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El prospecto de 19 años que puede transformar el draft de MLB

Por años, los opositores al draft del béisbol de Grandes Ligas que creían que esto ahogaba el verdadero valor de los jugadores han elaborado hipótesis de cómo evitar sus limitaciones. Carter Stewart, de 19 años, está listo para probar la viabilidad de una alternativa, y viaja más de 7,500 millas desde su hogar en Florida para hacerlo.

Stewart está en un acuerdo en un contrato de seis años por un valor de más de $7 millones con los Fukuoka SoftBank Hawks de la Liga del Pacífico de Japón, dijeron a ESPN fuentes familiarizadas con el trato. Stewart fue la selección general número 8 en el draft de MLB del año pasado, pero no firmó después de que los Atlanta Braves, quienes creían que estaba lesionado, le ofrecieron un bono por firmar muy por debajo del valor de la selección de $4.98 millones: unos $2 millones. En su lugar, Stewart fue a un junior college y se esperaba que se fuera temprano en la segunda ronda del draft de este año, y que recibiera una oferta de menos de $2 millones.

En cambio, aceptó un innovador contrato con los Hawks, que han ganado cuatro de las últimas cinco series de Japón. Se espera que Stewart finalice el acuerdo a fines de mayo. Stewart no solo puede ganar más dinero durante sus seis años en Japón del que tendría con una organización de Grandes Ligas, sino que podría regresar a los Estados Unidos como un agente libre de 25 años autorizado para firmar un contrato a largo plazo con cualquiera de los 30 equipos de las Mayores.

Ciertamente, eso es un largo camino desde hoy, cuando Stewart es un lanzador diestro sin pulir, con una recta en los medianos de los 90 y una curva que el año pasado tuvo un giro de élite, a más de 3,000 rpm. Aún así, la propuesta de valor de jugar en Japón fue lo suficientemente seductora como para convencer a Stewart de jugar al paciente cero y hacer realidad lo que ha sido una interrogante por mucho tiempo en el béisbol.

El agente Scott Boras, quien representa a Stewart, le ha dado vueltas por años a la idea de mandar a un jugador a Japón, en un intento de obtener opciones a un sistema de draft amateur que no las tiene. A cada equipo se le asigna una cantidad de dinero para dividirse en bonos por firmar, y los equipos son penalizados por exceder esa cantidad. Las reglas esencialmente han limitado el gasto del draft.

La decisión de Stewart tiene un fácil sentido en el plano financiero. Digamos que él se queda en los Estados Unidos y firma por $2 millones. En el mejor de los casos, Stewart habría comenzado con un equipo de afiliación de Clase A de temporada corta. En 2020, alcanzaría un tope en Doble A y ganaría menos de $10,000 por la temporada. Y si Stewart es tan bueno y se mueve tan rápido, su equipo probablemente lo mantendría con poco salario en las ligas menores durante todo el año 2021, y lo promocionaría en esta época en 2022 para asegurar que lo pueda controlar durante seis años antes de la agencia libre. En 2022, 2023 y 2024, Stewart ganaría el mínimo de Grandes Ligas, lo cual, siendo generoso y asumiendo que el nuevo acuerdo de negociación colectiva le da un gran golpe, podría ser de $750,000.

En un escenario casi óptimo, Stewart recibiría alrededor de $4 millones por los próximos seis años, y no llegaría a la agencia libre hasta después de la temporada 2027, cuando tendrá 28 años. Su acuerdo con los Hawks garantizaría a Stewart $3 millones más y potencialmente permitirle llegar a la agencia libre tres años antes.

Las reglas de la MLB requieren que un "profesional extranjero" haya pasado "la totalidad o parte de al menos seis temporadas" jugando en una "liga profesional extranjera reconocida por la MLB". A pesar de que Stewart es estadounidense, las fuentes le dijeron a ESPN que la determinación de residencia para los jugadores extranjeros se basa en una serie de factores, que incluyen el lugar donde ha jugado un pelotero, el lugar donde planea vivir y su nacionalidad. Stewart, según las reglas actuales, sería considerado un profesional extranjero si pasa las próximas seis temporadas en Japón, dijeron las fuentes, aunque esas reglas están sujetas a cambios.

