Hora cero para López

Se acabaron las excusas para Javy López y el receptor boricua tiene que comenzar a producir

Javy López no se puede dar el lujo de tener otra mala temporada
KISSIMMEE, Florida - Después de la peor temporada de su carrera, el receptor puertorriqueño de los Bravos de Atlanta, Javy López, decidió que ya era el momento de intentar una nueva rutina.

``Levantar pesas y comer como cerdo, no es una mala combinación'', señaló el pelotero con una sonrisa.

Por ello, López decidió alimentarse más sanamente, correr más y alterar su rutina de ejercicios con pesas. Ahora es un receptor más ligero, al presentarse al campamento de entrenamiento con los Bravos de Atlanta, pero pesaba en esta ocasión casi 16 kilos menos que el año pasado.

López, natural de Puerto Rico, espera que la menor cantidad de peso signifiquen mejores numeritos para él.

Ciertamente no se puede dar el lujo de tener otra temporada como la del 2002, cuando bateó para promedio de .233, el más bajo de su carrera, con 11 jonrones y 52 carreras producidas.

``Necesito demostrar que aún tengo muchos años por delante'', indicó López.

La decisió no la pudo haber tomado en un momento más crucial. López cumplió 32 años y llegó al último año de su contrato. Debido al sobrepeso que suelen tener los receptores, sus carreras también suelen ser más cortas que las de los peloteros de otras posiciones.

Al tener eso en mente, los Bravos adquirieron al receptor de ligas menores Johnny Estrada durante el receso de la campaña, y lo presentaron como su receptor del futuro.

López sabe que tiene mucho que demostrar. Comenzó la temporada pasada pesando 110 kilos, lo que lo hacían lento en la cancha y propenso a lesiones.

La primera señal de problema llegó cuando sufrió un tirón en la ingle cuando corría las bases. Por ello, sólo jugó 109 partidos, y estuvo afectado durante gran parte del año por varios dolores y molestias.

``Uno debe tener la capacidad de bloquear lanzamientos, de correr y cubrir la primera base. Uno debe hacer muchas cosas cuando es uno el receptor y uno se daña a sí mismo si se vuelve lento'', señaló López, quien redujo su peso hasta los 94,5 kilos.

López ya ha notado la gran diferencia. Sus piernas parecen ser más rápidas, su brazo más fuerte, y su mente obtuvo una muy necesaria dosis de confianza.

-AP

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