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Jeff Passan | ESPN 5y

¿Ronald Acuña Jr. está listo para reclamar el título de Mejor Jugador en el Béisbol?

Mucho antes de que se masificara el uso de las pistolas de radar y sistemas de cámaras que registran cada medida imaginable y su presencia se hiciera necesaria en equipos afiliados de Ligas Menores por todo el béisbol, eran similares a los juguetes navideños para aquellos que entendían el camino que iba a tomar este deporte. Y dentro de la organización de los Atlanta Braves, las mentes más curiosas de la gerencia querían saber si sus ojos les estaban diciendo la verdad. Querían constatar si ese chico de 17 años de 6 pies de estatura y 180 libras de peso realmente bateaba la pelota de la misma forma que lo hacían hombres adultos con cinco pulgadas más de altura y 75 kilos más de peso.

Una unidad Trackman, utilizada para evaluar peloteros, fue enviada a Danville, Virginia, donde el chico estaba pasando las últimas tres semanas de la temporada 2015, jugando en liga de novatos. Aproximadamente un año antes, Ronald Acuña Jr. firmó con los Braves por $100,000. Se suponía que sería miembro de los Kansas City Royals, pero los Braves lograron tomarlo en el día de firmas internacionales, el 2 de julio, con una oferta de bono más sustancial. Poco después, Atlanta pudo ver su buena fortuna. Toda la industria del béisbol, que había dedicado decenas de millones de dólares anuales a contratar adolescentes latinoamericanos, había desestimado a Acuña. Era el pequeño secreto de los Braves.

Después de lo visto en Danville, Atlanta sabía que Acuña no permanecería por mucho tiempo en secreto. Las manos no parecían ser rápidas. El sonido cuando hacía contacto no era muy fuerte. Había cifras que daban contexto y nos indicaban quién era Acuña. La pelota chocaba su bate y salía a velocidad superior a las 110 millas por hora. Durante los partidos, era común ver velocidades de salida en dígitos triples. Acuña era, básicamente, un jugador de último año de secundaria con data similar a la de un grandeliga.

A criterio de quienes tuvieron la oportunidad de verlo tras bastidores a principios de su carrera, la demostración de sus habilidades se encuentra en todo lo que ha ocurrido desde entonces. Al año siguiente, cuando los otros equipos entendieron quién es Acuña. Y al año posterior, cuando dio el salto de Clase A hasta Triple-A, mejorando con cada paso que daba y el mundo del béisbol, entonces, pudo entender lo especial que podía ser. Luego, en 2018, cuando llegó a Ligas Mayores sin contar aún con edad legal para adquirir bebidas alcohólicas y superó expectativas que no podían ser mayores.

Y ahora, a un año de su debut, cuando se ha garantizado hacerse con una cantidad de dinero 1,000 veces superior a ese bono de firma original y se estableció como la clase de jugador que los Braves pensaron podía llegar a ser y mucho más, lo único que le queda alcanzar son las joyas de la corona del béisbol: un trofeo al Jugador Más Valioso, el anillo de Serie Mundial y el título que solo puede ser propiedad de una persona a la vez.

Mejor Jugador de todo el Béisbol.

He aquí algunos datos esenciales de este deporte. La pelota pesa aproximadamente cinco onzas. La lomita está a 60 pies y 6 pulgadas del home plate. Siempre hay un enfrentamiento entre un pitcher y un bateador. Mike Trout es el Mejor Jugador de todo el Béisbol.

Los tres primeros están escritos entre las reglas del béisbol. En estos momentos, el cuarto bien podría estarlo. Desde su llegada definitiva a las Grandes Ligas con 20 años, Trout ha cargado ese titulo consigo como si fuera la banda de Miss America. Lo carga dondequiera que va y debe desempeñarse a diario acorde con ese estándar. Y durante ocho años consecutivos, Trout así lo ha hecho. No obstante, en algún momento, algo en él debe ceder. Podría ser gracias a su edad. Podría ser que sus rivales lo neutralicen. Podría ser que otro pelotero lo supere. Y si se trata de otro pelotero, Acuña tiene las mejores posibilidades de ser quien acabe quitándole esa corona a Trout.

Su juego en general se asemeja al de Trout mejor que el de cualquier joven pelotero. Cuando Trout termine abdicando, algunos de sus contemporáneos (Francisco Lindor, Mookie Betts, Nolan Arenado, Christian Yelich, Javier Baez) podrían quedar fuera de contención gracias a su edad. De los otros candidatos que aportan destrezas y juventud (Alex Bregman, Cody Belliger, Shohei Ohtani, Juan Soto), ninguno combina precocidad en ambos aspectos como lo hace Acuña. Miren lo ocurrido el año pasado. Se convirtió en el séptimo jugador en conectar 25 cuadrangulares en una temporada previa a su cumpleaños 21 y el más rápido en alcanzar dicha marca, con 92 partidos. Los otros seis que conforman la lista: Mel Ott, Frank Robinson, Al Kaline, Orlando Cepeda, Eddie Mathews y Tony Conigliaro. Los primeros cinco se encuentran en el Salón de la Fama.

