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Lo siento, Noah Syndergaard, octubre le pertenece a Madison Bumgarner

NUEVA YORK - Así que, ¿así era como se sentía al ver a Christy Mathewson trabajar su magia en el frío de octubre? ¿O Carl Hubbell? ¿O Grover Cleveland Alexander?

¿Así es como se siente cuando se observa a un hombre que se convierte en una leyenda ante nuestros ojos, una entrada dominante tras otra, octubre tras octubre tras octubre?

Todo lo que tenemos son los libros de records para decirnos como lucían las leyendas. Pero afortunadamente, ahora tenemos nuestros propios ojos para decirnos como Madison Bumgarner luce cuando llega octubre, y las temporadas y los legados están en juego. Y una vez más en la noche del miércoles, se trepó a un montículo en un partido decisivo de postemporada - y reescribió la historia del béisbol por 17ª ocasión.

"Yo no creo que pensemos del todo en la historia", dijo su torpedero, Brandon Crawford, en otra épica tarde/noche de MadBum en octubre. "Ya es como que la esperamos".

Oigan, ya a este punto, ¿no pensamos todos lo mismo? Los Gigantes de San Francisco están vivos y coleando hoy, en camino a Chicago para medirse a los Cachorros, porque por supuesto que lo están - y porque todo esto luce muuuuy familiar.

Ellos están vivos gracias a otra blanqueada de cuatro hits de Madison Bumgarner, un swing de cuento de hadas de otro héroe inusual llamado Conor Gillaspie y una victoria 3-0 sobre los Mets de Nueva York en un juego entre comodines de la Liga Nacional que no será olvidado muy pronto.

Ni tampoco, obviamente, lo será el lanzador ganador. Porque él es demasiado especial.

Se supone que sea más difícil imponer tu voluntad en estos juegos de octubre que lo que Madison Bumgarner lo hace parecer. Pero luego que se vaciaran las botellas de champaña en la noche del miércoles, aquí les presentamos el resumen de lo que este hombre ha podido lograr cuando lo único que está en juego en estos partidos es básicamente todo:

• Ahora ha pasado 23 entradas en el montículo en partidos decisivos. Y ha colgado ceros en el pizarrón en las 23 entradas. Sí, eso debe ser un record.

• Ha lanzado blanqueadas de partidos completos en dos de esos partidos - el juego de comodines de 2014 y este. ¿Están listos para la lista completa de lanzadores en la historia que han lanzado más de una blanqueada en partidos decisivos en postemporada? Aquí les va: Está Madison Bumgarner. ... Y, ya, paren de contar.

• Ahora Bumgarner ha hecho 13 aperturas en postemporada en su carrera. Y olvidó permitir una carrera en seis de ellos. Deben saber que solo un lanzador más en la historia ha hecho seis aperturas en postemporada en el transcurso de su carrera. Y ese fue Tom Glavine. Quién hizo casi tres veces tantas aperturas (35) que las que ha hecho Bumgarner.

Seguiremos dándoles más de estos asombrosos datos a medida que sigamos con este escrito. Pero primero, tomemos un momento para internalizar lo que les hemos dicho, porque nadie debe dar esto por sentado - a pesar que sus compañeros, en este punto, están trabajando duro para hacerle pensar a él que lo están haciendo.

"Él solo sale allá afuera y hace lo que todo el mundo espera de él", dijo su primera base, Brandon Belt después del partido, sin expresión en su rostro. "Es algo casi aburrido. Él realmente necesita hacer algo un poco diferente la próxima vez. Me gustaría verlo conectar un cuadrangular o algo así. Qué tal conectar un jonrón en un partido de playoffs. Rayos, todo el mundo lo puede hacer en un partido de serie regular".

Bueno, como cuestión de hecho, Bumgarner casi logró eso también el miércoles. En la tercera entrada del partido, se paró en el plato a medirse al lanzallamas de los Mets Noah Syndergaard -- un hombre que acababa de ponchar a los anteriores cuatro rivales que había enfrentado - y logró conectarle la segunda pelota bateada más duro que permitió Syndergaard en toda la noche. Solo cometió el error de llevarla hacia lo profundo del jardín izquierdo central, donde suelen morir los jonrones en el Citi Field.

"Volvió al dugout luego de ese batazo, y estaba molesto", dijo su compañero, Jake Peavy. "Me dijo, 'hombre, esa la conecté bien.'"

Pero cuando volvemos a pensar en el choque mano a mano entre MadBum y Syndergaard, no lo recordaremos por el bateo de ambos. Será por su recreación monumental del último juego de eliminación en postemporada en el que ambos lanzadores llevaron una blanqueada hasta por lo menos la séptima entrada: Jack Morris versus John Smoltz, en el icónico Juego 7 de la Serie Mundial de 1991.

"Syndergaard estuvo increíble. Pero había una calma tal en nuestro dugout. Y pienso que es seguro decir que Bum merece gran parte del crédito por ello."
Buster Posey

Ni Bumgarner ni Syndergaard tienen recuerdos de ese partido - ya que Bumgarner apenas tenía dos años de edad, y Syndergaard ni siquiera había tenido su año de novato en el planeta Tierra. Pero eso es lo que este juego nos hizo sentir a todos aquellos que sí lo recordamos, a medida que los ceros se iban acumulando uno tras otro en el pizarrón.

