Pedro intentará no extrañar a Ramón

La primera vez que los hermanos Martínez se separaron en 1993, cuando Ramón se quedó con Dodgers y Pedro partió rumbo a Montreal, fue difícil para ambos vivir tan separados

FORT MYERS -- Pedro Martínez sintió que el mundo se le venía encima en 1993 cuando dejó Los Angeles y a su hermano Ramón y emprendió viaje a Montreal.

Los Martínez se han separado nuevamente después de jugar juntos el año pasado por segunda ocasión, ahora en Boston. Pero esta vez Pedro sabe mejor que nadie cómo salir adelante sin su hermano mayor en las Grandes Ligas.

El dominicano tiene en su haber tres premios Cy Young y avizora otro año glorioso con los Medias Rojas.

"Me siento un poquito triste", dijo Martínez a la AP, aludiendo al regreso de Ramón a los Dodgers de los Angeles. "Pero ya no me afecta en lo productivo como pelotero".

"Ya yo sé ajustarme sólo a las diferentes situaciones", agregó.

Los Martínez formaron parte del cuerpo de lanzadores de los Dodgers, en un período en que Ramón era la estrella y consejero principal de Pedro. Pero en 1993 los Angeles transfirieron a Pedro a los Expos de Montreal porque no parecían confiar en su brazo.

Pedro pasó en 1998 a Boston y comenzó a brillar en la loma, mientras que Ramón fue perdiendo protagonismo y en 1999 fue sometido a una operación del hombro derecho que lo dejó fuera del montículo por casi un año.

Se reencontraron en Boston en el 2000, y esta vez ambos se aconsejaron mutuamente.

Ahora Ramón lucha por quedar en la rotación de los Dodgers, mientras que Pedro se prepara para tener otro año grandioso en la loma, a juzgar por la forma en que ha estado lanzando en la pretemporada primaveral y a media máquina.

El sábado le lanzó cinco episodios completos a los Rojos de Cincinnati tolerando cinco imparables y ninguna anotación. "¡Vamos Pedro, pónchalo!", gritaba un grupo de aficionados de Boston desde las graderías en aliento a su ídolo.

"Me siento muy bien por ahora", señaló Martínez. "Creo que estoy llegando a la forma que necesito para la temporada, aunque uno nunca se prepara completamente en la primavera".

El dominicano odia ponerse metas. "Lo primero es que Dios me dé salud, el resto lo consigo yo".

En sus tres temporadas con Boston, Martínez ha dado cátedra en la loma ganando partidos a granel, ponchando a cuanto bateador se le presente en el plato y llevándose los más importantes pergaminos, incluyendo dos Cy Young, que se sumaron al que ya había ganado en Montreal. No obstante, aún no sacia su hambre de llegar con los Medias Rojas a una Serie Mundial.

Martínez hace mover la bola como nadie y tira fuego. "Batearle es un lío. Cuando te enfrentas a él, tienes una alternativa: le tiras a lo que envía o sencillamente te deja pasmado con el bate en la mano", comentó su compatriota Wilton Guerrero, quien juega para los Rojos de Cincinnati.

Guerrero bateó el sábado una fuerte línea que golpeó en la palma de la mano izquierda al estelar lanzador, pero sólo le causó una inflamación.

Martínez, de 29 años, terminó el año pasado con marca de 18-6, efectividad de 1.74 y recetó 284 ponches. Fue la repetición de otro año grande en la loma, ya que en 1999 finalizó con 23-4, efectividad de 2.07 y con 313 ponches recetados.

Martínez tiene contrato con Boston hasta el 2003. "Ahora mi hermano no necesita mucho de mis consejos, pero seguimos comunicándonos cada vez que podemos", señaló Ramón.

-AP

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