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Snell y deGrom ganaron con estadística de vieja generación

Los dos lanzadores con la mejor efectividad en sus respectivas ligas fueron los ganadores del premio Cy Young del 2018 en Grandes Ligas, anunció el miércoles la Asociación de Escritores de Béisbol de América (BBWAA).

El derecho Jacob deGrom, de los New York Mets, recibió 29 de 30 votos de primer lugar para ganar por amplio margen en la Liga Nacional. deGrom acumuló 207 puntos para superar a Max Scherzer, de los Nacionaes de Washington, quien obtuvo el otro voto de primer lugar y 123 puntos. Aaron Nola, de los Phillies de Philadelphia, recibió 27 votos de tercer lugar y 86 puntos; Kyle Freeland, de los Rockies de Colorado, 49 puntos, y Patrick Corbin, de los Diamantes de Arizona, 23 puntos.

El zurdo Blake Snell, de los Rays de Tampa Bay, ganó una pelea muy cerrada al estelar derecho Justin Verlander, de los Houston Astros, en la Liga Americana. Snell recibió 17 votos de primer lugar y 11 de segundo para totalizar 169 puntos, en tanto que Verlander atrapó 13 de primero y 13 de segundo para 154 puntos. Fueron los únicos dos pitchers nombrados en las 30 boletas de los escritores.

El derecho Corey Kluber, de los Indios de Cleveland, quedó en un lejano tercer lugar con 71 puntos; el zurdo Chris Sale, de los Medias Rojas de Boston, fue cuarto con 59 puntos; el derechio Gerrit Cole, de Houston, llegó quinto con 26. El cerrador puertorriqueño Edwin Díaz, de los Marineros de Seattle, recibió cuatro votos de quinto lugar y el dominicano Luis Severino, de los Yankees de New York, un voto de quinto y un punto.

Mientras muchos se enfocan en el total de triunfos de deGrom para sentenciar la muerte de esa estadística como figura central en la evaluación del desempeño de los lanzadores, premiar a los ganadores de este año no se trató tanto de una decisión sabermétrica, tomando en cuenta que la efectividad tiene más de 100 años como estadística oficial en ambas ligas mayores y por la mayor parte de la historia ha sido vital para destacar lo que un pitcher puede controlar en el campo de juego.

deGgrom tuvo un modesto récord de 10-9 en 32 aperturas, pero encabezó las ligas mayores con un promedio de carreras limpias de 1.70 (41 carreras limpias en 217 entradas) y 269 ponches o un promedio de 11.2 por cada nueve episodios laborados.

La efectividad del flaco de los Mets es la sexta más baja de la historia para un ganador del Cy Young, detrás de Bob Gibson ( 1.12 en 1968), Dwight Gooden (1.53 for en 1985), Greg Maddux (1.56 en 1994 y 1.63 en 1995) y Dean Chance (1.65 en 1964).

Los 10 triunfos de deGrom representan la cifra más baja de la historia para un ganador del premio Cy Young, creado en 1956 en memoria del ganador de 511 juegos. El zurdo mexicano Fernando Valenzuela (1981) y el derecho venezolano Félix Henández (2010), con 13, tenían el récord de menos victorias en una campaña de Cy Young.

Desde que la efectividad fue incorporada como una estadística oficial (1912 en Liga Nacional y 1913 en Liga Americana), deGrom es el segundo lanzador con promedio inferior a 2.00, con 200 o más ponches y menos de 50 bases por bolas en un año. El dominicano Pedro Martínez fue el primero, en el 2000, cuando ganó el Cy Young de la Liga Americana.

Snell (21-5, 1.89 y 221 ponches en 180.2 innings) es el segundo miembro de Tampa Bay (David Price en 2012) que gana el Cy Young. El chico de 25 años lideró el joven circuito en efectividad, promedio de bateo (.189) y de Slugging (.300) de la oposición, y terminó con el segundo mejor porcentahe de WHIP (0.97) de su liga.

La cantidad de entradas de Snell es la menor para un lanzador abridor ganador del Cy Young en una temporada completa. Pero el zurdo apenas permitió 38 carreras en 31 aperturas a lo largo de seis meses.

En resumen, deGrom y Snell hicieron muchas cosas para superar a los grandes rivales que tuvieron en la batalla por el premio Cy Young, pero lo más importante no fue el WAR ni alguna otra estadística moderna, sino la vieja y aún adecuada efectividad, que ha estado en el juego por más de un siglo.