"Sabes, se habla mucho en la historia de los Gigantes sobre el famoso juego con Juan Marichal y Warren Spahn", dijo el gerente de los Gigantes Bobby Evans, recordando el increíble partido de 16 entradas que terminó 1-0 entre dos miembros del Salón de la Fama en 1963. Terminó con un cuadrangular de Willie Mays para dejar tendido al rival en la parte baja de la entrada 16-por supuesto, ante Spahn.

"Yo solía sentarme en el cuarto cuando llegué aquí por primera vez y escuchar los cuentos de ese partido", dijo Evans. "Y así fue que me sentí con este juego - lo que [los veteranos ejecutivos de los Gigantes] Dick Tidrow y Jack Hiatt solían describirme sobre lo que hicieron Juan Marichal y Warren Spahn en ese juego".

Seguro, eso funciona también. Excepto por el hecho de que obviamente no había oportunidad de que estos dos abridores trabajaran por 16 entradas. A menos que Bumgarner tuviera planes de hacerlo. Y en este punto no lo podríamos descartar. Pero independientemente de eso, su equipo necesitó cada onza de brillantez que tenía en él en esta noche - porque Syndergaard estaba con su usual repertorio eléctrico, lanzando siete entradas poderosas en blanco, en las que ponchó a 10 y apenas le conectaron dos hits.

"Syndergaard estuvo increíble", dijo Buster Posey. "Pero había una calma tal en nuestro dugout. Y pienso que es seguro decir que Bum merece gran parte del crédito por ello".

Sí, eso parece seguro también. Imagínense lo que es para estos hombres el jugar detrás de este hombre luego de haber visto todos los milagros que ha hecho, luego de toda la historia que le han visto hacer, luego de todos los anillos que ha puesto en sus dedos. El entrar al terreno en un juego de esta magnitud, sabiendo que Bumgarner está en el montículo, "es un sentimiento de total confianza", dijo Belt. "No puede haber algo mejor que esto. Es algo divertido".

Pero para estos Gigantes de año par, la mejor parte de esta diversión es complementar la brillantez de su as con una habilidad casi indefinable para encontrar formas para ganar clásicos como este en octubre. Así que díganle hola a Conor Gillaspie, un hombre que solo estaba en este partido porque (A) los Gigantes habían cambiado a su antesalista, Matt Duffy, en la fecha límite de cambios directos, (B) el hombre que lo reemplazó, Eduardo Núñez, no estaba lo suficientemente saludable para ser puesto en el roster de postemporada y (C) Travis Ishikawa y Willie Mays ya no están en uniforme de los Gigantes.

Así que por supuesto, Gillaspie conectó cuadrangular de tres carreras en la novena entrada ante un hombre que había permitido exactamente un cuadrangular en toda la temporada (el cerrador de los Mets Jeurys Familia). Y por supuesto, gritó cuando recorría las bases, levantando ambos brazos, mientras el oxígeno se iba acabando en el Citi Field. Y por supuesto, cuando acabó su recorrido, Madison Bumgarner lo miró y le dijo: "Conor, no sabes cuánto agradezco esto".

Al serle preguntado sobre ese clásico gesto amable de MadBum, y si era verdad que él realmente le había dicho al héroe del día que "apreciaba" ese magno batazo, Bumgarner dijo, en su usual forma de hablar: "Estoy seguro que todo el mundo lo hace".

OK, traten de discutir con eso, ¿huh? Pero también es cierto que cuando el lanzador abridor nunca permite una carrera, hace que aparezcan esos héroes improbables. Y esa es la especialidad de la casa de Madison Bumgarner.

Ahora ha lanzado en ocho partidos de postemporada como visitante. Los Gigantes han ganado los ocho. Ha laborado en 53⅔ entradas en esos ocho juegos. Los contrarios le han anotado un total de tres carreras limpias. Y se ha enfrentado a 24 bateadores con corredores en posición de anotar en esos juegos de postemporada en la carretera. El siguiente hit que permita será su primero. Sí, en serio.

Pero no le pidan que revele los secretos de cómo logra hacer esas cosas imposibles que hace. Cuando se sentó en el podio el miércoles en la noche, junto a su nuevo mejor amigo Gillaspie, y se le preguntó si podía explicar su habilidad para conquistar octubre, Madison Bumgarner solo hizo una mueca y dijo: "Solo deseo tener una respuesta para ustedes. Pero no la tengo".

Sin embargo, afortunadamente Conor Gillaspie sí tuvo una.

"Él es duro", dijo Gillaspie. "Esa es la razón. Él es un chico bien, bien competitivo en todo lo que hace. Y lo demuestra - no solo en el béisbol sino en todo en su vida".

Bueno, probablemente nunca sepamos lo que se sienta medirse a un Madison Bumgarner en un campo de golf, o en un torneo de football de fantasía, o incluso en un torneo de pesca. Así que tendremos que hacer nuestras conclusiones basados en la serie que sigue corriendo, MadBum Versus Octubre. Pero lo único que hemos notado sobre esta serie es que cada episodio resulta ser igual que el anterior, y el anterior a este.

"Es el mismo viejo Bum de postemporada", dijo Belt. "En la postemporada, simplemente no hay nada mejor".