David Schoenfield | Escritor Senior de ESPN 6y

A Boston le sobra brazo, pero necesita un buen plan en el bullpen

NUEVA YORK – Ahora, los Medias Rojas de Boston disputan una Serie Divisional de la Liga Americana en la cual se impondrá el vencedor en tres encuentros. Por ello, deberán robarse un partido en enemigo territorio o de lo contrario, verán cómo su temporada de 108 victorias terminará con una salida en primera ronda, al son de 50,000 aficionados de los Yankees cantando “New York, New York”, reproducida en el boombox de Aaron Judge.

A fin de evitar esa dolorosa imagen, el bullpen de Boston, tan criticado últimamente, tendrá que hacer outs importantes. Muy a pesar de que al manager Alex Cora le gustaría depender más de su rotación abridora, este es el béisbol de postemporada en 2018 y eso significa que muchos relevistas lanzarán montones de innings clave.

Cora ya ha otorgado fuertes cargas de trabajo a su bullpen en los primeros dos partidos. Chris Sale actuó por espacio de 5 1/3 innings en el primer encuentro y Cora utilizó un total de cinco relevistas para sacar los 11 outs finales, incluyendo una aparición de dos outs para el abridor Rick Porcello.

Luego de que David Price dejara sin vida al Fenway Park en el Juego 2, el bullpen debió trabajar durante 7 1/3 innings. En general, los relevistas lanzaron 89 pitcheos en el Juego 1 e hicieron 123 envíos en el Juego 2. Ciertamente, ese no fue el plan que Cora hubiese preferido previo a la Serie.

“Trabajamos de forma distinta al resto de los equipos”, dijo Cora, antes de disputar el primer encuentro. “Dependimos de nuestros abridores durante la temporada. Nos cargaron. Sentíamos que, todas las noches, nos daban la oportunidad de ganar; bien fuera lanzando cinco innings, seis innings, etcétera. Fueron muy consistentes con ello”.

El bullpen de los Medias Rojas terminó en el noveno lugar de las Grandes Ligas con efectividad colectiva de 3.72, a pesar de confrontar dificultades durante los dos meses finales de la temporada, en la cual su promedio de carreras limpias permitidas se elevó a 4.34, vigésimo en las Mayores. Matt Barnes, quien había emergido como principal relevista setup del equipo, lanzó de forma limitada en el último mes de la campaña debido a una inflamación en sus caderas, aunque ya se encuentra de vuelta con el club.

Sin embargo, la profundidad del cuerpo de relevistas se vio afectada cuando Steven Wright se lesionó nuevamente una de sus rodillas antes del Juego 1 y fue retirado en consecuencia del roster, para ser reemplazado por Heath Hembree. Wright pudo hacerse con un rol clave gracias a una importante actuación en septiembre, mes en el cual apenas toleró dos carreras en 13 2/3 innings.

Una cosa por la cual Cora no se siente preocupado (al menos, no por los momentos) es el factor fatiga entre sus relevistas.

“Hemos estado cuidándolos durante el último mes. Eso fue gracias a contar con el lujo de un liderato amplio en nuestra división. Por ello, su carga de trabajo durante el último mes ha sido muy, muy baja”, indicó el estratega antes del Juego 2. “Tenemos estudios y hablamos con gente y todas estas cosas tan chéveres que hacen allá arriba. Y sentimos que, en estos momentos, están listos para trabajar. Si tienen que lanzar como lo hizo Brandon Morrow en la Serie Mundial del año pasado (cuando actuó en la totalidad de los siete partidos), están dispuestos y lanzarán en cinco encuentros”.

Ryan Brasier y Brandon Workman aparecieron en los dos primeros cotejos. Tras sufrir problemas con su dominio en una aparición de 15 pitcheos en el Juego 1, Brasier se mostró más preciso en el Juego 1, sacando su único inning de labor por la vía del ponche. Eso incluyó un fuerte abanicado por parte de Gary Sanchez, ya que Brasier hizo movimientos que causaron que Sánchez regresara a la caja de bateo luego de que el receptor de los Yankees saliera luego de tres envíos consecutivos.

Repitiendo lo expresado por Cora, Brasier dijo que no hay límites en octubre y que el bullpen está listo para mantener este ritmo de trabajo, de ser necesario.

