Además de la última demostración del poder de Bonds, el juego se caracterizó por una serie de altibajos en el marcador.

Luego que los Cachorros superaron dos grandes déficits y pasaron al frente en los innings finales, San Francisco volvió por sus fueros y terminó ganando gracias a un espectacular octavo episodio. Pero hasta el minuto final, fue difícil pronosticar al ganador. Todo, afortunadamente, terminó bien para los Gigantes, cuando Robb Nen ponchó a Joe Girardi en la novena entrada con las bases congestionadas. A eso siguió una explosión de entusiasmo en las tribunas.

Nen consiguió el rescate número 300 de su carrera profesional, y se convirtió en el serpentinero más joven en llegar a esa marca a los 32 años.

En cuanto a Bonds pegó un batazo de 132 metros a la derecha del jardín central en el Pacific Bell Park.

Con su 32do cuadrangular de la temporada, Bonds quedó a uno de Hank Aaron, Babe Ruth y Willie Mays, los únicos que tuvieron 600 o más.

El jonrón del martes fue uno de esos batazos como los que pegó con regularidad durante la temporada del 2001, cuando tuvo 73.

Con Rich Aurilia y Jeff Kent embasados, y la cuenta en 1-2, Bonds mandó la pelota a lo más alejado del estadio. Se detuvo un momento a admirar su batazo y luego corrió las bases lentamente.

Por los Gigantes, el puertorriqueño Benito Santiago, de 5-2, y el dominicano Pedro Feliz, de 1-1.