Marly Rivera | ESPN Digital 6y

El jonrón ante Clayton Kershaw devolvió la confianza a Yulieski Gurriel

LOS ÁNGELES - Yulieski Gurriel estuvo dos días sin dormir.

Después de ver las acusaciones en redes sociales tildándolo de "racista" por su inapropiado gesto hacia el lanzador de los Dodgers Yu Darvish, el pelotero cubano sentía que nadie podría comprender que no fue su intención ofender a nadie.

Gurriel fue tomado en cámara estirándose los párpados para imitar la apariencia de las personas asiáticas tras conectar un cuadrangular contra Darvish y llamándolo 'chinito'. Al darse cuenta que había cometido un error, Gurriel sólo quería pedirle disculpas a Darvish.

Al fin y al cabo, independientemente que no hubiera sido su intención, comprendió que había cometido una grave falta. Y él le debe mucho a un país como Japón, donde le dieron su primera oportunidad de jugar profesional luego de salir de Cuba en el 2014, con el Yokohama DeNA BayStars. Allí bateó para .305 con 11 jonrones y 30 carreras impulsadas en sólo 62 juegos.

Pero sentía que nadie lo comprendía, ni su explicación relacionada a la diferencia cultural entre Cuba y Estados Unidos. Nadie le prestó atención a su disculpa. Quizás el único fue Darvish, quien a través de las redes sociales exhortó a los demás a tener compasión con Gurriel por su error.

Gurriel no durmió esa noche, afectado profundamente junto a su familia por la situación. La familia Gurriel, sus hermanos e incluso su madre, leyeron las amenazas durante el transcurso del cuarto partido en todas sus páginas de redes sociales, repletas de lenguaje inapropiado e insultos en su contra.

"Aquí es bien difícil y hay que estar concentrado", aseguró Gurriel. "Así que si todos los sentidos no están en la Serie Mundial, creo que es bien difícil tener un buen resultado".

Además de conocer a su hijo y saber de la manera que lo criaron, sus padres se sentían mal de no haberlo ayudado a asimilarse adecuadamente a la cultura estadounidense durante el año que ha estado en Estados Unidos.

El impacto de sus acciones había hecho que Gurriel perdiera su enfoque. Después del partido del lunes, donde los Astros ganaron 5-3 y el inicialista de 32 años conectó dos imparables y remolcó una carrera, Gurriel se fue en blanco en sus tres turnos en la derrota 6-2 de los Astros al día siguiente.

Gurriel intentó dejarlo todo atrás, pero las expresiones que leyó en redes sociales habían calado profundo. Y lo peor es que sabía que era su propia culpa.

Pero el béisbol le dio la oportunidad de redimirse al otro día. Y en uno de los partidos más desquiciados y dramáticos en la historia de la Serie Mundial, Gurriel fue el que conectó el primero de tres históricos cuadrangulares de los Astros para igualar el marcador contra los Dodgers de Los Ángeles en el cuarto episodio. El suyo fue ante las tres veces ganador del Cy Young Clayton Kershaw, luego de dos outs, que borró la ventaja de 4-1 que sostenía uno de los principales lanzadores del deporte.

Su cuadrangular de tres carreras cambió el curso del partido. Gurriel se sentó en la cueva de los Astros con lágrimas en los ojos a apreciar el momento.

"En verdad que necesitaba un partido como éste", explicó Gurriel a ESPN Digital al concluir la maratónica victoria 13-12 en 10 entradas. "Necesitaba retomar la confianza y lo anímico para que de cara a los otros partidos poder aportar al equipo que es lo principal".

Gurriel fue una estrella en Cuba, como lo fueron una vez su padre Lourdes y su hermano mayor Yunieski, quien catalogó el cuadrangular de "Yuli" como el más importante de su carrera. Así lo estimó también el inicialista de los Astros. Ningún jonrón en su extensa carrera había tenido el significado del que conectó contra Kershaw, porque le devolvió el espíritu competitivo y el enfoque en su único objetivo: un anillo de Serie Mundial.

"De un momento que el equipo estaba debajo, necesitábamos de esas carreras para que se inspirara, y (yo) necesitaba la inspiración" admitió Gurriel. "De verdad que estoy contento con ese jonrón ya que fue (contra) un lanzador de los mejores del mundo.

"Me preparé para venir aquí a jugar Grandes Ligas, a probar mi suerte en el mejor béisbol del mundo, pero no esperaba una Serie Mundial y de esta manera que se está viviendo", agregó Gurriel, quien jugó mayormente tercera base en sus casi 15 años en la Serie Nacional Cubana.

"Tuve mucha batalla, como le dicen en Cuba. De verdad que fueron muchos años, el equipo nacional, Olimpiadas, Clásico Mundiales. Pero de verdad que esto se vive de otra manera".

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