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Béisbol en tiempos de crisis: Una historia oral de la Serie Final en Venezuela

El miércoles 23 de enero, la Asamblea Nacional de Venezuela declaró vacante la presidencia por supuestas irregularidades en las elecciones de 2018 y nombró a Juan Guaidó como presidente interino en reemplazo de Nicolás Maduro, una decisión que provocó manifestaciones y enfrentamientos en las calles de Caracas.

En la ciudad de Barquisimeto, a 360 kilómetros al oeste de la capital, los jugadores de los Leones del Caracas debatían ese mismo día la posibilidad de no jugar el segundo partido de la serie final de la liga venezolana de béisbol ante los anfitriones Cardenales de Lara debido a la tensa situación en el país.

Los Leones finalmente jugaron, y perdieron, para quedar en desventaja de 2-0 en la serie.

Los Cardenales ganaron dos de los tres partidos siguientes en Caracas y conquistaron su primer título en casi dos décadas, aunque la serie quedó irremediablemente marcada por la crisis que se desenvolvía a su alrededor: el gobierno de Maduro rompió relaciones diplomáticas con Estados Unidos, que reconoció a Guaidó como líder del país; Major League Baseball pidió a todos sus jugadores asociados abandonar Venezuela debido a la falta de seguridad; y, el 27 de enero, mientras Cardenales daba los toques finales a su coronación, Barquisimeto fue despojado de la sede de la Serie del Caribe. El torneo fue otorgado a Panamá y su inicio se postergó del 2 al 4 de febrero.

De esta manera, Venezuela perdió la sede del clásico invernal por segundo año consecutivo debido a la inestabilidad política, lo que representó un duro golpe para la fanaticada de un país que sigue el béisbol con fervor religioso.

A continuación, un relato de esos turbulentos días, desde la perspectiva de los jugadores, dirigentes y aficionados que los vivieron.

Jugar o no jugar

¿Se debió jugar el segundo partido mientras el país se sumergía en el caos? Unas 850 personas fueron detenidas y al menos 40 personas murieron en las manifestaciones en esos días, según un vocero de la comisión de derechos humanos de la ONU. Bajo estrictas medidas de seguridad dentro y fuera del estadio, algo inusual en un partido de la final, se cantó ¡play ball!

Craig Stem, lanzador de los Leones: Realmente no queríamos jugar ese (segundo) juego por respeto a las personas que murieron ese día y estaban luchando por la libertad del país. Estábamos tratando de ser respetuosos. Eso no es un secreto. En lo último que pensamos durante el juego fue el béisbol. No estábamos preocupados por un juego de béisbol, ganar o perder. Obviamente, queremos ganar, pero todos tenían algo más en la cabeza. (Stem fue uno de los jugadores extranjeros que salió del país después del Juego 2).

José Alguacil, coach de banca de los Leones: A la hora de jugar tenemos que dejar los problemas afuera. Aquí estamos en una final que nadie esperaba que iba a terminar de esta manera, pero todo el mundo está cumpliendo con su labor.

Ildemaro Vargas, segunda base de los Cardenales: Controlamos lo que podemos controlar, que es jugar pelota. Cada quien en lo suyo, nosotros nunca hemos bajado la guardia.

Ignacio Serrano, periodista deportivo. Se le ha puesto mucha presión a los peloteros y a la Liga, a los equipos y al béisbol en general por una situación en la que además, si tú consideras que vives bajo secuestro de unas personas malucas, entonces, tú no puedes juzgar lo que sucede y las acciones de los demás, sin perder la perspectiva de que todo el mundo está viviendo bajo ese mismo ambiente.

Javier Izaguirre, fanático de los Leones: Esto no se tuvo que haber hecho. Se tuvo que haber suspendido. Y no es una cuestión de politizar. La grave situación del país que estamos viviendo los venezolanos con la escasez no solo nos afecta a nosotros sino también a los beisbolistas que están en el campo, los familiares de estos. Cada beisbolista que se expresa es una perseguidera que se le pone.

