Más Valioso de la Liga Americana en el 2004.

“Le doy gracias a Dios, muchas gracias. Estoy muy orgullosa de Vladimir porque siempre se entregó a su preparación y ahora está recibiendo los beneficios de ese esfuerzo. Mi hijo no solo trabajó para él, sino para toda su familia y su gente y por eso Dios lo ha premiado con muchas bendiciones, dijo la madre del antiguo toletero.

“Nosotros nos sentimos orgullosos como familia le agradecemos a los equipos que le dieron la oportunidad. Vladimir viene de un país que es grane en el béisbol y solo tiene tres miembros de Cooperstown. El número indica lo importante que es la hazaña”, dijo Damián Guerrero.

Los cuatro hermanos Guerrero fueron fichados por organizaciones norteamericanas. Eleazar, el mayor, jugó en los bajos niveles de los Dodgers de Los Ángeles y Yankees de Nueva York; Wilton jugó ocho temporadas en las Grandes Ligas con Dodgers, Expos de Montreal, Rojos de Cincinnati y Reales de Kansas City, y Julio, el menor, estuvo cuatro años en el sistema de finca de los Medias Rojas de Boston, tras recibir un bono superior a los $700 mil dólares, en 1997.

“En mi pueblo no firmaban peloteros hasta que mi hermano Eleazar fue el primero. Él abrió la puerta para la familia y los otros chicos que juegan al béisbol buscando un mejor futuro”, dijo Vladimir.

Dos hijos de Eleazar, Gabriel y Josué, firmaron con Marineros de Seattle y Medias Blancas de Chicago, en 2011 y 2016, respectivamente, mientras que Vladimir Guerrero Junior, el mayor de los nueve hijos, incluyendo uno adoptado, de Vladimir Guerrero, es actualmente el mejor prospecto del sistema de desarrollo de las Grandes Ligas.

Vlad hijo, quien recibió un bono de $4 millones de dólares de los Toronto Blue Jays hace tres años, batea .330 en su carrera profesional, incluyendo .403 en 64 partidos este año, y podría debutar en las ligas mayores al final del 2018 con 19 años de edad.

Digna Guerrero, la hermana mayor de Vladimir, ha aportado dos hijos al sistema de los Mets de Nueva York. José fue firmado en 2016 y liberado después de la temporada del año pasado, mientras que Gregory, de 19 años, acciona en la sucursal de novatos en la liga de la Costa del Golfo.

Uno de los Guerrero que podría llamar la atención en los próximos años es Pedro José Guerrero Rijo, el hijo de siete años de Vladimir Guerrero y Pamela Rijo, la hija del ex lanzador José Rijo, el Jugador Más Valioso de la Serie Mundial de 1990. Pedro José ya juega en las pequeñas ligas de los Tigres del Licey, el equipo del béisbol invernal donde jugó Guerrero sus últimos años en Santo Domingo.

“Tengo otro Vladi, Vladimir Miguel, un bateador zurdo, que juega bien. Tengo otro bateador derecho que también juega tercera base y el más pequeño apenas comenzó a practicar el juego”, dijo Vladimir Guerrero.

“Todos están en Cooperstown, mis hermanos, mis hijos y mis sobrinos. Les pedí a sus clubes que le dieran el día libre para que no se perdieran la oportunidad de ver en vivo un momento tan importante para la familia”, dijo el nuevo miembro de Cooperstown.

Al medio centenar de familiares y relacionados estrechos de Guerrero se unirán en la ceremonia del Salón de la Fama alrededor de cien personas que hicieron el viaje desde Don Gregorio, el pueblito del homenajeado en el sur de República Dominicana. Tal y como ocurrió hace tres años cuando fue instalado Pedro Martínez, se espera una invasión de quisqueyanos que viven en Boston, Nueva York, Filadelfia, New Jersey y otras ciudades del norte de la costa este de Estados Unidos.

“Para la gente de mi pueblo es motivo de alegría que me hayan escogido para el Salón de la Fama”, dijo Guerrero. “Cuando me llamaron se formó una algarabía, todo el mundo celebró en las calles y se sintieron contentos de tener el primer bateador dominicano en Cooperstown”, agregó.

“Mi familia es grande, pero es más grande porque todo el pueblo me trata como si fuera parte de sus propias familias. Nunca me pasó por la cabeza mudarme a otro lugar y no me arrepiento”, dijo Guerrero.

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