Si no lo hacen, Stewart podría unirse a MLB a la edad de 25 años a través del sistema de destino, que se utiliza para transferir jugadores entre las ligas. Este le permite a los profesionales extranjeros de 25 años o más la agencia libre sin restricciones y entrega una tarifa a su equipo japonés que depende del tamaño del contrato negociado con el equipo de la MLB.

Todo esto, por supuesto, es tremendamente presuntuoso. Stewart tiene 19 años. Él podría salir lastimado. Podría perder el control de sus lanzamientos. Él podría retroceder. Las perspectivas del pitcheo son notoriamente delicadas, y atribuirle un escenario idealizado no es del todo justo.

Es solo un efecto de la reducción en el valor de los jugadores del draft durante tanto tiempo. La razón por la que los equipos otorgan tanta importancia a las selecciones de draft es porque los activos obtenidos con esas selecciones tienen un enorme valor marginal. Si Adley Rutschman, bateador ambidextro y receptor de Oregón State, se convirtiera en el número 1 del 3 de junio, y fuera un agente libre sin restricciones, los equipos se alinearían para pagarle por lo menos $50 millones, tal vez más de $75 millones. El valor fijo de de la selección número 1 de los Baltimore Orioles es de $8,415,300.

No es de extrañar, entonces, que Boras quiera subvertir el draft. Durante más de 30 años, ha vertido su ira, ya sea porque Tim Belcher no firmó en 1983 o que Brien Taylor obtuviera un bono récord del New York Yankees en 1991 o que Jason Varitek y JD Drew fueran a las ligas independientes o al vacío legal que hizo que cuatro selecciones de agentes libres fueran sin restricciones en 1996. Esto no es tanto una laguna sino callejón sin salida, y uno con riesgo.

Stewart, después de todo, es un niño de Space Coast que jugó béisbol en Eau Gallie High School el año pasado y en el Eastern Florida State College esta temporada. La cultura del béisbol en Japón es marcadamente diferente de la de las Grandes Ligas, por no hablar de la liga de viajes, la escuela secundaria y el 'juco ball' que Stewart ha jugado. Las ligas menores japonesas, o ni-gun, son aún más difíciles. Todas las habilidades físicas de Stewart requerirán dureza mental complementaria. Por otro lado, la competencia será bastante representativa, y cuando llegue a las ligas mayores japonesas, estará jugando en la mejor liga extranjera del planeta, el mejor campo de entrenamiento posible para la MLB.

Si Stewart sobresale, podría cambiar el béisbol. No solo es mejor el dinero, las oportunidades de comercialización en Japón para los jugadores de béisbol superan con creces las de Estados Unidos. Otros talentos aficionados podrían seguir, o al menos usar la posibilidad de que Japón sea una base, lo que podría obligar a la MLB a reevaluar sus reglas del draft.

En un tuit hace más de cinco años, Hiroshi Mikitani, el multimillonario propietario de los Tohoku Rakuten Golden Eagles, dijo que esperaba que el la Nippon Professional League aflojara las restricciones de jugadores extranjeros, que actualmente limitan a cada equipo a cuatro. Quizás los equipos japoneses podrían comenzar a reclutar más peloteros aficionados en la República Dominicana, un área que la MLB monopoliza.

El hecho de que un jugador como Stewart haya tardado décadas en aceptar tal acuerdo podría indicar que esto es más una excepción que una regla. La mayoría de los jóvenes de 19 años no están del todo interesados en ir a un país en el que no hablan el idioma, aprender nuevas costumbres y descubrir cómo prosperar en un juego tan difícil como el béisbol. Por otra parte, los niños de República Dominicana, Venezuela, Colombia y toda América Latina lo hacen todos los días en la MLB, y por mucho menos de los millones que recibirá Stewart.

Stewart, al final, es un embajador de algo más grande: un labrador en un sistema capaz de salirse de control hasta que se recupere el equilibrio. Quizás Stewart sea ese contrapeso. Tal vez sea alguien después de él. Podría ser que nada cambie y esto no es más que una golondrina de un solo verano. Cualquiera que sea el caso, es un esfuerzo noble, un riesgo admirable y una historia fascinante, esta idea en un vacío cobra vida y se desarrolla a 60 pies, 6 pulgadas del plato y a miles y miles de kilómetros del hogar.