"Nadie nos va a quitar la alegría"

Aunque llegó a un clímax el 23 de enero, la crisis social y económica en Venezuela se ha ido agudizando año tras año. La inflación, una de las más altas del mundo, alcanzó 1,700,000% al cierre de 2018. Venezuela tiene la tercera tasa de muertes por violencia más alta del mundo, la inseguridad en las carreteras es alarmante y los propios Cardenales la sufrieron cuando dos de sus jugadores, Luis Valbuena y José Castillo, fallecieron en un accidente de tránsito provocado por delincuentes. Los jugadores y aficionados no están ajenos a esta situación. La asistencia a los estadios se redujo hasta casi un 60 por ciento en algunas plazas por el alto costo para el ciudadano común. Las bajas asistencias se hicieron evidentes en los partidos de la final en Caracas, jugados en un estadio a media capacidad, mientras los Cardenales tuvieron un festejo discreto con sus fanáticos a su regreso a Barquisimeto.

Germán Pineda, fanático: La situación país sí ha pegado, o sea, este, se ven en los estadios un poco más vacíos, se ve más apatía en las tribunas, los horarios de los juegos los han cambiado por la inseguridad, entonces, sí ha impactado en la fanaticada. Nosotros como venezolanos seguimos sintiendo el béisbol como nunca, pero no estamos ajenos a la realidad que nos envuelve. Sigue siendo una final, pues, y uno tiene su corazoncito de fanático, pero no está en las mejores condiciones.

Ildemaro Vargas: No es un secreto para nadie que estamos sufriendo, todos los venezolanos estamos sufriendo lo que está pasando en el país. Por ejemplo, yo tengo casi cuatro años que no veo a mis hermanos que se fueron fuera del país, yo también lo sufro.

Ciro Zabala, fanático de los Leones, durante el tercer partido en Caracas: Este estadio debería estar muchos más 'full', pero hay factores externos que están impidiendo el normal desenvolvimiento de nosotros como fanáticos. A pesar uno hace el esfuerzo y disfrutar del espectáculo.

Néstor Sáez, vendedor de comida en el estadio de Caracas: Aquí hay mucha tensión, bastante. Y pensé que iba a venir más gente ayer (para el tercer partido), pero en vista de que Caracas perdió no debe venir tanta. Anteriormente en un Caracas teníamos mínimo 8,000 personas y se lo digo con base porque tengo muchos años aquí. A mí me gusta el béisbol. No me gusta estar por la mañana, en la tarde y en la noche en política. Esto nos afecta a todos, a todos en realidad.

Joyce Barrios, vendedora de arepas en el estadio de Caracas: Pudiéramos decir que en esta temporada en comparación de muchos años anteriores han sido, digamos, más de un cincuenta por ciento (la asistencia) que han bajado. Para muestra un botón, que ésta es la final y prácticamente el estadio está vacío.

Craig Stem: El mayor problema que tuve fue la inflación. Obviamente, es más fácil para mí porque soy un ciudadano estadounidense, por lo que tengo acceso al dinero estadounidense, lo cual es genial. Pero todavía tenía que cambiarlo por bolívares (moneda venezolana). Si transfería $100 el lunes, el viernes, esos $100 podría ser solo $60, y contaba con que ese dinero me durara una semana y media, pero solo me alcanzaba unos días. Casi desde el primer día, sabía que era la situación inestable. Nunca he tenido que lidiar con una economía que colapsaba, ¿sabes?

Carlos Oteyza, fanático: Invité a un buen amigo a venir al estadium hoy (para el cuarto partido) y consideró que las condiciones no estaban dadas para venir, lo entendí. El país, los venezolanos están esperando un cambio y consideran que a lo mejor venir al béisbol no ayuda a ese cambio. Yo creo que uno puede venir al béisbol y puede querer el cambio.