“Estamos en los playoffs”, dijo Brasier. “Hay que hacer lo que se debe hacer y debemos estar listos cuando el teléfono suene, por ello, pienso que podemos seguir haciéndolo”.

Brasier es un novato de 31 años que ha emergido como brazo clave. Pitcheó en siete partidos para la causa de Los Angeles Angels en 2013, para luego perderse casi dos temporadas completas tras haberse sometido a la cirugía Tommy John, para luego incorporarse a la organización de los Atléticos de Oakland en 2017 tras haber lanzado en Japón y este año, está formando parte de los Medias Rojas. Fue ascendido al equipo grande el 9 de julio pasado y logró efectividad de 1.60 en 33 2/3 innings, tolerando apenas dos cuadrangulares.

Con su recta que roza las 97 millas por hora y su slider, Brasier sirve de contrapeso para todo el poder diestro que ostenta la alineación de los Yankees. En el Juego 2, abanicó a Andrew McCutchen, Giancarlo Stanton y a Sánchez, logrando trabajar para superar un error y boleto otorgado a Luke Voit, todos bateadores derechos. Pueden esperar ver a Brasier enfrentarse nuevamente a esa parte del orden ofensivo en algún momento de los Juegos 3 o 4.

Brasier enfatizó la clave obvia: Hay que mantener la pelota rodando por el terreno contra los Yankees, equipo que impuso un récord en Grandes Ligas con 267 jonrones.

“Todas sus carreras de esta noche fueron producto del cuadrangular”, expresó luego del Juego 2. “No rompieron esa marca sin razón. Ellos pueden hacer swing”.

Y esta es la razón por la cual Joe Kelly es otra clave importante. El diestro con su fuerte recta ha sufrido múltiples altibajos en su carrera, pasando de disfrutar de momentos de dominio a tener baches de inconsistencia que rayan en lo frustrante. Reemplazó a Price en la segunda entrada del Juego 2 y logró trabajar sin inconvenientes con 25 envíos en 2 1/3 innings en blanco.

Durante el mes de mayo, sus rivales ligaron promedio de bateo de .128. Luego, en junio, sumó mayor cantidad de boletos que ponches. En septiembre, toleró promedio de .324 de sus oponentes y OBP de .422. Si hay algo que destacar sobre Kelly es que es difícil hacer conexiones largas contra él. Kelly apenas toleró cuatro jonrones en 65 2/3 innings. En 38 entradas de postemporada con los Cardenales de St. Louis y Boston, ha permitido sólo dos cuadrangulares.

Un detalle para tener en cuenta: Si bien sabemos la velocidad que aportan Aroldis Chapman y Dellin Betances, los Medias Rojas no precisamente sufren de escasez en dicho departamento:

Kelly: velocidad promedio de su recta en 98.1 millas por hora Craig Kimbrel: 97.1 millas por hora Brasier: 96.8 millas por hora Barnes: 96.5 millas por hora

En otras palabras, los Medias Rojas cuentan con brazos de poder. Los Yankees es un equipo al cual cuesta hacerle strikes y he allí el gran reto para este grupo. Cuando les va mal se debe a que comienzan a otorgar demasiados boletos a los toleteros contrarios.

Cora no tiene tiempo para pemitirles superar esos problemas. Hay que encontrar el brazo encendido. Quizás será Kelly. Barnes lanzó un inning en blanco en el Juego 1. Brasier contra los diestros. Y Kimbrel para un rescate de cuatro o cinco outs.

Además, Cora podría tener otro brazo disponible con Price. Nathan Eovaldi ha sido movido de puesto para convertirse en abridor para el Juego 3 y Porcello ahora hará lo propio en el Juego 4. Price hizo apenas 42 envíos el pasado sábado. Cora dijo el domingo que llamará a Price en el transcurso de la noche para ver cómo se siente.

Eovaldi (oh, tiene promedio de 97 millas por hora con su recta), pitcheó en tres ocasiones contra Nueva York tras haber llegado proveniente de los Rays de Tampa Bay, tolerando una carrera en 16 innings. (Los Yankees también explotaron a Eovaldi en una ocasión, cuando éste era miembro de los Rays).

Quizás Eovaldi pueda llegar lejos en el tercer encuentro. Lo más probable es que los Medias Rojas necesiten que su bullpen haga, por lo menos, 60 pitcheos. De ello depende el éxito de su campaña.

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