Acuña se convirtió en el jugador más joven en conectar jonrones en cinco partidos consecutivos. Empató la marca de Ott de mayor cantidad de cuadrangulares en un mes para un pelotero con edad máxima de 20 años en agosto pasado, con 11. Fue el pelotero más joven en la historia del béisbol en recibir una oferta por nueve cifras, pactando hace tres semanas por ocho años un nuevo contrato que incluye un par de opciones potestativas del equipo y lo más destacado es que fue considerado por toda la industria como una verdadera ganga, a pesar de garantizar que Acuña se hará con $100 millones.

Todo es analizado mediante el prisma de la juventud de Acuña, porque lo que él está haciendo es sumamente extraordinario para alguien tan joven. El béisbol es un deporte que nunca se ha privado de promover a sus figuras más jóvenes, por ello, que Acuña logre ubicarse dentro de ese grupo (y hacerlo de forma tan consistente como lo logra), reafirma la creencia dentro de la comunidad de scouting que Acuña es el legítimo heredero de Trout.

Su inicio de la temporada 2019 no ha hecho nada para disuadirles de esa convicción. Durante la segunda mitad de la zafra anterior, Acuña bateó para .322/.403/.625 con 19 cuadrangulares. En lo que va del año actual, liga para .307/.429/.600 con seis jonrones. Sí: eso representa OPS de 1.028 en la segunda mitad de 2018 y OPS de 1.029 hasta ahora en 2019. El promedio de boletos de Acuña ha aumentado un 40 por ciento este año. Liga un promedio mayor de jonrones por apariciones al plato. Es uno de los 15 peloteros más veloces de todo el béisbol. Podría jugar en el jardín central y hacerlo bien, de no ser por Ender Inciarte, quien lo ha hecho sumamente bien con Atlanta durante los últimos tres años.

Acuña cuenta con todo lo que todos aspiran ver en un jugador de béisbol. Y cumplió 21 años hace apenas cuatro meses.

He aquí la parte cínica. Y se requiere mantener cierto cinismo, porque Ronald Acuña Jr. es un ser humano y porque el béisbol es el béisbol; considerando que el fracaso forma parte integral de ambas cosas. Por ello, el escepticismo se hace más agudo a la hora de evaluar un candidato al Mejor Jugador de todo el Béisbol.

Acuña proviene de una familia de béisbol y casi todos sus miembros, desde su padre Ronald Sr. hasta sus primos Kelvim y Alcides Escobar ya habían terminado sus carreras en las Mayores a edades cercanas a los 30 años. Quizás fue cuestión de genética o quizás fue algo completamente diferente en cada caso que no tenga nada que ver con Acuña, quién es o cómo intenta evitar caer en la misma suerte de sus familiares.

Es cierto, además, que Acuña es joven y acaudalado y cuando ambas cualidades se juntan puede terminar siendo algo complicado y problemático, y que la autopista que conduce al súper estrellato en la cual se metió el año pasado está llena de trampas. Creer que es suficiente con el talento natural e ignorar el valor del trabajo duro y no reconocer la necesidad de evolucionar son las trampas más peligrosas. Mike Trout no es el Mejor Jugador de todo el Béisbol porque sea el más talentoso. Es el Mejor Jugador de todo el Béisbol porque es el más talentoso y es capaz de imponerse a cualquier debilidad minúscula que pueda tener, antes que cualquiera de sus rivales la pueda detectar.

Acuña es afortunado en contar con algo que Trout nunca ha tenido consigo: un representativo núcleo de jóvenes jugadores rodéandole. Uno de los mejores amigos de Acuña, el segunda base Ozzie Albies, estará jugando en Atlanta durante las próximas nueve temporadas luego de firmar un contrato más favorable al equipo que el de Acuña. Freddie Freeman es el eje de la franquicia en la primera base. Dansby Swanson finalmente se muestra como el campocorto del futuro. El talento joven del pitcheo de los Braves es de tal calidad que raya en lo injusto. Cristian Pache y Drew Waters, ambos con 20 años, no tienen tanta calidad como Acuña, pero ambos militan en Doble-A y parecen ser, respectivamente, el jardinero central y jardinero derecho del futuro, potenciales All-Stars.

Acuña se encuentra al corazón de todo ello. Es así de especial, así de diferente. Se habla de él con reverencia por parte de expertos hombres de béisbol poco dados a exagerar. Y apenas ha transcurrido un año. Después de un año en su carrera en las Mayores, Trout apenas estaba encontrando su ritmo, demostrando que las dificultades confrontadas a los 19 años fueron la excepción y que su talento era verdaderamente trascendental. Acuña nunca tropezó. Mostró gran calidad al momento de dar el salto y fue excepcional a partir de entonces.

¿Podría llegar a mas? El chico que batea esos jonrones a 110 millas por hora en liga de novatos ahora es un hombre que choca la pelota aún más fuerte. Ya es uno de los mejores. Y podría ser cuestión de tiempo para dejar de expresar esa frase en plural y denominarlo como “el mejor”, a secas.

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