Ignacio Serrano: El béisbol está haciendo lo que le toca que es dar empleo y seguir mientras se pueda seguir. Como los que venden arepas, como los que venden hamburguesas, como los que escribimos en periódicos que todavía nos dejan circular y los que no los dejan circular escribiendo en página web, en fin, seguir tratando de hacer país.

Elvi Mejía, oficial de seguridad del estadio: El calor deportivo es el mismo, lo que ha cambiado es la afluencia del fanático.

Miguel Fuenmayor, fanático: El venezolano es un ser especial. Indistintamente de la circunstancia política, económica y social que estemos viviendo, nadie nos va a quitar la alegría.

"Lara es un sentimiento"

En 27 de enero, la Confederación de béisbol del Caribe anunció que Venezuela no estaba en condiciones para albergar la Serie del Caribe en Barquisimeto, la ciudad sede de los Cardenales que venía prepárandose desde noviembre para albergar el torneo regional supuesto a jugarse entre el 2-7 de febrero. La sede fue otorgada a Panamá, que organizará el campeonato por primera vez en 60 años, del 4-10 de febrero. La 'ciudad crepuscular' perdió la sede por segundo año consecutivo, luego que la edición de 2018 fue mudada de Barquisimeto a Guadalajara, México.

José Francisco Puello Herrera, presidente de la Confederación de béisbol del Caribe: Fue un evento traumático encontrar una sede alterna, pero gracias a Dios el trabajo dio sus frutos. Hemos aprendido una lección: Tenemos más plazas de las que considerábamos anteriormente.

Ulidzán Rivera, Gerente general de la Fundación Flor de Venezuela: Ibamos a ser sede después de 61 años. Había una gran emoción porque Barquisimeto era la ciudad. Todos apostábamos porque se diera la Serie del Caribe acá y que fuera Cardenales el campeón. Eso era lo que todos aspirábamos. Sin embargo, queremos mantener la euforia de los fanáticos, el apoyo al equipo a pesar de esta situación. Lamentamos mucho la noticia, queríamos mostrarle a todos los que vienen afuera lo que es Venezuela. Esperamos nuevamente ser sede y recibirlos en el futuro como se merece.

Juan Coronado, periodista, medio digital: La situación país que nos está atropellando no daba garantías para jugadores ni equipos, pero tenemos esperanzas de que en el futuro tengamos la Serie aquí en Barquisimeto. Estamos preparados para dar una serie. Las expectativas eran muchísimas, había mucho ánimo. Lo que tenemos entendido es que el estadio estaba bastante vendido en abonados. Desafortunadamente por la situación que estamos pasando en nuestro país se nos escapó de las manos. Pero tendremos tiempos mejores... y así tiene que ser.

Angel Ravelo, primera base de los Cardenales: La política no se debe mezclar con el deporte. Es un trabajo más como cualquier otro. Yo soy uno más. Mi esposa es de Barquisimeto, llevo cuatro años viniendo acá es como estar en casa. Sería una lástima por todos esos larenses que hubiesen querido una serie en Barquisimeto, pero ya eso se nos va de las manos a nosotros.

Marcos Grunfeld, periodista deportivo: Creo que todas las posiciones que hemos observado son entendibles y comprensibles. Desde el punto de vista del fanático que desea que no haya Serie del Caribe en Venezuela y desde el punto de vista de los jugadores extranjeros, que incluso han manifestado que no desean venir a Venezuela, creo que es comprensible por la situación que se ha alborotado.

Fernando Dia, fanático de los Cardenales: Cardenales de Lara no es un equipo en Barquisimeto. Cardenales de Lara es un sentimiento, es una institución.

Antonio Castillo, coach del bullpen de los Cardenales: Tengo sentimientos encontrados. Estoy alegre por haber ganado pero triste porque queríamos que la Serie fuera aquí. Pero bueno... habrá que ir para Panamá. De aquí en adelante todo es ganancia. Ya somos Venezuela, tenemos que prepararnos para representar a Venezuela.

Marcos Grunfeld, Erika Barrientos y Alejandro Antoni colaboraron con esta historia.